sábado, 25 de julio de 2015


25 de julio de 2015. Sábado.
LOS ETCÉTERAS
 
Sin vacíos, en el jardín. F: FotVi
 
-Crear vacíos sin rellenarlos, mal ejercicio, dijo el sabio. Lo terrible del vacío es que no alberga más que sombras. Su contenido es la nada. La perversidad del vacío radica en que en él no hay voces, palabras, ecos, historias, paisajes, miedos, sueños, etcéteras. (Los etcéteras son muy significativos en la nada del vacío: en otros momentos lo llenaron de vida). Abogo, Diario, porque haya menos vacíos y más luz en las tinieblas... del alma, sobre todo (18:20:45).

jueves, 23 de julio de 2015


23 de julio de 2015. Jueves.
UN ACTOR
 
Corazón de geranio, en el jardín. Para José Sazatornil. F: FotVi
 
-Se me ha muerto un actor. En verano, y en los Alcázares, miraba yo y allí estaba él, de pie, como absorto, con su cara de figura del Greco y su bigote apaisado y socarrón, ladino. Yo, en lo mío (o en lo de Dios, celebraba misa), desviaba de vez en vez la vista para echar una mirada al famoso, que respondía a Saza, abreviación de Sazatornil, apellido este trabalenguas, sin duda, por lo que había que acortarlo. Finalizada la misa, Saza me esperaba a la puerta del templo y me saludaba con una enorme risa hecha de dientes y afabilidad. Hay quien ríe con todas sus fuerzas y quien lo hace con toda la dentadura, dando luz a la risa, albor. Antes de reír, Saza adelantaba los dientes, y luego reía con ángel y dentadura. Cada vez, durante cinco años, me saludaba con una inclinación, teatral, y me decía: «Me gusta cómo vocaliza usted». Él tenía una voz honda, de dulce desgarro, voz fuerte de escenario y candilejas. Ahora me dicen que ha muerto; y con él han muerto su voz y su gracia, y su gran estatura de hombre afable, jovial, entrañable, un pedazo de pan, que diría madre. Pan comestible y gustoso, e inspirador. Tras haber padecido la enfermedad de los olvidos, del mirar sin ver, de todos los silencios, el alzheimer, Saza ha muerto. Descanse en paz, Diario, y que halle en Dios la memoria y el volar de todos sus recuerdos, para darse fe a sí mismo de que ha vivido, y soñado (20:01:05).

miércoles, 22 de julio de 2015

22 de julio de 2015. Miércoles.
HOGUERA INTERIOR

Fuego interior, en San Blas. Santiago de la Ribera. 2013. F: FotVi

-Mientras escupía de su boca una colilla de cigarro con baba, dijo el poeta: «El infierno se siente en la brasa del cigarrillo que pende del labio», y sonrió con dientes negros y gesto blanco de haberse quemado, el corazón. Luego escupió el día y arrojó fuego, tanto había sido el calor. (¡Qué verano!, se dijo). Hasta que gritó: «¡Dios!», y fue aliviada entonces, Diario, su hoguera interior (10:09:20).

lunes, 20 de julio de 2015


20 de julio de 2015. Lunes.
PINTAMOS
 
Del color del cristal, en el parque. F: FotVi
 
-Es curioso, lírico y grasiento, y hasta enternecedor, que, en el mundo de la política, lo que es bueno de este lado, es malo del otro. En política, todo es del color del cristal con que se mira: o azul, si miras desde una gaviota; o grana, si desde un puño con rosa roja. El mundo, pues (según la política), hecho de colores. Pero un mundo este, Diario, en el que tú y yo, sin embargo, apenas pintamos nada (21:01:47).

