miércoles, 5 de agosto de 2015

5 de agosto de 2015. Miércoles.
ORFANDAD

Fuego, en el parque. Torre de la Horadada. Año 2015. F: FotVi

-No sé si, al comer, muerdo con furia o es que me cae grande la dentadura. (Dentadura implantada, como un cañaveral). Es el caso que me muerdo la boca por todos lados, como cuando de niño me picó una abeja y no dejó lugar en el rostro sin aguijón ni mordedura. Mi madre dijo, entonces: «Un adefesio, eso es lo que pareces». Y yo -debido al dolor y a no saber que era aquello de adefesio- me deshice en llantos, como una esponja con hipo. Hasta que, envolviéndome en  su abrazo, vino madre y me consoló. Anoche cenando, me mordí la lengua, y creí, tan fuerte fue el golpe, que me la había partido. Y temí (¡qué cosas!) que me dificultaría decir palabras, nombrar las cosas. No me preocupaba la herida, sino el no poder decir palabras. Y me dije: «Huérfanas de mí las cosas». Y es que en las palabras se renuevan las cosas, y se va completando así la creación. Decir, es hacer que las cosas sean, estén, latan, vivan. Dios -suele adivinar el poeta- anda en las palabras y, al decirlas, se percibe en las cosas, hay como un rumor de él en la palabra. Di: «Luz», y se hará la luz en tu mente e iluminará tu imaginación. Aunque camines a oscuras, verás la luz en tu interior y tendrás conciencia de que lo que dices existe, está, ama. Di: «Palabra», dila, y se abrirá el Diccionario, y te dirá: «Habla», y entre el Diccionario y tú se recrearán las cosas, serán de nuevo vida hablada, en ti, y tu boca se llenará de vida, y la vida, de emociones bellísimas y nuevas. Diario, di: «Amor», y el mundo será más fuego, con más fragor de Dios (19:57:13).

lunes, 3 de agosto de 2015

3 de agosto de 2015. Lunes.
OTRO LUCIMIENTO

Otro lucir, en el árbol. Año 2015. F.FotVi

-En un primer momento me pereció ser una hoja lo que había caído del árbol. Era otoño. Y, en otoño, las hojas sienten una vocación de libertad que las hace irse del árbol, donde fueron ornamento y rumor, y volar hasta la tierra, para en ella volver a ser savia y vida, y, en su tiempo, subirse al árbol y lucir de nuevo. A ese otro lucimiento, lo llaman primavera. Me pareció ser una hoja y, sin embargo, lo que había caído del árbol había sido un pájaro; el golpe fue seco, perverso. Cogí el envoltorio de plumas y lo noté con vida aún. Aunque con los ojos cerrados, la vida latía allí, débil, como un parpadeo de algo dudoso. Intenté animarlo, pero no pude: se heló en mi mano. Luego descubrí un pequeño orificio en su cuerpo: un perdigón de escopeta lo había atravesado. Nunca supe de donde vino ni cómo fue. Sólo supe que algo hermoso (como un verso de poema de Dios) había muerto, en mis manos. Di, me dije: «¿Por qué?» Y enterré el pájaro junto a la raíz del árbol, para que esta vez, al volver la primavera, fuera hoja de árbol, con otra clase de vuelo y canto. Recordé esto al saber de la muerte de un bebé palestino a manos de la fe sórdida de unos judíos extremistas, locos de creencias erradas, y que, en el odio al prójimo, y sin saberlo, quizá, (o, sí) Diario, están odiando a Dios (20:46:38).

