14 de enero de 2016. Jueves.
UN ÁNGEL EN EL
CONGRESO
Congreso de belleza, en el jardín. F: FotVi |
-Vamos a ver si en el
Congreso o Parlamento, o Cortes, son, por encima de las fobias y las tirrias,
la deliberación y la palabra las que prevalecen. A veces, en política, como en
la vida, hay fobias y tirrias, que la palabra puede endulzar o amargar. La
palabra, terrón de azúcar o pizca de pimienta en el café. En el tiempo, la
Palabra de Dios se hizo carne y puso tienda entre nosotros, nos habitó,
hablándonos. Ahora, la palabra se ha hecho representación parlamentaria y ha
acampado en el Congreso de los Diputados, Madrid. Con gorjeo de bebé incluido; sin
ser elegido por las urnas, un bebé ha entrado en el Congreso a canturrear o
lloriquear, según toque; sin duda, un ángel con alas invisibles. Conserje, un
biberón para el bebé, y el ángel ríe. La palabra y el gorjeo, pues, en las
Cortes. Aunque haya habido quien ha calificado el hecho de «repugnante
utilización de los niños». Que puede; o no. En todo caso, yo prefiero a un bebé
en el Congreso que gorjee, que no a delirantes bufones que desatinen y hagan
bulla o farsa, y voceen demagogia. Y decir que me gusta más que me llamen
ciudadano o persona (Platón), que no «gente», término que suena más a masa
(Ortega) y a rebaño o bandada, que a civilizado pueblo que paga impuestos y
vota en libertad, voto a voto, lo que le viene en gana. Yo no soy
«gente», sino persona, y educada, creo, y como tal deseo que me traten. Ayer
nació un nuevo Parlamento, heterogéneo e hirviente, desmesurado en liturgias de
«gestos» y pamplinas circenses. El País (periódico global) advierte: «Hay que
recordar al nuevo partido que el Congreso no es un plató de televisión». Y lo
llama show. El Parlamento no es lugar idóneo para el show, sino para idear y
conseguir, dialogando, buenas y justas y felices leyes; leyes que igualen y
equiparen en dignidad y recursos a las personas, y por arriba, no al nivel del
barro, que el barro, Diario, dificulta el andar y el vuelo, enfanga (18:52:59).