sábado, 11 de octubre de 2014


11 de octubre de 2014. Sábado.
GESTOS
 
Gesto (de belleza), en el jardín. F: FotVi
 
-Me gusta mirar los gestos. A veces son la piel que viste el alma, su carnet de identidad. El gesto describe lo que es y hay en el alma. El alma es espíritu, y el gesto es su expresión y dimensión. Mis gestos, pues, me dicen. Con la particularidad de que los gestos las más de las veces se escapan, no se programan. Son espontáneos, como volverte con asombro si oyes tu nombre en un lugar extraño, donde estás de casualidad. Los gestos andan por el rostro, andan por las manos, andan por todos los caminos del cuerpo. Un gesto es un tic sonoro donde se oye el alma. «Tic» (en los ojos, en la boca, en las manos), y suena el alma, se estremece de sonidos. Como campana o como llama de vela que arde. La cruz hace tiempo que dejó de ser un madero, solo; ahora la cruz es un gesto despojado, cruel, con sangre viva siempre, borbotón siempre, soledad infinita siempre, pero también amor perenne siempre. Es, Diario, el «tic», por excelencia, del Amor de la Historia (20:53:14).

viernes, 10 de octubre de 2014


 
10 de octubre de 2014. Viernes.
CUMPLIR CARENCIAS
 
Juventud y vejez, en el jardín. F: FotVi
 
-Las grandes enfermedades del hombre no son las que le llegan de fuera, que también, sino las que él mismo se procura o lleva dentro. Me digo: moriré, no cabe duda; pero de mí mismo, en mí mismo. La mayor enfermedad son los años, y los años, como fardo pesado y corrosivo, los llevo yo, dentro, conmigo. Me digo: «Cargado de años», y me veo hundido, con espalda ojival, pirámide de mí mismo, y manos y cabeza colgantes. Hecho de despojos, pues. En la juventud es la cabeza la que rige la altura; en la vejez, es la espalda, que renuncia al empaque y en vez de torre se hace puente, para que cruce por ella la senectud.  O columna sin capitel, tendida. Vivir la vejez es vivir de carencias. No se cumplen años, se cumplen carencias. Feliz cumpleaños…, de carencias, nos falta añadir. La vida te da años (y experiencias, quizá, sabiduría), pero te quita cosas, como el modo de llenar los silencios que quedaron detrás del tiempo y que nunca se llegaron a oír, ni se oirán. El ébola, por ejemplo (ese virus que, fuera de África, ha empezado a jugar también con nuestras vidas, amenazándolas. ¡Ah, la confiada Europa!), crea pánico. Un pánico inevitable, lógico, pero morboso, quizá; pánico, que, sin embargo, no crean ni la vejez (el otro ébola de cara amable, pero mortal como ningún otro virus), ni la guerra ni la pobreza. Y tal vez sea porque creemos tenerlos controlados, o asumidos. La vejez es enfermedad vírica asumida, y, controladas, la guerra y la pobreza; o así lo creemos, hasta que se nos van de las manos. Las guerras se hacen, y la pobreza se impone, es la razón por la que ambas se estiman asuntos controlados. Son el lado oscuro de la estupidez y la injusticia humanas. O como diría Rilke (siempre el poeta), «…¡qué angostas son las calles de la Ciudad del Dolor!» El ébola me asusta. Nos debe asustar el ébola; será un modo de hallar un ungüento, una medicina que lo cure. Como el hambre, como la guerra. Todo lo que nos asusta, Diario, nos conduce a lograr una solución, una aventura nueva que nos libere del susto, de la zozobra (19:40:33).
 