sábado, 18 de julio de 2015


18 de julio de 2015. Sábado.
EL CORRALITO
 
Lo que fue yes, la Magna Grecia. Paestum. Italia. 1970. F: FotVi
 
-Grecia empieza a ser un corralito acorralado, por los acreedores. Los acreedores son las almas benditas que prestan con una mano y recogen con las dos. Porque el dinero, como el agua, siempre vuelve al mismo mar, al mar de la abundancia. Antiguamente, se daba el usurero, hoy se da el acreedor, que es, además, un pájaro de cuenta, anónimo. Otra especie, de pájaro. Nadie sabe dónde está el acreedor, que por lo visto vive en las tinieblas lujosas del cajero automático del banco. En el corralito te dan de lo tuyo, pero a cuenta gotas, para que no te mueras de golpe y sigas laborando y abultando así la bolsa del acreedor. Aunque dicen (¡qué cosas!) que el acreedor soy yo; yo que pago mis impuestos y que no sé de qué cajero automático se extraen. ¿Yo acreedor? ¿De qué? ¿De quién? Dice el poeta en un salmo (el 84): «La fidelidad brota de la tierra, / la justicia mira desde el cielo». Dios, ¿dónde andas? Que tu justicia llueva la tierra y sin cajeros de corralito que nos la den, con alma de usurero, gota a gota. Que al fin, sigue el poeta: «tu justicia y la paz se besen…; / y nuestra tierra dé su fruto». Es, Diario, mi oración desesperada, y furiosa (si es que vale la furia en la oración), de cada día (11:13:36).

jueves, 16 de julio de 2015


16 de julio de 2015. Jueves.
TERNURA FRUSTRADA
 
Esperando unas manos, en Tallín. Estonia. F: FotVi
 
-¡Las manos! Y miro mis manos: en las manos se lee la vida, dicen. Y la muerte, a veces. Las manos son arte si de la arcilla extraen belleza: un vaso griego; y pavor y fealdad, vileza, si de ellas, por el contario, emana la muerte. (Cada día me conmueve ver alzar mis manos con el pan de Dios, blanco, y con la noticia de que antes de todo el pan fue espiga. Espiga, pan, Dios: milagro de la nueva alianza del cielo con la tierra, o de Dios con la belleza). Las manos perdonan y condenan; abren y cierran; dan (un vaso de agua) y quitan (la vida); colorean y emborronan. Por el ejercicio de las manos, el hombre se irguió del mono, y, erguido, atisbó horizontes nuevos y estrellas lejanísimas, y libros y sueños, y, así, se abrió a la biblioteca de la sabiduría. Hay manos, decía, que dan y quitan vida, como un vientre de madre. (Alumbramiento -luz-; aborto -negrura-, o así). Ayer, la noticia nos alertó la emoción y el llanto, y la incredulidad. En Mejorada del Campo, una madre (sus manos) había arrojado a su bebé a un contenedor (extraña cuna) de basura: lo entregaba a la muerte; y unos guardias civiles (otras manos) lo evitaban, devolviéndolo al gorjeo y a la vida. Rafael y Daniel es el nombre de los ángeles (vestidos de verde) que salvaron la vida del bebé; el nombre de la madre (o de la ternura frustrada), Diario, no me interesa; o sólo para, pensando en ella, evitar caer en la tentación de considerar que la vida, por pequeña que sea, y más la humana, no es un milagro mayor que una galaxia o que cualquier sórdida desesperación, que toque lo infernal (12:05:15).

