13 de junio de 2017.
Martes.
HOSPITAL
Arañas negras, en la luna. F: FotVi |
-Ayer tarde, fui al
hospital a que me descifraran qué le pasa a mi ojo izquierdo, que ve, pero con leves
arañas negras, o engaños negros, que van, persiguiéndose, de un lado a otro,
sin conseguir alcanzarse. Y molestan. Al ojo izquierdo lo aliviaron de una
catarata. Fue como despojarlo de un sayo oscuro, de un telón de embocadura de
teatro viejo. Se abrió el telón y dio comienzo la claridad, otra vez pude vivir
de cara a la luz. Se me iluminó la estancia. El hospital es un lugar de dolor y
grandeza, en el que caben el enfermo y el médico, o la herida y el ángel que crea
expectación y cura, a veces. Ver una bata blanca o notar unos pies que parecen levitar
al andar, tan sin pisar pisan, es un alivio, es darle una esperanza al
desamparo. En oftalmología había niños de gafas grandes que jugaban, madres
cuidadosas, ancianos lentos y enfermeras diligentes. Todo perfectamente
organizado, como un pequeño acontecimiento casi festivo. Solo eché de menos,
Diario, alguna sonrisa más y mirarte a los ojos cuando te hablan: anima tanto
(20:04:35).
Los ojos son las dos linternas más luminosas que vienen al nacer cargadas de pilas duracel. A lo largo de los años se van gastando las baterías y, gracias a la recarga, los médicos nos quitan las arañas, los abejorros o las moscas que van y vienen eternamente cansinas. Y no damos siempre, hasta que vamos perdiendo vista, la importancia que tienen los faroles que tanta belleza nos permiten contemplar. Dos ojos para toda la vida, con la ayuda de los mecánicos de oftalmología.
ResponderEliminarCierto, José María, los ojos "las dos linternas" que nos iluminan durante la vida; pero me dijo la médico que los años las van llenando de contratiempos y que poco a poco se van apagando. Aunque a mí, por lo que me dijo, aún les quedan pilas para contemplar la belleza que nos rodea; eso, sí, con la ayuda de los mecánicos de oftalmología.
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