23 de marzo de 2025. Domingo.
PISANDO EN SUS MISMAS HUELLAS
PISANDO EN SUS MISMAS HUELLAS
-Cada mañana aparece el sol, pero más tarde el cielo
se nubla. El tiempo es un juego de luces y sombras. Como una película en blanco
y negro; es decir: un destello de la vida misma, que también se refleja en la
liturgia de la misa.
Este domingo se nos habla de pecado y de misericordia. El pecado es nuestro; la misericordia, de Dios. Dios siempre es luz que irradia, es el Sol de justicia que se da a todo ser viviente, es generosidad sin límites. El pecado es oscuridad ciega, no ve más allá de sí mismo: es egoísmo ofuscado, sin salida hacia el otro.
«Convertíos», dice el Señor.
Razón: «Está cerca el reino de los cielos».
Este domingo se nos habla de pecado y de misericordia. El pecado es nuestro; la misericordia, de Dios. Dios siempre es luz que irradia, es el Sol de justicia que se da a todo ser viviente, es generosidad sin límites. El pecado es oscuridad ciega, no ve más allá de sí mismo: es egoísmo ofuscado, sin salida hacia el otro.
«Convertíos», dice el Señor.
Razón: «Está cerca el reino de los cielos».
Si nos
ponemos en contra de nuestros pecados, si ayudados por la gracia luchamos po r
borrarlos de nuestra vida, si nos convertimos: «Dios es compasivo y
misericordioso, lento a la ira y rico en piedad».
Dios, Diario, al convertido siempre le da la mano y le dice: «Sígueme», sin volver la vista atrás. Y así, Diario, pisando sus mismas huellas, nos perderemos; en Jesucristo nos encontramos con la claridad que buscamos, con el don de poderle ver y amar.
Dios, Diario, al convertido siempre le da la mano y le dice: «Sígueme», sin volver la vista atrás. Y así, Diario, pisando sus mismas huellas, nos perderemos; en Jesucristo nos encontramos con la claridad que buscamos, con el don de poderle ver y amar.
Dios se da todo en todo.
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