14 de mayo de 2025. Miércoles.
UN MILAGRO VEGETAL
UN MILAGRO VEGETAL
-Estos días, en la
capilla de la Casa Sacerdotal, ha abierto una florecilla de la planta llamada
gala, que ha embellecido el entorno. Como un milagro vegetal. Dios en el Sagrario, y la florecilla, abriendo su blanca forma de cáliz, a sus pies. Sin
saberlo –o quizá, sí–, haciendo alabanza y reverencia ante su Señor.
Estará unos días
con su corola abierta, y luego se cerrará, como todo en la vida. Junto a ésta,
otra florecilla empieza a abrir, una morirá y otra la reemplazará en la alabanza
al Creador.
Yo bajo la cabeza y pongo unas palabras de aleluya –regocijo y exultación– en mi boca, y, emocionado, digo: «Criaturas todas de la tierra, bendecid al Señor». Y la lamparilla, sencilla, habladora –ella nos dice que ahí está Jesús, en el Sagrario– parpadea, como uniéndose a mi oración.
Yo bajo la cabeza y pongo unas palabras de aleluya –regocijo y exultación– en mi boca, y, emocionado, digo: «Criaturas todas de la tierra, bendecid al Señor». Y la lamparilla, sencilla, habladora –ella nos dice que ahí está Jesús, en el Sagrario– parpadea, como uniéndose a mi oración.
Y es que Dios también se
manifiesta en la humildad y la perfección de lo pequeño –lo sin apariencia, lo mínimo–,
como criaturas suyas que son. Dios, Diario, en todo.
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