6 de junio de 2017.
Martes.
CULTURA
El vacío, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Ida Vitale, poeta
uruguaya, ha dicho que «escribir es una manera de colmar los vacíos de la vida».
¿Qué vacíos? ¿El vacío del amor, el de la duda, el del silencio que tanto dice,
el del silencio de Dios en sus silencios? Es cierto que los vacíos no están en
el cuerpo; sino en el alma. Ahí quedan grabados como con un buril. La nada y el
vacío se dan la mano; se complementan. Estar lleno de nada, es estar vacío. Rasgas
el vacío -es un decir- y no suena nada; porque no hay nada. Yo le pediría a Ida
Vitale que me dijera cómo se «colman los vacíos de la vida». En todo caso, vacíos
llenos de palabras, de poemas, de alientos, de enigmas, también de silencios:
es la cultura; vacíos, pues, llenos de cultura. ¿Es, quizá, Diario, lo que ha querido
decir (o ha dicho) Ida Vitale? Si es así, de acuerdo: la cultura, que es invisible,
impalpable y sutil, llenando el vacío (también invisible, impalpable y sutil) de
la vida (11:35:09).
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