14 de febrero de 2025. Viernes.
YO TRABAJÉ EN LA RADIO
YO TRABAJÉ EN LA RADIO
-Ayer, día de la radio, la fiesta de la comunicación. La radio se escucha
y cuenta cosas: ofrece noticias, distrae y da faena al oído. La radio es,
además, sorpresa, nunca sabes lo que va a decir. La radio es intimista: habla
directamente a cada uno de sus oyentes. Y siempre parece decir aquello que
deseas oír.
Yo trabajé en Radio Nacional por los años sesenta del siglo pasado. Algo
excitante y gozoso: un bello acontecimiento en mi vida.
Todas las mañanas, durante cuatro años, hacía una meditación, que el oyente oía con interés y reflexión. Hablaba de la fe y la esperanza, como caminos para llegar al amor, con mayúscula, Dios, y con minúscula, el día a día de cada cual.
El amor es la puerta de todo bien, decía, y los oyentes lo entendían. Me escribían de los lugares más insólitos: Francia, Italia, España…, acompañándome en mis reflexiones, e invitándome, a veces, a sus hogares, como señal de amistad.
Dios, en mis comentarios, Diario, siempre estaba en el aire, llevado y traído por las ondas hercianas, embelleciendo el espacio y el tiempo, y los oídos que escuchaban.
La radio es un heroso lujo, que crea opinión.
Todas las mañanas, durante cuatro años, hacía una meditación, que el oyente oía con interés y reflexión. Hablaba de la fe y la esperanza, como caminos para llegar al amor, con mayúscula, Dios, y con minúscula, el día a día de cada cual.
El amor es la puerta de todo bien, decía, y los oyentes lo entendían. Me escribían de los lugares más insólitos: Francia, Italia, España…, acompañándome en mis reflexiones, e invitándome, a veces, a sus hogares, como señal de amistad.
Dios, en mis comentarios, Diario, siempre estaba en el aire, llevado y traído por las ondas hercianas, embelleciendo el espacio y el tiempo, y los oídos que escuchaban.
La radio es un heroso lujo, que crea opinión.
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