sábado, 1 de agosto de 2015

1 de agosto de 2015. Sábado.
OÍR LA LLUVIA

Soñando ser nube, en el jardín. F: FotVi

-Parte meteorológico: ayer, de tarde, el cielo último de julio rompió aguas y dio a luz unas gotas de lluvia que parecían la fábula (Esopo) del monte aquel que se puso de parto y parió un ratón. Unas gotas, sin embargo, lúdicas, por ruidosas, con baile dentro. Oír la lluvia es algo así como oír un libro leerse a sí mismo (Yo lo he oído leerse, Candela, ¡y suena!), o a una corchea salirse de la Novena de Beethoven y dar la nota, ella sola, como un sueño libre; eso sí: con Beethoven a su lado: guiándola, asombrándola, llenándola de vida. La música es asombro, Diario, por la misma razón que lo es la lluvia, tan sabia siempre (21:45:19).

viernes, 31 de julio de 2015

31 de julio de 2015. Viernes.
SI NO VOLAMOS

Al acecho, en el jardín. F: FotVi

-Andar por la cuerda floja: un modo triste de apenas avanzar. O un modo inútil de caer en el vacío. Se anda por la cuerda floja cuando se ve combado lo que es firme y terso para el caminante libre -ave de vuelos altos- y sin prejuicios. La hipocresía es cuerda floja, y la demagogia, y los silencios que ocultan la injusticia, y la mentira que agranda lo inocuo y devalúa lo excelente, y el güisqui enloquecedor que provoca el accidente, y el estornudo o eructo inoportuno en un concierto de Vivaldi, y un político haciendo promesas que él sabe y saben todos que no cumplirá, y hablar del peligro de un calentamiento global con un cigarro en la boca, y «el calumnia que algo queda» (por los suelos), y decir que te gusta esta cosa en facebook -un poema, una gracieta, una foto de alguien que se retuesta al sol (gamba roja), etcétera- cuando no te gusta, y un mitrado (o clérigo raso) que se dice a sí mismo y no el evangelio, y la intolerancia clamorosa, y el fragor con pupas de la ignorancia en medios de comunicación y en medio libro o en libro hecho de páginas en blanco, y la incontinencia (o lujuria) iconoclasta, y la mediocridad como punto de partida (trampolín) para llegar a la nada, y la misma nada, donde nada es nada, ni siquiera caos, y el racismo y sus horcas caudinas, y el juez perverso que dicta sentencia según le place o le dictan, y tú y yo si no volamos (soñar) en positivo. ¡Es tan fácil, Diario, andar por la cuerda floja y caer en el vacío! (12:09:37).

martes, 28 de julio de 2015


28 de julio de 2015. Martes.
POETAS SALVAJES
 
Cantautor salvaje, en el jardín. Año 2013. F: FotVi
 
-No mato animalitos, los protejo. Sobre todo a la luciérnaga y a la cigarra, que, con sus himnos de luz y élitros, son poetas salvajes y bellísimos de la naturaleza. No mato animalitos, salvo a las cucarachas, que sobrevivirán, feroces, a la humanidad, y que, por andar siempre en tinieblas, no harán un verso ni leerán libros. Las cucarachas beben tinieblas, como los que odian gustan de la sangre que gotea del diente de Drácula. Linda teoría, pues, Diario: no matar animalitos, sino protegerlos, como la bondad y la verdad, tan escondidas, maltratadas y humilladas, últimamente (18:32:43).

