17 de octubre de 2015. Sábado.
MONSTRUOSIDAD
Ocurrencia de viñeta, en ABC. |
-Con respecto al tema
viral y furioso, y tribal del independentismo, he llegado a tal extremo que
hasta me entran ganas de separarme a mí de mí mismo. Yo y me otro yo, o mi otro
tú dentro de mí. Yo sería así el sujeto demediado
con que soñara Italo Calvino, allá por los años 52 del siglo pasado, en su Conde demediado. De este modo ya no
sería yo y mi circunstancia (Ortega), sino yo y mis despojos, que también son
circunstancia, pero deteriorada, fétida. Ante el espejo, seríamos, pues, yo y
mi otro yo, o yo y mi tú, pero de espaldas; y, para defendernos el uno del
otro, armados ambos con cachiporras al modo del hombre del paleolítico que
Mingote, poética y cruelmente, reinventara en sus viñetas de ABC. Yo, contra mí
mismo. Hasta el extremo de encontrarme yo a mí mismo y pedirme dinero, y, tras
entrar en duda, no dármelo. Otra viñeta. Las viñetas siempre reflejan lo que de
viñeta o fantasía ridícula y risueña tiene la vida, tan cínicamente tragicómica
y burda a veces, e infeliz. Últimamente, uno de mis dos ojos -el izquierdo- convive
mal con el derecho y ha iniciado los trámites de divorcio, quiere irse, fugarse,
dejando dolorida y triste la visión que entra dentro de mí y que tanto ilumina mi
espíritu. Entretanto, el ojo izquierdo no ayuda en la visión al ojo derecho para
ver todo y contármelo luego, viniendo a ser como una especie de perversión
ideológica, que al fin me perjudica, haciéndome confundir luces y sombras, hasta
el agobio. Ojo izquierdo (y derecho), deciros que prefiero la paz, que, si es
paz justa, nunca será aderezo para la guerra; y decirte a ti, Diario, que por
poco que me guste mi otro lado, mi yo malo, nunca me separaré de él: me aterra
ser dos, y dos a la gresca. ¡Monstruosidad! (11:54:08).
Ya me ha enganchado la curiosidad, don Vicente, y aquí estoy. Le he echado un vistazo general a las últimas entradas de su blog y seguro que hay alguien siguiendo sus escritos, aunque guarde sus comentarios en el rincón de las ¨vagancias¨, o sea, ese rincón que aprovecha y le gusta lo que lee, pero que deja el comentario dormir en las teclas y no debía ser así.
ResponderEliminarLamento lo de su vista. Siempre le recuerdo con gafas y con los ojos algo guiñados como si tuviera algo de fotofobia. Ahora se hacen maravillas y que Santa Lucía trabaje y le vaya todo bien. Se lo deseo de corazón.
Perlita, gracias por comentar esta página. Debiste conocerme de joven, pues das detalles de mi modo de mirar: "con gafas -dices- y los ojos algo guiñados". Así fue y así es. Y decirte que hay bastantes personas que leen estas cosas mías; pero no comentan, quizá por lo que tú adviertes: a veces no se tienen ni ganas ni tiempo, Y recomendado por ti a Santa Lucía y con la ayuda de la técnica, seguro que todo saldrá bien. Gracias otra vez.
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