miércoles, 8 de julio de 2015


8 de julio de 2015. Miércoles.
NO ENTIENDO NADA
 
De tertulia, en el jardín. F: FotVi
 
-¿Por qué no entiendo nada? ¿Por qué la dialéctica de algunos (en prensa, radio, televisión) cada vez me deja KO, o knock out; es decir, fuera de combate? En el ejercicio de la dialéctica casi nadie parece decir verdad, o, en todo caso, sólo su verdad. Al hilo de la palabra se van hilvanando medias verdades, mentiras, y (de vez en vez, como una ramita verde de alegría y triunfo, o de aleluya todavía en yema) alguna verdad. Hablan, batallan, se enzarzan. Hay lenguaje en sus ojos, en sus manos, además de en sus sonrisas de desprecio o conmiseración. La sonrisa de desprecio (o conmiseración) es el penúltimo ultraje o bomba fétida contra el oponente. Se llaman tertulianos y ganan poco (eso dicen), pero venden mucho. No escuchan, sólo recitan: o un verso blanco (derechas, conservador), o un verso rojo (izquierdas, progre), o el de color naranja (centro, intermedio); y, últimamente, también el verso color de fuego (los extremos, populismos), que son los que sin pudor y con dientes blancos (¿dispuestos al mordisco -quizá-?) más perdonan, sonriendo. Estas tertulias son un echarse un pulso dialéctico, donde cada cual se siente vencedor; y donde nadie da su brazo a torcer. Yo, a veces, los oigo como el que oye llover, y (cantando lo de: «Que llueva, que llueva…, etcétera»), acabo por ser el último que ríe, pasándome a ver a John Wayne en una de John Fort, donde Shakespeare se hace Oeste bellísimo, trágico, tierno, lúdico, soñador, y con un final hermoso en el que, mientras las praderas florecen y los ríos siguen yéndose camino de sus sueños, Romeo siempre halla a Julieta, en el recodo de un beso. Al final de la tertulia, Diario, nunca hay poema, porque no hay verso blanco que rime con verso rojo, o verso naranja que lo haga con el verso de fuego; o sea, todo queda como estaba: en agua de borrajas. Ay, en agua de tertulia (12:19:06).

martes, 7 de julio de 2015


7 de julio de 2015. Martes.
LA UTOPÍA
 
Luciendo y diciendo, en el jardín. F: FotVi
 
-Si algún día, cansado, exhausto como un árbol viejo, busco y no encuentro donde sentarme, donde hallar respiro, lo haré en la utopía, y en ella descansaré de mis achaques y dudas; la utopía, donde, con Dios y sus pavorosos silencios, habitan todos los sueños, también el de la florecilla que luce y expresa así lo que siente, dijo el sabio. Como la florecilla, Diario, y me puse a pensar (20:26:09).

lunes, 6 de julio de 2015


6 de julio de 2015. Lunes.
OTRO LENGUAJE
 
Luna rayada, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer marchó un racimo de mi familia, un trozo; racimo o trozo, digo, porque no estaba toda la familia. El núcleo quedaba en Las Palmas, la familia de allí, donde la Luna (en la mente infantil y de dibujo de Candela) habla. Entrar en el lenguaje de la Luna y entenderlo: mi gran iluminación, e ilusión; preguntaré a Candela cómo se hace. Si entro en el lenguaje (blanco y nocturno, de luciérnaga, creo) de la Luna, os lo contaré, y lo hablaremos juntos; como nuevo paisaje inédito de la palabra. Y con Candela de profesora; prometido, Diario (20:52:07).

domingo, 5 de julio de 2015


4 de julio de 2015. Sábado.
LA CIRCUNSTANCIA, O EL ALREDEDOR
 
Alrededor glorioso, en el Valle de Göreme. Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Julio avanza y el calor sigue, y da comienzo así la dispersión, el horror de descoyuntar lo que estaba unido. Las playas se hacen piña, y las ciudades fuga, postal con perro libre por las calles solitarias. Se detiene el perro, mira, y ve su sombra lisa y dura bajo el sol, y las esquinas amigas, donde él (y alguna política extrema) excretan su orina. Mirada, sin embargo, afligida la del perro, llorosa: la soledad oprime. Pregunte usted a la playa y oirá sus lamentos; pregunte a la ciudad, y oirá  que (aun con perro triste) suspira con alivio, rescatada. El hombre es un depredador inmisericorde, con la crueldad de una gota de agua continua sobre la roca, que hiere hasta perforarla; entre julio y agosto, el litoral se llena de negocio y pavor ecológicos. Corre el dinero, se tuestan los cuerpos, mientras en el cielo escriben vuelos tristes y planos las gaviotas. Les han arrebatado su mar y los acantilados de sus nidos. Y claman, graznan. Ellas saben que el mundo se está muriendo en el mar, o en el trueque de todo un reino divino por un plato de lentejas. Muerta el alma del hombre (el otro mar de lo sensible y estancia recóndita de la Divinidad), se muere todo. Dijo Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Amar el yo, pero a la vez que a la circunstancia del yo; o toda la hermosa, y terrible a veces, escenografía (o alrededores) en la que se desenvuelve el yo. La circunstancia, que es pájaro, y bosque, y zumbar de abeja, y lenguaje del batir del mar en la arena de la playa o en el acantilado, y amarillear del nerdo, y la raya de luz sobre el mar en las noches de luna. (La luna, o la niña desnuda que raya la pizarra del mar con tiza de hada, blanca. ¡Qué triunfo escolar, entonces, la raya de tiza en la pizarra del mar!). Y en el ínterin, que diría el clásico, ahí siguen la miseria y la punzada de todo sufrimiento, también el humano, que deriva y se recrea en la injusticia o tiranía humanas. Sin la perfidia humana, Diario, el mundo sería bueno y puro, sin parálisis nocivos, y con la divina fragilidad del que, a pesar de todo, vence; un santo llamado Pablo, así lo afirmó. Con la pureza y osadía de lo irónico e inédito, dijo: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte». Entonces, Diario, cuando lo frágil se hace don divino, o fortaleza sin violencia, divina (19:22:51).