lunes, 27 de julio de 2015


27 de julio de 2015. Lunes.
LOS ABUELOS, AY
 
Belleza de lo viejo, en Segesta. Sicilia. Año 1970. F: FotVi
 
-Ayer, día de los abuelos, una familia miró y dijo: «Me falta un abuelo a la mesa. ¿Dónde está el abuelo?» Hasta que alguien cayó y dijo: «Está en la residencia», y: «¡Ah, qué susto! -Exclamó- ¡Creía que lo habíamos perdido!». Y siguió paseando el perro, que levantó la pata, meó sobre una mata de espliego y pervirtió su aroma. Hay días en los que se celebra la hipocresía y éste es uno de ellos. Día de los abuelos. Hipocresía, o fingimiento. A la vejez se la despoja de su decoro y se la esconde en residencias con horario y psiquiatra, y ejercicios de yoga para despertar las ansias dormidas. Un pito, una señorita con sudadera, y los viejos que dan saltitos y hacen monadas con los brazos, riéndose mucho. Y la pregunta obligada: «¡Estás bien?» «Sí, hijo, estoy bien; pero os echo tanto de menos…» Y el perrito que tira de la cuerda: «Amo, vámonos». Esta vez no se hace (en el espliego) porque le sale la decencia, animal. «Bueno (¿padre, madre?), hasta pronto.» Y los niños que se desenredan del abuelo (abuela), al que dan muchos besos, dejándole alguna lágrima en la mejilla, gota de vida para ellos, quizá; besos y lágrima que acercan la ancianidad a la niñez, hasta el extremo de casi tocarse. ¡Los abuelos, ay! Según el papa Francisco, Diario: abuelo es igual (en más de un caso, dice) a objeto de desecho. ¿A que, no? ¿O, sí? (19:37:15).

domingo, 26 de julio de 2015


26 de julio de 2015. Domingo.
ESCRIBO
 
Luz compartida, en el parque. Torre de la Horadada. F: FotVi
 
-Si no fuera domingo, escribiría; pero, como lo es, también escribo. Escribo: Dios y el pan; o partir y compartir. El que posee pan y a Dios y no comparte (el pan), quizá se quede con todo su pan, pero seguro que algo pierde de Dios. La multiplicación de los panes evangélica dio comienzo cuando se empezó a compartir: cinco panes y dos peces, partidos y compartidos. Dios y pan, Diario, o compartir: lo demás es abundancia de pan (quizá), y silencio… de Dios (19:55:18).

sábado, 25 de julio de 2015


25 de julio de 2015. Sábado.
LOS ETCÉTERAS
 
Sin vacíos, en el jardín. F: FotVi
 
-Crear vacíos sin rellenarlos, mal ejercicio, dijo el sabio. Lo terrible del vacío es que no alberga más que sombras. Su contenido es la nada. La perversidad del vacío radica en que en él no hay voces, palabras, ecos, historias, paisajes, miedos, sueños, etcéteras. (Los etcéteras son muy significativos en la nada del vacío: en otros momentos lo llenaron de vida). Abogo, Diario, porque haya menos vacíos y más luz en las tinieblas... del alma, sobre todo (18:20:45).

jueves, 23 de julio de 2015


23 de julio de 2015. Jueves.
UN ACTOR
 
Corazón de geranio, en el jardín. Para José Sazatornil. F: FotVi
 
-Se me ha muerto un actor. En verano, y en los Alcázares, miraba yo y allí estaba él, de pie, como absorto, con su cara de figura del Greco y su bigote apaisado y socarrón, ladino. Yo, en lo mío (o en lo de Dios, celebraba misa), desviaba de vez en vez la vista para echar una mirada al famoso, que respondía a Saza, abreviación de Sazatornil, apellido este trabalenguas, sin duda, por lo que había que acortarlo. Finalizada la misa, Saza me esperaba a la puerta del templo y me saludaba con una enorme risa hecha de dientes y afabilidad. Hay quien ríe con todas sus fuerzas y quien lo hace con toda la dentadura, dando luz a la risa, albor. Antes de reír, Saza adelantaba los dientes, y luego reía con ángel y dentadura. Cada vez, durante cinco años, me saludaba con una inclinación, teatral, y me decía: «Me gusta cómo vocaliza usted». Él tenía una voz honda, de dulce desgarro, voz fuerte de escenario y candilejas. Ahora me dicen que ha muerto; y con él han muerto su voz y su gracia, y su gran estatura de hombre afable, jovial, entrañable, un pedazo de pan, que diría madre. Pan comestible y gustoso, e inspirador. Tras haber padecido la enfermedad de los olvidos, del mirar sin ver, de todos los silencios, el alzheimer, Saza ha muerto. Descanse en paz, Diario, y que halle en Dios la memoria y el volar de todos sus recuerdos, para darse fe a sí mismo de que ha vivido, y soñado (20:01:05).

