jueves, 24 de octubre de 2013


24 de octubre de 2013. Jueves.

CUMPLO AÑOS
 
Otro milagro, en el jardín. F: FotVi
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
-Hoy cumplo años; es decir, asisto a un milagro: el de la vida. Nací a un paso de la guerra civil y, sin embargo, gracias a Dios, y con la ayuda de mis padres, sobreviví a ella. Padre me contaba la odisea de tener que emigrar a Andalucía (Andújar) en busca de trabajo; y lo halló en la Compañía de Ferrocarriles Andaluces. En Andújar, asistió al inicio de la guerra y al desmadre de la República, que se hizo persecución para los que no comulgaban con sus ideas revolucionarias y anticlericales.

Madre, en Andújar, iba a misa, y con velo: no lo hacía por ostentación, me decía, sino por devoción; asunto que, sin embargo, molestaba a los jefecillos del lugar; y a padre, que temía las represalias. Tan es así, que un atardecer (se estilaba entonces el «paseo»: o el llevarte para no volver), y con  las escopetas al hombro, fueron por él y se lo llevaron sin decir dónde. Madre lloró y padre se llenó de miedos. Con la cara desencajada, y tras preguntar adónde me lleváis, acompañó a los «escopetados», que fumaban y reían.

Fueron al bar, donde siguieron, mientras bebían, fumando y riendo, y echando miradas ladeadas a padre, que sudaba, y bebía con ellos. Salieron del bar y lo llevaron a las afueras del pueblo; lo pusieron de espaldas contra una tapia y le apuntaron con las escopetas, que estaban descargadas. Entonces, uno de ellos se adelantó y le dijo: «Vicente, ha sido una broma», y, cogiéndolo del brazo, lo acercó al grupo, en el que casi todos volvían a reír.

Padre se fue rápido a casa para decirle a madre que todo estaba en orden, que no había pasado nada. Pero, tras soltar un taco, le advirtió: «¡Todo esto nos pasa por tu manía de tanta misa y velo!». A lo que madre no contestó; sólo lloró.

 Por lo visto, yo era un bebé y nada de esto parecía entonces ir conmigo. Pronto volvimos a Molina, con la familia y los amigos: donde la paz, decía madre. De esto ya hace años, tantos como los que yo he cumplido. ¿Tantos años? Tantos; como un milagro, porque en un momento todo pudo ocurrir de distinto modo a como ocurrió y haber hecho cambiar mi vida.

Toda vida es un milagro, Diario, aun la de una hoja, que, cumplido su ciclo, cae del árbol y hace otoño lo que fuera primavera. Así, con el paréntesis maravilloso de la vida, el nacer y el morir, se dan la mano, y, son, por tanto, parte del milagro de la vida (20:26:33).

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