2 de enero de 2025. Domingo.
¡CANDELARIA!
¡CANDELARIA!
-¡Candelaria!
Y se me vienen a mi mente, como en vuelo, engalanando mis palabras, las siete
islas Canarias. Cada isla es una joya que emerge del mar y libra al mar de su
extensa y hermosa monotonía. Las islas: y el mar, engarzando cada una de estas islas,
como un collar de pedrería.
Decir Candelaria es dar gracia y seducción a las palabras –ese soplo magnífico, casi divino– que las envuelven.
Candelaria y Candela. Candelaria, la hoguera; Candela, la llama que alumbra por donde quiera que camina. Candela (mi sobrina–nieta), la que vive con la alegría de la luz, y que reside en Las Palmas.
Candela, que seas muy feliz. Llénate de felicidad para que los días adversos, de amargo sabor, los cerrados de oscuridad, que llegarán, no te puedan, y salgas victoriosa de ellos.
Diario, este es mi amor y la verdad que le deseo. Que Candela sea muy feliz.
Decir Candelaria es dar gracia y seducción a las palabras –ese soplo magnífico, casi divino– que las envuelven.
Candelaria y Candela. Candelaria, la hoguera; Candela, la llama que alumbra por donde quiera que camina. Candela (mi sobrina–nieta), la que vive con la alegría de la luz, y que reside en Las Palmas.
Candela, que seas muy feliz. Llénate de felicidad para que los días adversos, de amargo sabor, los cerrados de oscuridad, que llegarán, no te puedan, y salgas victoriosa de ellos.
Diario, este es mi amor y la verdad que le deseo. Que Candela sea muy feliz.
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