26 de octubre de 2013. Sábado.
IR ATRÁS
-Retrasar: cada
año al final de octubre se retrasa la hora. Es como coger el tiempo,
rebobinarlo y ponerlo a danzar de nuevo, sólo que un paso más atrás. De este
modo, nos hacemos la ilusión de poder dominar el tiempo, como en el lejano
oeste al caballo cimarrón.
Retrasar,
o ir atrás, para luego, al volver a caminar, quedarse en el mismo sitio. Está claro,
el tiempo no se mueve, nos aceleramos o nos frenamos nosotros. Quitar o poner,
como en un tablero de ajedrez. En el ajedrez, y en una como especie de ballet
del intelecto, las piezas van y vienen, cierran, abren caminos, se comen y se evitan,
se enrocan o se liberan, pero, al fin, quienes quedan, son el rey ganador, con
más o menos cohorte, y el tablero.
Es
decir, el tiempo y su égida, o el titán Crono y su tiempo eterno, que no
existen.
Retrasar
la hora, para aprovechar la luz solar; aunque sea una razón egoísta, no está
mal, si el sol nos deja. Retrasaré el reloj, Diario, aunque el tiempo siga ahí,
sin estar, pero disponiendo de nuestras vidas (20:59:54).
No hay comentarios:
Publicar un comentario