23 de febrero de 2024. Viernes.
TRACTORADA
TRACTORADA
-Tractorada. Ayer
sucedió en toda España. Esos monstruos de carrocerías alzadas como púlpitos y
ruedas como norias rodantes –los tractores– invadieron Madrid y otras capitales
de provincia. Lloraban la muerte del campo, su agonía sin remedio. En Murcia,
repartieron limones, y en otras ciudades sencillamente arrojaron los productos
a la calzada. Como un acto desesperado de rebeldía. Un tractor en una carretera
es un obstáculo, cientos de tractores son una pesadilla: como un avance de
tanques en cualquier guerra, sólo que ésta es una guerra culta, pacífica, sin
fuego que destruya. Al hecho de no llover, se les unen unas leyes europeas
devastadoras –juntamente con una competencia feroz– que están matando la
agricultura en España y en Europa. Tanto ecologismo desnortado, populista,
salvaje, trae estas consecuencias, este aviso de muerte de la que la tractorada
se hacía eco. Yo rezo todos los días, pidiendo la lluvia, lo que no puedo es cambiar
el corazón corrompido y agnóstico de tantos dirigentes egoístas e incrédulos
que desgobiernan el mundo y lo están destrozando. Con las gentes del campo,
Diario, yo también lloro la muerte del agro, de la tierra, ese don precioso que
Dios nos dejó para cuidarlo y hacerlo belleza, perfección, sustento: vida.