martes, 14 de julio de 2015

14 de julio de 2015. Martes.
GOLPE INESPERADO

Lágrimas de silencio, en el jardín. F: FotVi

-Hubo un día (18 años hace) en que Dios estuvo en Ermua en la agonía de un joven de nombre Miguel Ángel Blanco, y luego de recibir un balazo en la nuca. Dios estaba en la nuca, donde hirió la bala, en el terrible golpe inesperado, en aquella abertura por donde entró la muerte. El mal, y el maligno, estaban en la bala, donde clamaba la perversidad, la sordidez, lo irracional. Hay cruces confeccionadas de diversos materiales: entre ellos, el tiro cobarde y satánico en la nuca. Ese día, como en Auschwitz, como en tantos infiernos del odio (piense usted uno: ¡hay tantos desde Abel!), la humanidad menguó, perdió dignidad, cayó a más baja estatura espiritual que cualquier humilde hierba nacida como un vuelo de vida y belleza en el campo, el campo floral y el de los sueños, como el de la espiga. Dieciocho años, y ya empieza a echarse la tierra del olvido sobre la herida y sobre el que la produjo, que fueron uno, o fueron dos, o un pueblo (o porción), que miraba para otra parte. Casi todos mirábamos hacia otro lado, hasta que entró la bala, rompiendo y taladrando, en la nuca de Miguel Ángel, y en nuestras conciencias. Entonces hubo clamor blanco, manos blancas alzadas al cielo (gritos blancos), lágrimas blancas, y horror negro. Yo recuerdo el día y la hora, y dónde estaba, y el dolor airado, y la detención de todas las cosas en el pavor, en la niebla. Celebré la misa y no supe qué decir; sólo mirar el pan del altar, el consagrado, el que latía con Dios, y balbucir apenas: «¡Señor!», y hacer un silencio larguísimo, con ruido de lágrimas, que siguieron los que me acompañaban. Y no sé, Diario, por qué ahora me vienen a la boca, como seca oración, lo que el poeta Héctor Viel escribió en un día de enfermedad triste: «Señor: Desde este instante, mi cabeza quiere ser, por los siglos de los siglos, la herida de tu mano bendiciéndome en fuego» (11:30:37).

domingo, 12 de julio de 2015


 

12 de julio de 2015. Domingo.
LA LENTE
 
Lente latiendo, en el jardín. F: FotVi
 
-A veces, tan exiguo es lo pequeño, que hay que hacer uso del microscopio para casi adivinarlo; y tan enorme lo grande, que hay que valerse del telescopio para intuirlo. Algo parecido ocurre con Dios, dijo el sabio; sólo puede vislumbrarse a través de la lente graciosa y hecha de sangre (en ocasiones) de la fe. La fe, microscopio y telescopio, pues, de acercamiento a la visión mística (espiritual) de Dios. Decía Ortega que, desde la fe, «Dios es la última dimensión de la campiña». Contemplaré, Diario, meditándola, esta afirmación; de momento, me seduce, es hermosa e inquietante (20:50:18).

sábado, 11 de julio de 2015


11 de julio de 2015. Sábado.
BRISA
 
Suave brisa, sobre la mesa. F: FotVi
 
-Esta mañana, ha venido un soplo de brisa (Dios se manifestó a Elías «en el susurro de una brisa suave»; es decir, en la Paz,) y ha amortiguado, adelgazándolo, el calor. La brisa, aunque frágil, vence al calor. Como la sonrisa, con el tiempo, al odio. O la fortaleza de lo frágil apagando las sañas o furias de lo fuerte. La palabra, que es soplo, aliento con significado, finísimo envoltorio de ideas (tan fino que un mero fragor las silencia) es más impetuosa (en el diálogo) que la guerra con su fiebre de hacha y espada. Las guerras duran tanto como la estulticia (o la avaricia) del hombre las alargan; hasta que la palabra (susurro de brisa suave) las aplaca. Incluso la violencia verbal no entra dentro del reino bellísimo de la palabra, lugar de ensueños (y de encuentros) hecho viento, aura, pero no tormenta. Feliz hallazgo el de Juan en su evangelio: Dios se hizo Verbo; es decir, Palabra, suave Crujido con sentido, y así acampó entre nosotros; acampó hablando, no batallando. Crujió el vientre de una mujer, se abrió, y dio a luz la Palabra; Palabra que todo lo solucionaba hablando: no hizo guerras, sólo evangelizó, dio buenas noticias, tales como que Dios es amor, que somos hermanos, pon la otra mejilla, devuelve bien por mal, dijo, y murió perdonando a los que, entre burlas, lo crucificaban; la burla, o el helor de la palabra, el hedor; hedor, además, enfebrecido. Las palabras felices, todas, Diario, sobre la mesa: en el soplo de «brisa suave» del evangelio (10:31:06).