martes, 7 de octubre de 2014


7 de octubre de 2014. Martes.
EL QUE DICE COSAS
 
Cosa, en el jardín. F: FotVi
 
-El poeta es el que dice cosas. También el agua dice sus cosas, como el pájaro o el árbol. Pero son sus cosas; sólo las suyas. El poeta, sin embargo, las dice todas, y, en decirlas, les da vida. Otra vida. Una cosa dicha, alcanza dos vidas, la suya y la que está en la palabra. Las cosas son y están, si las dice el poeta. Las cosas son lo que son, pero están allá donde las ha dicho el poeta. Así lo expresa Rilke en su Novena Elegía de Duino: «Estamos quizás aquí para decir: casa, /puente, cisterna, puerta, vaso, árbol frutal, ventana, / a lo sumo: columna, torre…» Estamos aquí sólo para eso: para poner en su sitio cada cosa, diciéndola. Dios, poeta él, dijo las cosas y las puso donde están. Dijo: «Luz» y fue la luz, donde se miran y se sienten cosa todas las cosas. Sin palabra que diga las cosas (sin poesía) no habría nada, sólo caos. No decir, Diario, es matar la luz de las cosas, su belleza, aun de lo feo. La Biblia es palabra que dice a Dios. Dios, que es infinidad, cabe, sin embargo, en la palabra; tanto que, fuera de la palabra, trasciende a todo, yendo más allá de todo, sin dejarse asir (19:42:37).

lunes, 6 de octubre de 2014


6 de octubre de 2014. Lunes.
YO FUI DESAHUCIADO
 
¿Mi niñez, quizá?, en Pärnu, Bahía de Riga. Estonia. F: FotVi
 
-Yo también fui desahuciado. Con mi familia. Sería por los años 40 ó 41 del siglo pasado. Fue una de las fotografías en negro que quedaron para siempre en mi mente de niño. Una mente de niño, entonces, con aventuras y sueños, y el asombro de las primeras letras, y los juegos interminables, además de este recuerdo en negro, tenebroso. Llegó la Guardia Civil con un papel mugroso del juez y nos puso en la calle. A mis padres, una hermana enferma y a mí. Y los muebles, como un montón de restos de un derrumbe, enseñando sólo sus esquinas, angulosas, indefensas. Las camas, las mesas, las sillas, un cuadro del Corazón de Jesús, todo patas arriba. Mis padres pagaban el recibo del alquiler cada mes; pero la dueña de la casa, que quería vender, se empecinó en no cobrar, y denunció. Acusó: no pagan, y con testigos falsos. Y la injusticia de la Justicia condenó a mis padres y dio la razón a la perjura (en el juicio juró que decía verdad). Como ocurre ahora, salieron los vecinos y se opusieron («¡No es justo!», recuerdo que gritaban; hasta un Guardia Civil se limpió unas lágrimas), pero se cumplió la expoliación. Desahuciar es robar, porque se despoja a personas, además de la casa, también de su dignidad. Vi a mi padre asustado, a mi madre llorar, y, en una cuna tosca de madera, con sus gorjeos, a mi hermana enferma. Yo miraba sin entender. La Justicia esta vez fue ciega e injusta. Porque creo que de los dos ojos sólo se tapó uno, pues se dijo luego que la dueña de la casa había agradecido al juez los servicios prestados; pero esto yo no lo sé. Todo esto ocurrió en Molina de Segura, en una calle, que, por ser estrecha y sombría (sólo en verano podía el sol penetrar en su hendidura) recibía el nombre de Honda, y que, partiendo de la Plaza de la Iglesia, daba entrada a la Plaza Vieja y seguía hasta la fábrica de conservas de Maximino Moreno, camino del río. ¿Y por qué este recuerdo ahora? ABC ha concedido el Premio Mingote a Olmo Calvo por una fotografía sobre los desahucios; conmovedora fotografía. En la fotografía de ahora (en blanco y negro, como eran nuestras vidas entonces), me ha parecido ver a mi madre con las manos en los ojos tapándose las lágrimas. Fue en la posguerra; cuando el hambre y los desmanes políticos. Yo, Diario, era un niño que crecía en edad, en asombros (era mi sabiduría) y en juegos de guerra en la Plaza Vieja, donde siempre tenían que perder los rojos; era lo que oíamos que había ocurrido y lo imitábamos (20:20:47).

