3 de octubre
de 2015. Sábado.
ABUELA
Abuela, dice el ángel, absorto. F: FotVi |
-De pronto, todo se vuelve dulce, lírico, amable,
con melodía. Es apenas, ¿qué decir?, es algo así como un vuelo de mariposa, que
no mueve el mundo, pero alivia su quietud, y la alegra. ¿Por qué las cosas,
para que se vean importantes, siempre han de ser solemnes y grandes,
tumultuosas? No todo es guerra, ni pateras asesinas que zozobran y se liberan
de náufragos para que los mate el mar (la mar inocente, la del vientre vital), ni
política arbitraria y cínica (a veces), ni corrupción maldita, ni maldita
indiferencia, la del mirar para otra parte de la hipocresía. Veo una foto en un
diario, no sé cuál, o lo sé pero me lo callo, los diarios son la enfermedad del
papel y del idioma, salvo cuando no hablan ellos, sino el que, saliéndose de la
línea editorial, crea ideas y palabras con sol (interior), con luz propia, y
hace que, en la palabra y en su alma de papel, suene la verdad y no lo
conveniente y establecido ¡Qué ciento de pájaros volando, entonces, sin ninguno
en la mano! Decía de una foto en la que un bebé (3 meses) contempla a la abuela
(93 años) con mirada de cerilla encendida, es decir, con mirada viva y ruidosa de
hablar, de expresar sabiduría. Con los ojos, el bebé quizá dice «abuela», o
(menos probable, aunque por qué no) «te quiero». ¿Quién ha descifrado el decir
de la mirada de un bebé, quién su vocabulario de ave que pasa sin oírse, pero
está? ¿Quién? De pronto, Diario, todo se vuelve dulce, lírico, amable, y hasta
ejemplar: ejemplo de bebé que habla con la mirada y quizá dice «abuela», o (¿por qué no?) «¡cómo me gustas con gafas,
abuela!». O cosas así (13:12:25).
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