miércoles, 22 de julio de 2015

22 de julio de 2015. Miércoles.
HOGUERA INTERIOR

Fuego interior, en San Blas. Santiago de la Ribera. 2013. F: FotVi

-Mientras escupía de su boca una colilla de cigarro con baba, dijo el poeta: «El infierno se siente en la brasa del cigarrillo que pende del labio», y sonrió con dientes negros y gesto blanco de haberse quemado, el corazón. Luego escupió el día y arrojó fuego, tanto había sido el calor. (¡Qué verano!, se dijo). Hasta que gritó: «¡Dios!», y fue aliviada entonces, Diario, su hoguera interior (10:09:20).

lunes, 20 de julio de 2015


20 de julio de 2015. Lunes.
PINTAMOS
 
Del color del cristal, en el parque. F: FotVi
 
-Es curioso, lírico y grasiento, y hasta enternecedor, que, en el mundo de la política, lo que es bueno de este lado, es malo del otro. En política, todo es del color del cristal con que se mira: o azul, si miras desde una gaviota; o grana, si desde un puño con rosa roja. El mundo, pues (según la política), hecho de colores. Pero un mundo este, Diario, en el que tú y yo, sin embargo, apenas pintamos nada (21:01:47).

sábado, 18 de julio de 2015


18 de julio de 2015. Sábado.
EL CORRALITO
 
Lo que fue yes, la Magna Grecia. Paestum. Italia. 1970. F: FotVi
 
-Grecia empieza a ser un corralito acorralado, por los acreedores. Los acreedores son las almas benditas que prestan con una mano y recogen con las dos. Porque el dinero, como el agua, siempre vuelve al mismo mar, al mar de la abundancia. Antiguamente, se daba el usurero, hoy se da el acreedor, que es, además, un pájaro de cuenta, anónimo. Otra especie, de pájaro. Nadie sabe dónde está el acreedor, que por lo visto vive en las tinieblas lujosas del cajero automático del banco. En el corralito te dan de lo tuyo, pero a cuenta gotas, para que no te mueras de golpe y sigas laborando y abultando así la bolsa del acreedor. Aunque dicen (¡qué cosas!) que el acreedor soy yo; yo que pago mis impuestos y que no sé de qué cajero automático se extraen. ¿Yo acreedor? ¿De qué? ¿De quién? Dice el poeta en un salmo (el 84): «La fidelidad brota de la tierra, / la justicia mira desde el cielo». Dios, ¿dónde andas? Que tu justicia llueva la tierra y sin cajeros de corralito que nos la den, con alma de usurero, gota a gota. Que al fin, sigue el poeta: «tu justicia y la paz se besen…; / y nuestra tierra dé su fruto». Es, Diario, mi oración desesperada, y furiosa (si es que vale la furia en la oración), de cada día (11:13:36).

jueves, 16 de julio de 2015


16 de julio de 2015. Jueves.
TERNURA FRUSTRADA
 
Esperando unas manos, en Tallín. Estonia. F: FotVi
 
-¡Las manos! Y miro mis manos: en las manos se lee la vida, dicen. Y la muerte, a veces. Las manos son arte si de la arcilla extraen belleza: un vaso griego; y pavor y fealdad, vileza, si de ellas, por el contario, emana la muerte. (Cada día me conmueve ver alzar mis manos con el pan de Dios, blanco, y con la noticia de que antes de todo el pan fue espiga. Espiga, pan, Dios: milagro de la nueva alianza del cielo con la tierra, o de Dios con la belleza). Las manos perdonan y condenan; abren y cierran; dan (un vaso de agua) y quitan (la vida); colorean y emborronan. Por el ejercicio de las manos, el hombre se irguió del mono, y, erguido, atisbó horizontes nuevos y estrellas lejanísimas, y libros y sueños, y, así, se abrió a la biblioteca de la sabiduría. Hay manos, decía, que dan y quitan vida, como un vientre de madre. (Alumbramiento -luz-; aborto -negrura-, o así). Ayer, la noticia nos alertó la emoción y el llanto, y la incredulidad. En Mejorada del Campo, una madre (sus manos) había arrojado a su bebé a un contenedor (extraña cuna) de basura: lo entregaba a la muerte; y unos guardias civiles (otras manos) lo evitaban, devolviéndolo al gorjeo y a la vida. Rafael y Daniel es el nombre de los ángeles (vestidos de verde) que salvaron la vida del bebé; el nombre de la madre (o de la ternura frustrada), Diario, no me interesa; o sólo para, pensando en ella, evitar caer en la tentación de considerar que la vida, por pequeña que sea, y más la humana, no es un milagro mayor que una galaxia o que cualquier sórdida desesperación, que toque lo infernal (12:05:15).

