17 de marzo de 2015. Martes.
JUSTICIA CON
VICIO
Flor de limonero, con la que hablo, en el jardín. F: FotVi |
-Perdónenme, pero se lo estoy diciendo bajito, y con palabras sencillas
de decir, como pan o libro, o caray, se lo estoy diciendo, digo, a una flor de
limonero que acaba de abrirse, y que no sabe aún que será limón y que, luego, en
la mesa, será acritud sabrosa, joya vegetal áspera, pero indispensable en la
gastronomía. De vez en vez, yo hablo a las cosas: al lápiz, a la luz, y, si es luz
de atardecida, mejor, por ser luz más frágil y suave, y, aunque mística, casi
tangible, y al agua hablo, al agua y a la sed que ella calma, y no hablo a la
silla toda, sino a la pata de la silla, que, como columna de templo, sostiene a
la silla y a mí; en fin, yo hablo a todo, hasta al silencio, y lo hago en
silencio, para que sólo se entiendan nuestras almas, la del silencio y la mía,
donde anda, alentando, la vida. Pues le estoy diciendo, bajito, a la flor del limonero,
que no creo en la justicia, humana. Es, según veo, justicia que se pliega a
intereses de poder e ideología; es, por tanto, justicia impura, con vicio. Un caso:
una madre, sin recursos, encuentra una tarjeta de crédito y extrae de un cajero
una pequeña cantidad (193 euros) para comprar comida y pañales para sus hijas. La
justicia viciada la condena a un año y nueve meses de prisión (inmediata) por
un delito de falsedad en documento mercantil y otros seis, por estafa. Obtuvo
indulto para el primer delito y no ingresó en prisión; pero no para el segundo,
por lo que hubo de pagar 900 euros, teniendo que realizar trabajos, además, para
la sociedad. Esta misma justicia viciada, sin embargo, ha puesto en libertad a
un etarra (Valentín Lasarte), asesino de 7 personas, y no arrepentido. Justicia
ésta (le he explicado a la flor del limonero) de andar manga por hombro, y
perversa, por injusta. Es justicia que no ve lo que no quiere, y, cuando ve, si
no conviene, mira para otro lado. ¿Y la florecilla? Horrorizada, Diario (20:07:18).
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