domingo, 5 de octubre de 2014


5 de octubre de 2014. Domingo.
PERO SIN RETRATO
 
Belleza interior del árbol, en el jardín. F: FotVi
 
-Si el alma no crece, mengua el cuerpo. Alma y cuerpo son un todo que se complementan. Tal es así, que, muerto el cuerpo, el alma vuela, sola, a regiones celestes e ignotas que sólo en la fe trascienden. A un alma rota, corresponde un cuerpo arruinado; el cuerpo es el espejo visible del alma invisible. Ejemplo: un cuerpo alcanzado por el vicio -la bebida, la droga, el afán de riqueza caiga quien caiga, la insaciabilidad del sexo, etcétera- es el reflejo de un alma enferma, acabada. Pero no al contrario; en un cuerpo enfermo, con harapos de indigencia, débil (Teresa de Calcuta, santa de la pobreza, Miguel y Manuel, santos del ébola, el cooperante Alan Henning, santo por decapitación, tantos), puede haber un alma grande y viva, alma con la lozanía de lo que nace, sea brote, pájaro o la primera palabra que un niño balbucea. El alma parpadea en el rostro como la luz del faro en la noche oscura. Y es parpadeo que indica muerte o bonanza. En el alma está la raíz de una vida heroica o fracasada. El reflejo del alma es en el cuerpo, a veces, Diario, como El retrato de Dorian Gray, pero sin retrato. Por lo que, si se quiere dar bien en la fotografía de la consideración de uno mismo y la de los demás, hay que vigilar el alma, su grado de virtud, su belleza íntima  (19:38:46).

viernes, 3 de octubre de 2014


3 de octubre de 2014. Viernes.
TEMIBLE FRAGILIDAD
 
Galaxia, en el jardín. F: FotVi
 
-Ahí está la galaxia o castillo de una araña, al otro lado de la reja de mi ventana, donde ella siempre habita, salvo cuando sale de caza. En este momento (12:03 horas), ha salido de caza. Aquí, la araña es el centro de un mundo de hilos inteligentes y geométricos, concéntricos, mundo al que todo converge; también la muerte. Todo este tinglado, de temible fragilidad, pende, sin embargo, de un solo hilo mayor, oblicuo, chorrillo de luz en este momento, y que va, con milagro incluido, desde la soga de tender la ropa a una pequeña rama del seto. Es la viga de carga de todo. Cargar es un verbo que pesa, hasta en la boca. Pesa decirlo, y más si soy yo o eres tú el hilo mayor que sostiene todo este tinglado de la farsa de una sociedad que se dice avanzada y próspera y está abocada al mordisco cruel de la araña, sin apenas libertad. La araña de los Poderes Públicos. Ahí está, en el centro de todo, dominando la galaxia, sorbiendo al pobre para parranda del rico. La araña es Hacienda, son los Partidos Políticos, son los Sindicatos, es el Deporte, alguna vez la Iglesia, la Banca, son los Ayuntamientos, es el Empresariado, todos en complicidad con el Poder, la Araña. Para que nada cambie, para que todo siga igual. Ah, la temible fragilidad de la araña, Diario, vigilante y espesa, siempre con rúbrica de muerte en sus ojos, a la espera (19:38:53).

jueves, 2 de octubre de 2014


2 de octubre de 2014. Jueves.
OMBLIGO
 
Pasando página, en la biblioteca. F: FotVi
 
-La página se está pasando; dos dedos, el de un tal Mas y el de un tal Junqueras, están pasando, lenta, pero inexorablemente, una página de la Historia. Pasada la página (antes o después, más antes que después), España no será la misma, y Cataluña, otra cosa. Otra cosa configurada con sólo lírica sentimental y un romanticismo viejo y reumático, y desde luego anquilosado. En un breve pero deleitoso ensayo de 1981 (Travesía de Barcelona) escribía Francisco Umbral: «Hay persona y personalidad catalana porque hay dialéctica de contrarios». Eso era y fue entonces. Pero la dialéctica, en Cataluña, ha estallado por los aires. Ya no hay dialéctica, sino ombligo. (Cuando falta la dialéctica, sudan los ombligos de tanto saberse contemplados; y sudan hedonismo, autocomplacencia, mezquindad). El nacionalismo mira y habla con su ombligo. A parte «de los gritos del mar entrando por las Ramblas» (sigue Umbral), ya no se oyen más gritos que los del nacionalismo, en las calles, en el idioma catalán único y cerrado, en sus rabias contra nadie, pero asustados de orfandad, con banderas de contraste y odio, formando una V que puede significar «victoria», o «víctima», o (¡qué triste!), «vencidos»; es decir, sin contrarios, solos y perdidos en la infinitud de su torpeza y de su orfandad, vencidos. Huérfanos de otra voz que les hable, y puedan oír. He leído que la soledad grita tanto que su fragor, a veces, lleva al suicidio. La página se está pasando, dos dedos bastan, pero el vértigo de la soledad acecha en el escondite oscuro de la siguiente página, la que todavía no se ha escrito, pero que se escribirá con llanto. El mar, Diario, entrará por las Ramblas, gritando: « ¡Vencidos!», y abundarán las lágrimas (19:58:29.