martes, 14 de julio de 2015

14 de julio de 2015. Martes.
GOLPE INESPERADO

Lágrimas de silencio, en el jardín. F: FotVi

-Hubo un día (18 años hace) en que Dios estuvo en Ermua en la agonía de un joven de nombre Miguel Ángel Blanco, y luego de recibir un balazo en la nuca. Dios estaba en la nuca, donde hirió la bala, en el terrible golpe inesperado, en aquella abertura por donde entró la muerte. El mal, y el maligno, estaban en la bala, donde clamaba la perversidad, la sordidez, lo irracional. Hay cruces confeccionadas de diversos materiales: entre ellos, el tiro cobarde y satánico en la nuca. Ese día, como en Auschwitz, como en tantos infiernos del odio (piense usted uno: ¡hay tantos desde Abel!), la humanidad menguó, perdió dignidad, cayó a más baja estatura espiritual que cualquier humilde hierba nacida como un vuelo de vida y belleza en el campo, el campo floral y el de los sueños, como el de la espiga. Dieciocho años, y ya empieza a echarse la tierra del olvido sobre la herida y sobre el que la produjo, que fueron uno, o fueron dos, o un pueblo (o porción), que miraba para otra parte. Casi todos mirábamos hacia otro lado, hasta que entró la bala, rompiendo y taladrando, en la nuca de Miguel Ángel, y en nuestras conciencias. Entonces hubo clamor blanco, manos blancas alzadas al cielo (gritos blancos), lágrimas blancas, y horror negro. Yo recuerdo el día y la hora, y dónde estaba, y el dolor airado, y la detención de todas las cosas en el pavor, en la niebla. Celebré la misa y no supe qué decir; sólo mirar el pan del altar, el consagrado, el que latía con Dios, y balbucir apenas: «¡Señor!», y hacer un silencio larguísimo, con ruido de lágrimas, que siguieron los que me acompañaban. Y no sé, Diario, por qué ahora me vienen a la boca, como seca oración, lo que el poeta Héctor Viel escribió en un día de enfermedad triste: «Señor: Desde este instante, mi cabeza quiere ser, por los siglos de los siglos, la herida de tu mano bendiciéndome en fuego» (11:30:37).

domingo, 12 de julio de 2015


 

12 de julio de 2015. Domingo.
LA LENTE
 
Lente latiendo, en el jardín. F: FotVi
 
-A veces, tan exiguo es lo pequeño, que hay que hacer uso del microscopio para casi adivinarlo; y tan enorme lo grande, que hay que valerse del telescopio para intuirlo. Algo parecido ocurre con Dios, dijo el sabio; sólo puede vislumbrarse a través de la lente graciosa y hecha de sangre (en ocasiones) de la fe. La fe, microscopio y telescopio, pues, de acercamiento a la visión mística (espiritual) de Dios. Decía Ortega que, desde la fe, «Dios es la última dimensión de la campiña». Contemplaré, Diario, meditándola, esta afirmación; de momento, me seduce, es hermosa e inquietante (20:50:18).