miércoles, 8 de julio de 2015


8 de julio de 2015. Miércoles.
NO ENTIENDO NADA
 
De tertulia, en el jardín. F: FotVi
 
-¿Por qué no entiendo nada? ¿Por qué la dialéctica de algunos (en prensa, radio, televisión) cada vez me deja KO, o knock out; es decir, fuera de combate? En el ejercicio de la dialéctica casi nadie parece decir verdad, o, en todo caso, sólo su verdad. Al hilo de la palabra se van hilvanando medias verdades, mentiras, y (de vez en vez, como una ramita verde de alegría y triunfo, o de aleluya todavía en yema) alguna verdad. Hablan, batallan, se enzarzan. Hay lenguaje en sus ojos, en sus manos, además de en sus sonrisas de desprecio o conmiseración. La sonrisa de desprecio (o conmiseración) es el penúltimo ultraje o bomba fétida contra el oponente. Se llaman tertulianos y ganan poco (eso dicen), pero venden mucho. No escuchan, sólo recitan: o un verso blanco (derechas, conservador), o un verso rojo (izquierdas, progre), o el de color naranja (centro, intermedio); y, últimamente, también el verso color de fuego (los extremos, populismos), que son los que sin pudor y con dientes blancos (¿dispuestos al mordisco -quizá-?) más perdonan, sonriendo. Estas tertulias son un echarse un pulso dialéctico, donde cada cual se siente vencedor; y donde nadie da su brazo a torcer. Yo, a veces, los oigo como el que oye llover, y (cantando lo de: «Que llueva, que llueva…, etcétera»), acabo por ser el último que ríe, pasándome a ver a John Wayne en una de John Fort, donde Shakespeare se hace Oeste bellísimo, trágico, tierno, lúdico, soñador, y con un final hermoso en el que, mientras las praderas florecen y los ríos siguen yéndose camino de sus sueños, Romeo siempre halla a Julieta, en el recodo de un beso. Al final de la tertulia, Diario, nunca hay poema, porque no hay verso blanco que rime con verso rojo, o verso naranja que lo haga con el verso de fuego; o sea, todo queda como estaba: en agua de borrajas. Ay, en agua de tertulia (12:19:06).

martes, 7 de julio de 2015


7 de julio de 2015. Martes.
LA UTOPÍA
 
Luciendo y diciendo, en el jardín. F: FotVi
 
-Si algún día, cansado, exhausto como un árbol viejo, busco y no encuentro donde sentarme, donde hallar respiro, lo haré en la utopía, y en ella descansaré de mis achaques y dudas; la utopía, donde, con Dios y sus pavorosos silencios, habitan todos los sueños, también el de la florecilla que luce y expresa así lo que siente, dijo el sabio. Como la florecilla, Diario, y me puse a pensar (20:26:09).

lunes, 6 de julio de 2015


6 de julio de 2015. Lunes.
OTRO LENGUAJE
 
Luna rayada, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer marchó un racimo de mi familia, un trozo; racimo o trozo, digo, porque no estaba toda la familia. El núcleo quedaba en Las Palmas, la familia de allí, donde la Luna (en la mente infantil y de dibujo de Candela) habla. Entrar en el lenguaje de la Luna y entenderlo: mi gran iluminación, e ilusión; preguntaré a Candela cómo se hace. Si entro en el lenguaje (blanco y nocturno, de luciérnaga, creo) de la Luna, os lo contaré, y lo hablaremos juntos; como nuevo paisaje inédito de la palabra. Y con Candela de profesora; prometido, Diario (20:52:07).

