20 de abril de 2025. Domingo.
RESUCITÓ
RESUCITÓ
-El aleluya brotó en el
sepulcro y se hizo noticia y fiesta universal; del sepulcro el aleluya fue al
corazón del ser humano y allí se hizo fe y esperanza, amor y servicio. El
aleluya encierra en sí todo el dolor de la pasión y muerte de Jesús y el gozo
de la resurrección. 
En el sepulcro quedaron la sábana y el sudario que cubrieron
y silenciaron la muerte de Jesús; en el aleluya, vencida la muerte, todo es
vida y salvación, y alegría inacabable. 
Hoy domingo, vivimos este
acontecimiento: Cristo, como él mismo anunciara, venció a la muerte y resucitó.
Vestirse de aleluya es cubrirse de vida y esperanza, y, como dice san Pablo, de
pureza y de verdad. 
Yo, Diario, he metido un Aleluya en mi corazón, para
recordarme que siempre puedo vivir, con latidos nuevos de amor, en la Resurrección de Jesús. 
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