miércoles, 1 de octubre de 2014


1 de octubre de 2014. Miércoles.
PAISAJE CON PARAGUAS GRISES
 
Agasajo de la flor a la lluvia, en el jardín. F: FotVi
 
-Cielos cubiertos, como un paisaje con paraguas grises. En todo caso, paisaje de película en blanco y negro. Me ha sucedido: si canto bajo la lluvia, oigo música de Arthur Freed. Como aquella vez con Gene Kelly calándose. Me emociona el paisaje, y más si es paisaje con lluvia. Los paisajes los suelo meter en mi alma, para que en ella crezcan y me los devuelva luego tras de los ojos, para mirarlos cuando los necesite, allí en el interior, donde está ella. Mirarlos de fuera a dentro. Como se miran los enigmas del espejo. De algún modo cuando llueve toco el misterio de Dios, es como si se derramara Dios en la algarada de los hilos de la lluvia; o sea, bendición y lenguaje de Dios. La lluvia es la Natividad de Dios en las cosas. En cada gota, cuando llueve, cae un poco de Dios, su fecundidad. Y andar. Ando para sentir la tierra en mis pies, y lo hago casi todos los días, así hablamos ella y yo, ella con su lenguaje, sus ruidos, de tierra amada en mi pisada y yo con mi marcha de hombre, cordial y cuidadoso, en el caminar. Yo ando, la tierra me habla y yo le contesto. La tierra, como el corazón de la bondad, nunca se queja, pero sabe distinguir quién la ama y quién no. Decir, Diario, que, a partir de mediodía, el sol ha roto el ejército de las nubes, y se ha puesto a caminar, hidalgo y brillante, y sin paraguas, bóveda del cielo adelante, según hace, para dejar paso a la noche, cada día (19:46:06).

martes, 30 de septiembre de 2014


30 de septiembre de 2014. Martes.
QUE LLEGUE EL DÍA
 
Pan de aves, en el jardín. F: FotVi
 
-Anoche, a eso de las diez, diluvió, unos treinta minutos. Y con aparato eléctrico, del que los truenos van rodando y rodando sin parar, hasta parecer que chocan unos con otros, como ruedas de molino. Un bombardeo celeste con luces añadidas de artificio. Fogonazos sin control. Relámpagos de furia. Y con la lluvia, ayer, el informe anual de Cáritas. Caritas es el paradigma de la fe con obras de Santiago Apóstol. «Así también la fe, si no tiene obras, está muerta», escribió él. Caritas es, pues, la cara evangélica y apostólica de la fe. Hay crisis; pero, además de crisis de valores, también crisis económica, que conduce al hambre, a la  postración, al derribo de la dignidad humana. Si ves un pobre en tu camino con la mano alargada pidiendo una limosna, estás viendo el fracaso de una sociedad complacida, hedonista, que ha perdido el oriente de su destino. En la dignidad caída del pobre, se halla caída la dignidad del conjunto de la sociedad. Caritas es el termómetro que mide la solidaridad de nuestra sociedad en su vertiente más noble: dar sin que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha. En el año 2013, Caritas ha atendido a 2 millones y medio de personas en sus centros. 600 mil más que en 2012. La caridad es la denuncia de la injusticia. Sin embargo, Concepción Arenal dijo: «Hay tanta justicia en la caridad y tanta caridad en la justicia, que no parece loca la esperanza de que llegue el día que se confundan». A ver, Diario, si a los poderes públicos, iluminados por la caridad del pueblo, se les apareciera la justicia y la establecieran como norma de sus conductas políticas. A ver (20:02:45).