domingo, 5 de julio de 2015


4 de julio de 2015. Sábado.
LA CIRCUNSTANCIA, O EL ALREDEDOR
 
Alrededor glorioso, en el Valle de Göreme. Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Julio avanza y el calor sigue, y da comienzo así la dispersión, el horror de descoyuntar lo que estaba unido. Las playas se hacen piña, y las ciudades fuga, postal con perro libre por las calles solitarias. Se detiene el perro, mira, y ve su sombra lisa y dura bajo el sol, y las esquinas amigas, donde él (y alguna política extrema) excretan su orina. Mirada, sin embargo, afligida la del perro, llorosa: la soledad oprime. Pregunte usted a la playa y oirá sus lamentos; pregunte a la ciudad, y oirá  que (aun con perro triste) suspira con alivio, rescatada. El hombre es un depredador inmisericorde, con la crueldad de una gota de agua continua sobre la roca, que hiere hasta perforarla; entre julio y agosto, el litoral se llena de negocio y pavor ecológicos. Corre el dinero, se tuestan los cuerpos, mientras en el cielo escriben vuelos tristes y planos las gaviotas. Les han arrebatado su mar y los acantilados de sus nidos. Y claman, graznan. Ellas saben que el mundo se está muriendo en el mar, o en el trueque de todo un reino divino por un plato de lentejas. Muerta el alma del hombre (el otro mar de lo sensible y estancia recóndita de la Divinidad), se muere todo. Dijo Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Amar el yo, pero a la vez que a la circunstancia del yo; o toda la hermosa, y terrible a veces, escenografía (o alrededores) en la que se desenvuelve el yo. La circunstancia, que es pájaro, y bosque, y zumbar de abeja, y lenguaje del batir del mar en la arena de la playa o en el acantilado, y amarillear del nerdo, y la raya de luz sobre el mar en las noches de luna. (La luna, o la niña desnuda que raya la pizarra del mar con tiza de hada, blanca. ¡Qué triunfo escolar, entonces, la raya de tiza en la pizarra del mar!). Y en el ínterin, que diría el clásico, ahí siguen la miseria y la punzada de todo sufrimiento, también el humano, que deriva y se recrea en la injusticia o tiranía humanas. Sin la perfidia humana, Diario, el mundo sería bueno y puro, sin parálisis nocivos, y con la divina fragilidad del que, a pesar de todo, vence; un santo llamado Pablo, así lo afirmó. Con la pureza y osadía de lo irónico e inédito, dijo: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte». Entonces, Diario, cuando lo frágil se hace don divino, o fortaleza sin violencia, divina (19:22:51).

jueves, 2 de julio de 2015

2 de julio de 2015. Jueves.
UN ANIMAL SANTO

Gota de agua escondiéndose, en el jardín. F: FotVi

-Al astrónomo, filósofo, matemático y poeta Giordano Bruno (Siglo XVI) se le ocurrió escribir: «El mundo es un animal santo, sagrado y venerable». Y yo me he dicho: «Si es animal, respira y siente, y oye y ama, y debe abrigar la esperanza de ser amado». Y esperanza de ser amado -con fervor y temblor, o susto- hasta el sufrimiento. Amado y respetado, con sufrimiento, aun en las indefensas y pequeñas cosas, las que lo hacen asequible, cercano, lírico hasta el tacto: como esa gota de agua que cae en tierra y la fecunda. Ser tierra, gota de agua, brisa, donde, si se pone el oído, Diario, se escucha a Dios; es decir, su amor, o su latido (19:59:59).

miércoles, 1 de julio de 2015


1 de julio de 2015. Miércoles.
ORGULLO
 
Subido a su orgullo, en soledad. F: FotVi
 
-«Se me ha subido el orgullo a la cabeza y me ha coronado de tonto», dijo el sabio. Y Voltaire (que no era precisamente tonto) añadió: «Aquel que es demasiado pequeño suele tener un orgullo grande». Y alguien, Diario, preguntó entonces: «¿Qué es eso del orgullo gay?», y no halló respuesta, sólo un clamor de ofensas, por preguntar (21:03:53).

martes, 30 de junio de 2015


30 de junio de 2015. Martes.
AFIRMAR
 
Afirmación, en el jardín. F: FotVi
 
-San Pedro fue un caso de negación y afirmación. O de afirmación, negación y afirmación. Primero, afirmó: «Tú eres el hijo de Dios». Luego, negó: «Yo no conozco a ése». (Era el mismo Amigo). Para concluir diciendo: «Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te amo». Y hasta dar su vida por esta afirmación. La primera afirmación y negación sucedieron en su juventud, entre el lago de Galilea y Judea, entre caminatas y asombros de cosas: muerte y resurrección, y ascensión y despedida del Amigo. La afirmación definitiva ocurrió en Roma y en su ancianidad. Afirmación que le llevó a una muerte de cruz y gloria, como al Amigo; a veces, Diario, afirmar tal vez sea morir un poco (o del todo) en lo que afirmas (21:16:55).