sábado, 11 de julio de 2015


11 de julio de 2015. Sábado.
BRISA
 
Suave brisa, sobre la mesa. F: FotVi
 
-Esta mañana, ha venido un soplo de brisa (Dios se manifestó a Elías «en el susurro de una brisa suave»; es decir, en la Paz,) y ha amortiguado, adelgazándolo, el calor. La brisa, aunque frágil, vence al calor. Como la sonrisa, con el tiempo, al odio. O la fortaleza de lo frágil apagando las sañas o furias de lo fuerte. La palabra, que es soplo, aliento con significado, finísimo envoltorio de ideas (tan fino que un mero fragor las silencia) es más impetuosa (en el diálogo) que la guerra con su fiebre de hacha y espada. Las guerras duran tanto como la estulticia (o la avaricia) del hombre las alargan; hasta que la palabra (susurro de brisa suave) las aplaca. Incluso la violencia verbal no entra dentro del reino bellísimo de la palabra, lugar de ensueños (y de encuentros) hecho viento, aura, pero no tormenta. Feliz hallazgo el de Juan en su evangelio: Dios se hizo Verbo; es decir, Palabra, suave Crujido con sentido, y así acampó entre nosotros; acampó hablando, no batallando. Crujió el vientre de una mujer, se abrió, y dio a luz la Palabra; Palabra que todo lo solucionaba hablando: no hizo guerras, sólo evangelizó, dio buenas noticias, tales como que Dios es amor, que somos hermanos, pon la otra mejilla, devuelve bien por mal, dijo, y murió perdonando a los que, entre burlas, lo crucificaban; la burla, o el helor de la palabra, el hedor; hedor, además, enfebrecido. Las palabras felices, todas, Diario, sobre la mesa: en el soplo de «brisa suave» del evangelio (10:31:06).

miércoles, 8 de julio de 2015


8 de julio de 2015. Miércoles.
NO ENTIENDO NADA
 
De tertulia, en el jardín. F: FotVi
 
-¿Por qué no entiendo nada? ¿Por qué la dialéctica de algunos (en prensa, radio, televisión) cada vez me deja KO, o knock out; es decir, fuera de combate? En el ejercicio de la dialéctica casi nadie parece decir verdad, o, en todo caso, sólo su verdad. Al hilo de la palabra se van hilvanando medias verdades, mentiras, y (de vez en vez, como una ramita verde de alegría y triunfo, o de aleluya todavía en yema) alguna verdad. Hablan, batallan, se enzarzan. Hay lenguaje en sus ojos, en sus manos, además de en sus sonrisas de desprecio o conmiseración. La sonrisa de desprecio (o conmiseración) es el penúltimo ultraje o bomba fétida contra el oponente. Se llaman tertulianos y ganan poco (eso dicen), pero venden mucho. No escuchan, sólo recitan: o un verso blanco (derechas, conservador), o un verso rojo (izquierdas, progre), o el de color naranja (centro, intermedio); y, últimamente, también el verso color de fuego (los extremos, populismos), que son los que sin pudor y con dientes blancos (¿dispuestos al mordisco -quizá-?) más perdonan, sonriendo. Estas tertulias son un echarse un pulso dialéctico, donde cada cual se siente vencedor; y donde nadie da su brazo a torcer. Yo, a veces, los oigo como el que oye llover, y (cantando lo de: «Que llueva, que llueva…, etcétera»), acabo por ser el último que ríe, pasándome a ver a John Wayne en una de John Fort, donde Shakespeare se hace Oeste bellísimo, trágico, tierno, lúdico, soñador, y con un final hermoso en el que, mientras las praderas florecen y los ríos siguen yéndose camino de sus sueños, Romeo siempre halla a Julieta, en el recodo de un beso. Al final de la tertulia, Diario, nunca hay poema, porque no hay verso blanco que rime con verso rojo, o verso naranja que lo haga con el verso de fuego; o sea, todo queda como estaba: en agua de borrajas. Ay, en agua de tertulia (12:19:06).