lunes, 29 de septiembre de 2014


29 de septiembre de 2014. Lunes.
SARDANA Y NO PASODOBLE
 
Sardana y no pasodoble. F: FotVi
 
-Vuelve la lluvia (lluvia contenida) y su ruido de latidos. ¿Late la lluvia o es la tierra la que late? Ver llover, libera: comprobado. La lluvia es liberación, como el viento o el gorrión. Todo lo que vuela es libertad, también las manos cuando saludan. Luego, a la tarde, ha salido el sol; otra vez la lluvia y el sol, como ayer, dándole alas a la vida para que no cesen sus vuelos. Y sigue el desafío secesionista en Cataluña; es decir, sigue la pesada broma del me voy para quedarme; o del dame pan y dime tonto, por ahora. Sin embargo, oráculo (y no de Delfos), Diario: pero, al final, se irán; dale las vueltas que quieras; al final, este garbanzo en el zapato de esta cosa llamada España, se irá con la música a otra parte; se irá sardana y no pasodoble; al tiempo (20:17:44).

domingo, 28 de septiembre de 2014


28 de septiembre de 2014. Domingo.
COMER VIENTO
 
La vida sigue, en el jardín. F: FotVi
 
-Y llegaron las lluvias, dulces, aplacadas, llenando casi toda la tarde de ayer y anteayer, aquí, en la Torre. En Murcia, sin embargo, las lluvias se convirtieron en torrenciales. En versos de Octavio Paz: «Altos muros del agua, torres altas, / aguas de pronto negras contra nada…»; y este otro: «El resonante tigre de las aguas…» Eso es: en Murcia, las uñas de los tigres de las aguas arañando, ahondando heridas, que tardan luego en cicatrizar. En Murcia, la lluvia madre (o la leche materna de la madre tierra), a veces, se desmadra, se sale de madre y se hace mala madrasta, terrible tigre entonces con fauces de agua airada, como un torrente de colmillos ejecutores. En Murcia, la lluvia, casi siempre es caos, o porque no cae (carencia) o porque se atropella al caer (diluvio). Y otras cosas: tras una mañana nublada, el sol hoy ha salido y se ha dado un paseo por el día, facilitando así luz a los colores e incitando a la vida a seguir, y la vida ha seguido. Pujol, Jordi, sigue rico y ofendido porque le han preguntado que de dónde. Decir que mis dientes no me duelen, no los tengo; sí me duele su ausencia; ausencia que el médico intenta remediar. Los implantes son un remedio a la carencia. Hoy he celebrado misa, y he hablado, y, gracias a los postizos, se me ha entendido. Comer es otra cosa: vivo de sopas y purés, y de otras pócimas hechas de viento y nada. Te invito a comer viento, o nada, Diario, no engorda, palabra de hambriento (20:03:45).

viernes, 26 de septiembre de 2014


26 de septiembre de 2014. Viernes.
UNA CERILLA
 
Danza de luz, en el jardín. F: FotVi
 
-«Más vale encender una cerilla que maldecir la oscuridad», proverbio chino, que recordaba Luis del Val esta mañana en la Cope. O, también, en una noche de lobos, tenebrosa, ciega, encontrar una luciérnaga: es el alivio de la luz entonces. Un deseo: ser luz o estar en la luz, como en un amanecer perenne. Pero si se hace la oscuridad, la luz no nos sobrevendrá graciosamente: hay que crearla o buscarla, o encendiendo una cerilla o caminando hasta dar con la luciérnaga. Ni la cerilla ni la luciérnaga acudirán a uno porque sí, hay que ir a su encuentro, y, en el encuentro, hacerse luz en ellas. Hubo una vez alguien que dijo: «Yo soy la luz», y, en el amor, Diario, dejó encendida para siempre su luz (19:27:42).

