19 de agosto de
2017. Sábado.
TENGO
MIEDO
Siempre hay una luz, en la oscuridad. T. de la Horadada. F: FotVi |
-Se dicen mentiras -aunque
sean dichas en una plaza pública y a gritos-, y que mucha gente admite como
ciertas, bajando la cabeza e hincando las rodillas. Mentiras iconoclastas;
mentiras destructoras. «¡No tenemos miedo!», dice la multitud. ¡Mentira! Yo, y
tú, y el apuntador, y el gato que dormita en el sillón, tenemos miedo de esta
guerra cruel e indiscriminada que ha declarado el Islam radical contra Europa. (No
digo todo el Islam; sino el Islam radical). ¿Por qué hay que callar o encubrir
la verdad? El héroe se hace de miedo y decisión, que a veces es osadía. El
miedo no es arrugarse, ajarse, meter la cabeza bajo el ala; es, con cautela, con
el sigilo del felino, dar pasos adelante y tocar, si se puede, lo imposible. Si
el miedo no nos sepulta y nos oscurece la mente hasta dar con nosotros en un
hoyo lleno de alimañas, el miedo nos protege, nos hace ser precavidos. Cuenta
R. W. Emerson, filósofo y poeta norteamericano, que un día escuchó a alguien
dar un consejo a un niño: «Haz siempre las cosas a las que les tienes miedo». Como
se ve, el miedo no es paralizante; al contrario, anima a hacer lo que te
espanta, porque si lo vences, has logrado vencerte a ti mismo, tus
limitaciones. Yo, Diario, sí tengo miedo, no por mí, sino por el más allá que
me trasciende, por los sueños que todavía no ha habido en el mundo, por las
utopías que han de venir (20:26:10).
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