17 de abril de 2025. Jueves.
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| La cena del Señor: Leonardo da Vinci. Convento dominicos. Milán. |
-Cristo, en un
gesto de amor y de generosidad sin precedentes, quiso quedarse con nosotros
hasta el fin de los tiempos, e instituyó la Eucaristía. La humildad del pan y
el júbilo de un poco de vino, fueron la tienda en la que decidió vivir y ser
comido.
Su casa en la que
descansa y redime es el sagrario, y, cuando lo recibimos en comunión, nuestro
cuerpo. Nuestro cuerpo, entonces, emite destellos de santidad.
El jueves antes de ir a la muerte, Jesús reunió a los suyos en una cena y, al final, cogió el pan, lo partió y, dando gracias, dijo: «Esto es mi cuerpo», y ante el cáliz siguió: «Este es el cáliz de mi sangre. Haced esto en memoria mía».
Y desde entonces ahí está dando fuerza y sosteniendo a su iglesia, y a quien lo recibe en comunión. El sacerdote, después de la consagración dice: «Este es el sacramento de nuestra fe», y la asamblea exclama: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección: ¡Ven, Señor Jesús».
Hoy, Jueves Santo, celebramos la institución de este sacramento, que es alimento y vida para el cristiano, y causa, Diario, de alegría y fortaleza.
El jueves antes de ir a la muerte, Jesús reunió a los suyos en una cena y, al final, cogió el pan, lo partió y, dando gracias, dijo: «Esto es mi cuerpo», y ante el cáliz siguió: «Este es el cáliz de mi sangre. Haced esto en memoria mía».
Y desde entonces ahí está dando fuerza y sosteniendo a su iglesia, y a quien lo recibe en comunión. El sacerdote, después de la consagración dice: «Este es el sacramento de nuestra fe», y la asamblea exclama: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección: ¡Ven, Señor Jesús».
Hoy, Jueves Santo, celebramos la institución de este sacramento, que es alimento y vida para el cristiano, y causa, Diario, de alegría y fortaleza.
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