jueves, 25 de septiembre de 2014

25 de septiembre de 2014. Jueves.
ALARMA SOCIAL

Ilusiones caídas, en el jardín. F: FotVi

-Y por qué será que todo esto del pederasta capturado me sabe a chamusquina. Celebro su captura; pero, ¿por qué ayer y anunciado con tal solemnidad y boato ministerial y de medios? ¿Sólo por calmar a la sociedad alarmada, que tal vez? Recuerdo que cada vez que el gobierno de Zapatero se hallaba en dificultades, Rubalcaba y su infalible policía de cabecera descabezaban a la cúpula de la banda terrorista ETA. No sé las veces que la guillotinaron. En esta ocasión, reforma de la ley del Aborto -promesa electoral fundamental del PP- arrojada al limbo de la papelera y captura inmediata y con alharacas del delincuente más buscado del país, el pederasta de la Ciudad Lineal. En los dos casos -retirada de la reforma de la ley del Aborto y tensión de los padres en Ciudad Lineal por la suerte de sus hijos- ha habido alarma social; pero la solución a una alarma ha tapado a la otra. Pero bien está lo que bien acaba. Al PP, una vez capturado el presunto pederasta, sólo le queda lamerse sus heridas: las mentiras de Rajoy, la pérdida de sus señas de identidad, el fiasco que ha supuesto no cumplir ni uno solo de sus compromisos electorales…; con la retirada de la reforma de la ley del Aborto, el PP ha entrado en el limbo de la degradación más ruidosa e inesperada. Adiós Rajoy-Arriola; adiós PP. Nos veremos en las urnas, Diario…, o no (19:13:44).

miércoles, 24 de septiembre de 2014

24 de septiembre de 2014. Miércoles.
LA YIHAD

Tormenta (¿sobre Europa?), desde el avión. F: FotVi

-Se oye el trueno, a lo lejos, pero no llega. Se oyen unas gotas en las hojas, ¿llegará la lluvia? Otoño, con lluvia quizá, pero sin Dios (Europa a la deriva), y la yihad, o la guerra santa, a la vuelta de la esquina; no apuesto un céntimo de euro, Diario, por tu cabeza; te aviso: la puedes ir poniendo en formol. Igual te digo. Ya (19:20:20)

martes, 23 de septiembre de 2014


23 de septiembre de 2014. Martes.
GROUCHO MARX RAJOY
 
La mentira, sacándonos la lengua, en el jardín. F: FotVi
 
-Y ha vuelto a salir el sol, sólo ha habido una pausa para que la lluvia nos pudiera ofrecer su cara otoñal y lírica. El equinoccio se ha dejado ver lluvioso, mientras los días se acortan: tres minutos menos: todo un mundo, si miramos, desde mi altura de los años, lo breve que es la vida. Y la esperada y triste noticia: el convulso mentiroso Mariano Rajoy retira la reforma de la Ley del Aborto; lo que viene a demostrar que da igual votar a unos que a otros. Esto no es más que un trueque o cambalache de intereses, que diría Benavente. «Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros». ¿Groucho Marx o Rajoy? Groucho, con esta frase, hizo humor; Rajoy, sacándola de su contexto sarcástico, festivo, la ha hecho triste realidad, dejando ya para siempre en la cuneta su dudosa aureola de político veraz y fiable. Gallardón, el artífice de esta ley, ha dimitido; a Rajoy, Diario, le auguro, dentro de no mucho, otra dimisión más dramática y penosa que la de su ministro. Hasta más ver, Groucho Marx Rajoy (19:53:22).

lunes, 22 de septiembre de 2014


22 de septiembre de 2014. Lunes.
PARECE OTOÑO
 
Es otoño, en el jardín. F: FotVi
 
-Ya es otoño, y la escenografía, el ambiente, está en su papel: parece otoño; no sólo lo es sino que lo parece. Día gris en el que apenas se oye el sol, que, sin embargo, ha sonado, pero poco y vitral. En este momento, llovizna; es decir, mean tres pájaros. Cierre de la alberca donde Candela se zambullía y hacía reír al agua. Yo sigo con puntos en la boca (los implantes) y con purés y sopitas con los que engañar el hambre. Desde el jueves. El viejecito. Y el mundo, entre tanto, camina (como siempre) hacia su destrucción; y el homo sapiens (¿sapiens?) es su cínico inspirador, y su ejecutor más eficaz. Aunque de destruirlo a él, al homo, se encargan los bichitos malos, virus y demás familia de la ultratumba microscópica. Hay enfermedades y guerras, que destruirán al sapiens, o el que tanto sabe. Se oye sonar el cielo, cada vez más ceniza y estertor, más tormenta, tormenta que avisa pero no llega. En Valencia, diluvia; en Alicante, asperja. Por el momento. A las 12, sin embargo, arrecia la aspersión, y la tronada. Leo: otro misionero con ébola, el hermano Manuel; es decir, otro santo en su cruz. Desde Jesús de Nazaret, la cruz es símbolo de amor, como la mano que alivia o el agua que calma la sed. Mientras, un hombre de Dios (Francisco, papa) ha dicho en Albania, tierra de mártires: «Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio», y esto otro: «Cuando en nombre de una ideología (pasado estalinista de Albania) se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde». ¿Por qué se pierde? «Su dignidad es pisoteada y sus derechos son violados». Los ídolos y el que los crea -la ideología en este caso- carecen de corazón. Y ¿se puede decir? En Albania, por no querer aceptar la ideología comunista, hubo persecución contra cristianos y contra recalcitrantes a perder su dignidad y su libertad; y es que cualquier ídolo es un horror -hasta el de la religión, a veces- que se alimenta de sus propios miedos. O sea, el comunismo se hizo ídolo de sí mismo, sin corazón, y necesitó, como todo ídolo que se precie, de sacrificios humanos. En la visita del Papa a Albania, dos religiosos supervivientes de aquel delirio ideológico han dado su testimonio del suplicio al que los sometió tal perversidad, por el simple hecho de creer que la religión no es «el opio del pueblo», Marx. Luego de la lluvia, casi ridícula, y enseñando un ojo de cristal por entre las nubes, ha alumbrado un sol versallesco, líquido, efímero; pero, al punto, se ha cerrado de nuevo el cielo y todo da a entender que lloverá. Si oigo lluvia esta noche, Diario, te lo contaré mañana, gozoso; me mola la lluvia (19:18:00).