domingo, 28 de junio de 2015


28 de junio de 2015. Domingo.
EN EL LIBRO
 
Un hilo de agua, en la Plaza de España. Roma. Año 1964. F: FotVi
 
-Esta mañana, día del Señor, en San Blas, ha venido Dios y ha regalado su paternidad a un bebé de apenas meses: Alberto. Y me he dicho, y le he dicho: «Dios, estás aquí». Alberto en ese momento era todo él gesticulación de pies y manos, y gorjeo. Dios ha venido (ha realizado un viaje de acercamiento) para ser padre una vez más en ésta su criatura. Él, en el bautismo, le ha dicho: «Tú eres mi hijo», y ha sido el milagro: las palabras se han llenado de Dios (y de sentido), y, desde ese instante (instante de temblor y pasmo), el niño ha sido inscrito en el libro de la vida de los hijos de Dios. Dios y un hilo de agua han hecho el portento; nada de magia, sólo misterio, sólo Dios actuando. Cristo el primero y Alberto detrás, conmigo, con la iglesia, con todos los bautizados, también los perseguidos a causa de su fe, hijos de Dios. Los perseguidos en Irak, en Nigeria, en Egipto, en Siria, en Kenia, en España… Esta mañana, Diario, en San Blas, ha estado Dios (20:03:48).

sábado, 27 de junio de 2015


27 de junio de 2015. Sábado.
ANIQUILAMIENTO
 
Y la luz fue, en el inicio de todo. F: FotVi
 
-Qué mal suena el terror; suena a odio; pon el oído: odio -hiel- que siempre acaba en tragedia, amarga. Releía yo a Ortega y Gasset (Meditaciones del Quijote, año 1914), cuando, como un gemido o zarpa de algo maligno agarrado a la garganta, me asalta la noticia: varios atentados en diversos lugares del mundo. Odio, saña, fanatismo, pienso. En Francia, en Túnez, en Kuwait, en Somalia ha estallado la muerte; y en el tiempo sagrado (Alá, y por hijos de Alá) del Ramadán. El hombre (quizá religioso, pero fanatizado, ideologizado) inmolando al hombre, en nombre de Alá. Ortega: «Amor es un divino arquitecto que bajó al mundo, según Platón (Banquete), “a fin de que todo en el universo viva con conexión”. La inconexión -sigue- es el aniquilamiento». Conexión, amor; inconexión (odio), aniquilamiento. Está sucediendo, como ya sucedió. Se dijo: «Dios es amor»; es decir, Dios es afirmación, es un sí creativo, es felicidad (asombro) ante lo creado. («Dijo Dios: “Haya Luz”, y hubo luz. Y vio Dios que la luz estaba bien». Se asombró). Dios es afirmación y nunca negación. Por eso extraño yo a un Dios irritado, colérico, tempestuoso en el pensar y sentir en seguidores suyos. La yihad: o Alá mata. No cuadra. No puedo pensar que Alá bendiga esta barbarie de matarifes y jiferos, que hacen de la espada el clamor de su voluntad. Hágase la luz, dijo Dios, y fue la luz; fue la vida, ese tumulto de creatividad y conexión, vorágine, que ha hecho posible la belleza y el amor, también en el hombre, en el que Dios imagina y recrea lo antes imaginado y creado por él. La belleza y el amor, con minúscula; sucesos vivos, cercanos, irradiantes, Diario, de la otra Belleza, del otro Amor, con mayúsculas: mi Dios (11:09:44).

jueves, 25 de junio de 2015


25 de junio de 2015. Jueves.
EL ABRAZO DEL OSO, Y EL MADROÑO
 
Hombres horneados, el Roto. El País.
 
