9 de octubre de 2023. Lunes.
DOS AMORES HICIERON DOS CIUDADES
DOS AMORES HICIERON DOS CIUDADES
-Israel y
palestinos de nuevo en guerra, como una maldición bíblica. ¿Será esto
consecuencia de las maldiciones de Dios a Israel, que se anuncian en el Deuteronomio
y Levítico? «El Señor permitirá que seas derrotado por tu enemigos», se lee,
entre otras, en el Levítico. Pero dudo
que Dios castigue de esta manera. Dios, desde que Jesucristo nos lo revela como
el que perdona siempre –«setenta siete veces», le dice a Pedro, es decir,
infinitamente– y nos lo muestra como el Padre del abrazo y el banquete al hijo
pródigo, y el que permite que su Hijo muera por Amor en un viejo madero…, no es
un Dios que castigue a los que quiere, sino un Dios benevolente que bendice y
redime a todo aquél que se lo pide, sea de la nación, raza o religión que sea. Dios
no lleva a la guerra, no al conflicto, no es creador de armas destructivas,
sólo el interés del poderoso arma el brazo del guerrero y lo envía a combatir,
prometiéndole un cielo aquí abajo, y pagándole en moneda que no salva. San
Agustín, en La ciudad de Dios, dice: «Dos
amores hicieron dos ciudades. El amor de sí mismo, despreciando a Dios, hizo la
terrenal. El amor de Dios, despreciándose a sí mismo, hizo la celestial». Yo
pido, Diario, que, despreciándose a sí mismos, Israel y los palestinos construyan
la ciudad de Dios, en la que todos quepan como hijos suyos, amándose.