sábado, 20 de septiembre de 2014


20 de septiembre de 2014. Sábado.
ENFANT TERRIBLE
Enfant Terrible, en Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Aunque de una noche relativamente fresca, ha amanecido el sol, o «el señor hermano sol», como lo llamaría el de Asís. Y lo ha hecho lúcido y con alguna ínfula todavía veraniega. Tanto, que en el ínterin de la mitad del día, ha dejado caer su nota musical de rock and roll, ardiente y sudorosa, y playera, si se tercia; el «enfant terrible», o «enfant gâté» (que diría un francés), Diario, de esta tierra de luz y sed, y agonía, a veces (20:52:24).

viernes, 19 de septiembre de 2014


19 de septiembre de 2014. Viernes.
RUIDOS CONFUSOS
 
Ruido blanco, en el jardín. F: FotVi
 
-Y fue como oír colocar el empedrado en una calle. Ruidos confusos, pero insistentes, como los de Cortázar en su relato Casa tomada. Ruidos que empezaron en la boca y acabaron instalándose en el cerebro; allí golpeaba todo y, a causa de estos golpes, todo huía, también los pensamientos. Tanto que parecían haberse replegado al fondo del cerebro, donde los olvidos y las pesadillas, y el miedo. Yo, tendido, y con la boca abierta, sólo adivinaba a ver una mano armada de instrumentos relucientes que maniobraba en la boca, un confuso dialogar de monosílabos y palabras sueltas (había cuatro personas conmigo en el quirófano), y un aspirador de líquidos (saliva, sangre, agua, supongo) que sostenía una chica de azul.  Chica, que no era precisamente mi ángel azul. Yo veía cabezas con mascarilla y la luz cenital y blanca, amortiguada, de una lámpara circular en lo alto. Cerraba los ojos y oía más los ruidos que venían de la boca y se movían en la cabeza. Y volvía a abrirlos y ver la luz y las manos y rostros con mascarilla que se abalanzaban sobre mí. Y me refugiaba entonces en mis pensamientos, que pululaban al final del cerebro, y en estos pensamientos estaban Dios, la pregunta de cómo y si saldría de ésta, si fuera más largo no cabría en esta tumbona, la familia, amigos, los últimos versos escritos: «Cayendo tiempo abajo, / hasta hacerse inmortalidad, / o tierra nueva en la palabra eterna», cosas así, cosas del espíritu y del día a día, y el ay que me llegaba a los labios y no soltaba, me contenía, todo lo que se piensa en el dolor y un poco antes de la muerte. Pensaba todo, pero hecho cosa, es decir, de un modo intrascendente, para derivar los ruidos en la cabeza y que no me deslumbrara la luz cenital de la lámpara. Hasta que todo terminó, y a pesar de cinco implantes o clavos hundidos en las encías, felizmente. Me llevó y me devolvió a casa un amigo, Luis, y me dispuse a comer purés (de Iván y Carmen) y yogures, que pasan por el gollete, como el sol por el cristal, sin romperlo ni mancharlo. Ayer, Diario, fue un día duro para mí, pero esclarecedor: aprendí a valorar, en mí, el dolor de los otros, sobre todo el dolor de la inocencia, el de los niños, por el que pido a Dios cada día (20:06:38).