-En el mundo feliz de Aldous Huxley, un servidor fue programado para ser abrazo, sólo abrazo, siempre abrazo, era mi cometido. Abrazar, sin pausa, sin lugar para la reflexión de por qué el abrazo. Vivir en el abrazo, en su patético cerco sin sentido. Cuando el abrazo debiera ser un círculo cerrado que no encierra, que no enreja, que no recluye, ni sepulta. El abrazo es un plegar de alas para de inmediato, desplegándolas, lanzarse al vuelo; abrir alas y alcanzar el vuelo, o la libertad manando, yéndose y viniendo, partir para volver a estar. La ostra abraza y crea la perla; el aire ciñe y alienta la respiración. El abrazo obligado que estrecha hasta el ahogo, no es compasivo ni para quien da el abrazo ni para quien que lo recibe; al igual que el abrazo crudo y feroz de la muerte (abrazo que roba el aliento y la vida), el abrazo obligado abrasa, destruye. Y tan es así que si abrazas mucho y despiadadamente, puedes ahogar y ahogarte. El abrazo del agua, tan dulce, tan lírico en el inicio, si se hace feroz e irracional, incesante, sofoca hasta la asfixia. Yo, en el mundo feliz de Aldous Huxley, ahogado de tanto abrazar, un día, con furia de ballesta, grité: «¡No más abrazos!», y, con los miembros crispados, me abracé a mí mismo, e indefenso, y con la cabeza baja, lloré. Y, según el código del mundo feliz de Huxley, cometí una obscenidad, pues dije: «¡No abrazaré más sin afecto!». «Sin afecto», dije. Pecado. En el mundo feliz de Aldous Huxley no existía el afecto, ni el amor, sólo una inclinación inducida, fría como el frío de la sangre del pez, que suplía la felicidad, la del fuego y la ensoñación, la de la vibración y el latido. En el mundo feliz de Huxley se imponía ser feliz sin sentirlo, feliz sin causa. «Madrid -se ha dicho estos días- tiene que ser la ciudad del abrazo». Sin pedir licencia y a lo bravo. Pisar Madrid, Diario, y lanzarse a dar abrazos, como si todo el monte fuera orégano; abrazos acá y acullá, vivos, eléctricos, con suspiro incluido, pero evitando, en todo caso, el otro abrazo, el del oso, el del oso y el madroño. O sea, el de la muerte (10:48:08).

martes, 23 de junio de 2015


23 de junio de 2015. Martes.
UNA LÁGRIMA EN EL MAR
 
Pensando el vuelo, en el Mar Menor. Los Alcázares. F: FotVi
 
-Se dijo el sabio: si es difícil hallar una aguja en un pajar, más lo es encontrar un pajar en una aguja. Y se quedó mirando una nubecilla que cabía en el cielo, y se maravilló; todo el cielo para la nubecilla, se dijo, como lo es la nubecilla para una gota de agua. Y concluyó: «Una lágrima en el mar, y no todo el mar en una lágrima». ¿O sí cabe todo el mar en una lágrima? Especulaciones, volvió a decirse, y se puso a llorar sobre el mar, y su lágrima fue también el mar enorme; el mar, o la alucinación inmensa de todas las lágrimas del mundo. Una lágrima en el extenso y temible y bello mar de la vida, que es tacto y seducción en la arena de la playa y muerte y fragor en el acantilado. En una lágrima caben el miedo, la duda (la fe, o ese tantear iluminado), la angustia, la irritación, la caída, el éxtasis, el pavor, la audacia; y, porque inmola y salva, y ata y hace sangrar, en una lágrima cabe el amor siempre, y cabe, porque, al fin, cuando el amor sangra, libera. Quizá, en una lágrima no quepa el mar, pero sí todo su amargor. La virtud de la lágrima es, que, aun siendo lágrima proveniente de la risa, siempre sabe a sal; la sal, por la que el mar vive sin morirse; vive ola y abismo, cielo con cielo que se tocan, infinito. Sin morirse. Y es que en cada lágrima, cada vez, Diario, vivimos redimiéndonos, indultándonos a nosotros mismos de nuestros errores (11:53:29).