martes, 7 de julio de 2015


7 de julio de 2015. Martes.
LA UTOPÍA
 
Luciendo y diciendo, en el jardín. F: FotVi
 
-Si algún día, cansado, exhausto como un árbol viejo, busco y no encuentro donde sentarme, donde hallar respiro, lo haré en la utopía, y en ella descansaré de mis achaques y dudas; la utopía, donde, con Dios y sus pavorosos silencios, habitan todos los sueños, también el de la florecilla que luce y expresa así lo que siente, dijo el sabio. Como la florecilla, Diario, y me puse a pensar (20:26:09).

lunes, 6 de julio de 2015


6 de julio de 2015. Lunes.
OTRO LENGUAJE
 
Luna rayada, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer marchó un racimo de mi familia, un trozo; racimo o trozo, digo, porque no estaba toda la familia. El núcleo quedaba en Las Palmas, la familia de allí, donde la Luna (en la mente infantil y de dibujo de Candela) habla. Entrar en el lenguaje de la Luna y entenderlo: mi gran iluminación, e ilusión; preguntaré a Candela cómo se hace. Si entro en el lenguaje (blanco y nocturno, de luciérnaga, creo) de la Luna, os lo contaré, y lo hablaremos juntos; como nuevo paisaje inédito de la palabra. Y con Candela de profesora; prometido, Diario (20:52:07).

domingo, 5 de julio de 2015


4 de julio de 2015. Sábado.
LA CIRCUNSTANCIA, O EL ALREDEDOR
 
Alrededor glorioso, en el Valle de Göreme. Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Julio avanza y el calor sigue, y da comienzo así la dispersión, el horror de descoyuntar lo que estaba unido. Las playas se hacen piña, y las ciudades fuga, postal con perro libre por las calles solitarias. Se detiene el perro, mira, y ve su sombra lisa y dura bajo el sol, y las esquinas amigas, donde él (y alguna política extrema) excretan su orina. Mirada, sin embargo, afligida la del perro, llorosa: la soledad oprime. Pregunte usted a la playa y oirá sus lamentos; pregunte a la ciudad, y oirá  que (aun con perro triste) suspira con alivio, rescatada. El hombre es un depredador inmisericorde, con la crueldad de una gota de agua continua sobre la roca, que hiere hasta perforarla; entre julio y agosto, el litoral se llena de negocio y pavor ecológicos. Corre el dinero, se tuestan los cuerpos, mientras en el cielo escriben vuelos tristes y planos las gaviotas. Les han arrebatado su mar y los acantilados de sus nidos. Y claman, graznan. Ellas saben que el mundo se está muriendo en el mar, o en el trueque de todo un reino divino por un plato de lentejas. Muerta el alma del hombre (el otro mar de lo sensible y estancia recóndita de la Divinidad), se muere todo. Dijo Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Amar el yo, pero a la vez que a la circunstancia del yo; o toda la hermosa, y terrible a veces, escenografía (o alrededores) en la que se desenvuelve el yo. La circunstancia, que es pájaro, y bosque, y zumbar de abeja, y lenguaje del batir del mar en la arena de la playa o en el acantilado, y amarillear del nerdo, y la raya de luz sobre el mar en las noches de luna. (La luna, o la niña desnuda que raya la pizarra del mar con tiza de hada, blanca. ¡Qué triunfo escolar, entonces, la raya de tiza en la pizarra del mar!). Y en el ínterin, que diría el clásico, ahí siguen la miseria y la punzada de todo sufrimiento, también el humano, que deriva y se recrea en la injusticia o tiranía humanas. Sin la perfidia humana, Diario, el mundo sería bueno y puro, sin parálisis nocivos, y con la divina fragilidad del que, a pesar de todo, vence; un santo llamado Pablo, así lo afirmó. Con la pureza y osadía de lo irónico e inédito, dijo: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte». Entonces, Diario, cuando lo frágil se hace don divino, o fortaleza sin violencia, divina (19:22:51).