martes, 16 de septiembre de 2014


16 de septiembre de 2014. Martes.
AUTOESTIMA
 
Pequeña verdad, en el jardín. F: FotVi
 
-No lo vi nunca diciendo verdades, pero sí mentiras conclusas, obvias, letales, e inconclusas, o mentiras que se debatían entre la verdad y la mentira, borrosas, como un paisaje entre nieblas, indescifrable, mentiras capciosas, o la mentira que no lo parece pero lo es. Se dicen verdades o mentiras a medias, para que, como la botella medio ocupada por un líquido, pueda verse o medio llena o medio vacía, según se trate de una visión risueña o taciturna de la vida. Decir mentiras o verdades a medias es enfermedad frecuente en ciertos colectivos, como el de los políticos; en otros, es menos frecuente, pero también se da, hasta en el colectivo de los eclesiásticos. Es lo del vómito de los tibios -ni frío ni caliente- a que se refería Jesús de Nazaret en el asunto de la fe. De entre los políticos que he conocido en la democracia, Zapatero (el ZP de la sonrisa siniestra) ha sido el que más mentiras y medias verdades ha dicho; es mi particular opinión. Le sigue el «no se sabe si sube o baja» Rajoy, el que «donde dije digo, digo Diego», o el mentiroso tras la excusa del «me lo dejaron tan mal…» Sin embargo, durante su tiempo de orgía presidencial, ZP una vez dijo una verdad: la derecha, vino a decir, veta y vota en contra todas las leyes que el PSOE trae al Parlamento (se trataba en este caso de la Ley del Aborto, o la Ley del Derecho a matar de las madres, una de tantas leyes de ingeniería social que se aprobaron en su día), pero cuando llega al poder, las absuelve y las acepta sin quitar ni poner coma, así son de coherentes. En este caso ZP dijo verdad y Rajoy añadió al cúmulo o tropel de sus mentiras, una más. La reforma de  Ley del Aborto del PP no se llevará a cabo en esta legislatura; es decir, se la dejará estar: les quitaría votos, dicen. No importan las vidas, si, segarlas, da votos. Acertó ZP, oráculo de la verdad, en este caso. Siempre que puede, o lo dejan los votos, el político, de ordinario, es mentiroso convulsivo, y reincidente. Y lo peor es que me mienten con mi aquiescencia, con mi voto les digo que sí, seguid engañándome; salvo esta vez, Diario, que, cuando llegue la ocasión, me ahorraré el voto y me lo gastaré… en autoestima (12:31:30).

domingo, 14 de septiembre de 2014


14 de septiembre de 2014. Domingo.
DESGANA
 
Voluntad de ascenso, en el jardín. F: FotVi
 
-El calor me pone al pie de los caballos de la desgana; y desganado, poco se puede hacer. La desgana es un cincel o pluma que se detienen o una mirada sin fijación, sin interés, errante. Es el escoplo en la mano del artista sin dar el golpe, o la pluma sin letra que perpetuar en el papel; en este caso, ambos, escoplo y pluma, sin historia que contar, sin nada que decir. Tragedia. En la desgana, los brazos caen y las miradas se pliegan, y los conceptos se deshilachan. Estoy triste como un cenicero sin ceniza por no haber brasa de cigarro que sacudir; en la desgana, salvo ella misma, todo es nada, nada de mancha, que no deja ver nada. La mancha cierra, tapona, no deja ver lo que hay tras ella, al otro lado de su borrón. Una letra escrita es una mancha, pero domesticada, que diría Chesterton; no así la mancha del tintero, por ejemplo, que es algo salvaje y vive en la selva de lo indescifrable. La desgana es un cansancio, pero espiritual; se cansa el alma y se envilece la voluntad y, con la voluntad, el cuerpo, que baja su autoestima. Pero aún rezo, Diario, por lo que pido a Dios que me saque de esta agonía, cosa que parece concederme; pues el hecho de denunciar mi propia desgana, ya es un dato de que mi oración es escuchada. Me vuelve la esperanza (20:22:37).