29 de marzo de 2024. Viernes.
RESPIRANDO SOLO AMOR DE DIOS
RESPIRANDO SOLO AMOR DE DIOS
-Hoy, viernes santo,
adoramos lo que nos dejó el jueves santo, día que brilla más que el sol. Haya
sol o no, Jesús, el crucificado, el sol de justicia, siempre brilla en el pan
de la Eucaristía, donde se renueva el misterio de la fe: su muerte y resurrección.
El altar se convierte este día en Calvario y en Sepulcro; Calvario donde Jesús
expira y Sepulcro, en el que –«sin saber cómo ni cuándo»– el Señor resucita, y
deja a la muerte vencida, dominada: el sepulcro vacío. Es lo que proclamamos en
la misa: «Este es el misterio de nuestra fe», dice el celebrante, y contesta la
asamblea: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor
Jesús». De igual modo que hubo un momento en que el pueblo gritó:
«¡Crucifícalo!»; ahora, arrepentido, orante, repite una y otra vez:
«¡Proclamamos tu resurrección», para, con lágrimas, terminar diciendo: «Ven,
Señor Jesús». Como dice san Juan: «Los amó hasta el extremo». Es el signo
perenne del Amor de Dios. Escribió San Juan Pablo II: Al detenernos la noche del
jueves a adorar el Santísimo Sacramento y a meditar en el misterio de la Última
Cena, nos sentimos sumergidos en el océano de Amor que mana del Amor de Dios.
Sumergidos, Diario; respirando solo Amor de Dios.