jueves, 2 de julio de 2015

2 de julio de 2015. Jueves.
UN ANIMAL SANTO

Gota de agua escondiéndose, en el jardín. F: FotVi

-Al astrónomo, filósofo, matemático y poeta Giordano Bruno (Siglo XVI) se le ocurrió escribir: «El mundo es un animal santo, sagrado y venerable». Y yo me he dicho: «Si es animal, respira y siente, y oye y ama, y debe abrigar la esperanza de ser amado». Y esperanza de ser amado -con fervor y temblor, o susto- hasta el sufrimiento. Amado y respetado, con sufrimiento, aun en las indefensas y pequeñas cosas, las que lo hacen asequible, cercano, lírico hasta el tacto: como esa gota de agua que cae en tierra y la fecunda. Ser tierra, gota de agua, brisa, donde, si se pone el oído, Diario, se escucha a Dios; es decir, su amor, o su latido (19:59:59).

miércoles, 1 de julio de 2015


1 de julio de 2015. Miércoles.
ORGULLO
 
Subido a su orgullo, en soledad. F: FotVi
 
-«Se me ha subido el orgullo a la cabeza y me ha coronado de tonto», dijo el sabio. Y Voltaire (que no era precisamente tonto) añadió: «Aquel que es demasiado pequeño suele tener un orgullo grande». Y alguien, Diario, preguntó entonces: «¿Qué es eso del orgullo gay?», y no halló respuesta, sólo un clamor de ofensas, por preguntar (21:03:53).

martes, 30 de junio de 2015


30 de junio de 2015. Martes.
AFIRMAR
 
Afirmación, en el jardín. F: FotVi
 
-San Pedro fue un caso de negación y afirmación. O de afirmación, negación y afirmación. Primero, afirmó: «Tú eres el hijo de Dios». Luego, negó: «Yo no conozco a ése». (Era el mismo Amigo). Para concluir diciendo: «Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te amo». Y hasta dar su vida por esta afirmación. La primera afirmación y negación sucedieron en su juventud, entre el lago de Galilea y Judea, entre caminatas y asombros de cosas: muerte y resurrección, y ascensión y despedida del Amigo. La afirmación definitiva ocurrió en Roma y en su ancianidad. Afirmación que le llevó a una muerte de cruz y gloria, como al Amigo; a veces, Diario, afirmar tal vez sea morir un poco (o del todo) en lo que afirmas (21:16:55).

domingo, 28 de junio de 2015


28 de junio de 2015. Domingo.
EN EL LIBRO
 
Un hilo de agua, en la Plaza de España. Roma. Año 1964. F: FotVi
 
-Esta mañana, día del Señor, en San Blas, ha venido Dios y ha regalado su paternidad a un bebé de apenas meses: Alberto. Y me he dicho, y le he dicho: «Dios, estás aquí». Alberto en ese momento era todo él gesticulación de pies y manos, y gorjeo. Dios ha venido (ha realizado un viaje de acercamiento) para ser padre una vez más en ésta su criatura. Él, en el bautismo, le ha dicho: «Tú eres mi hijo», y ha sido el milagro: las palabras se han llenado de Dios (y de sentido), y, desde ese instante (instante de temblor y pasmo), el niño ha sido inscrito en el libro de la vida de los hijos de Dios. Dios y un hilo de agua han hecho el portento; nada de magia, sólo misterio, sólo Dios actuando. Cristo el primero y Alberto detrás, conmigo, con la iglesia, con todos los bautizados, también los perseguidos a causa de su fe, hijos de Dios. Los perseguidos en Irak, en Nigeria, en Egipto, en Siria, en Kenia, en España… Esta mañana, Diario, en San Blas, ha estado Dios (20:03:48).

sábado, 27 de junio de 2015


27 de junio de 2015. Sábado.
ANIQUILAMIENTO
 
Y la luz fue, en el inicio de todo. F: FotVi
 
-Qué mal suena el terror; suena a odio; pon el oído: odio -hiel- que siempre acaba en tragedia, amarga. Releía yo a Ortega y Gasset (Meditaciones del Quijote, año 1914), cuando, como un gemido o zarpa de algo maligno agarrado a la garganta, me asalta la noticia: varios atentados en diversos lugares del mundo. Odio, saña, fanatismo, pienso. En Francia, en Túnez, en Kuwait, en Somalia ha estallado la muerte; y en el tiempo sagrado (Alá, y por hijos de Alá) del Ramadán. El hombre (quizá religioso, pero fanatizado, ideologizado) inmolando al hombre, en nombre de Alá. Ortega: «Amor es un divino arquitecto que bajó al mundo, según Platón (Banquete), “a fin de que todo en el universo viva con conexión”. La inconexión -sigue- es el aniquilamiento». Conexión, amor; inconexión (odio), aniquilamiento. Está sucediendo, como ya sucedió. Se dijo: «Dios es amor»; es decir, Dios es afirmación, es un sí creativo, es felicidad (asombro) ante lo creado. («Dijo Dios: “Haya Luz”, y hubo luz. Y vio Dios que la luz estaba bien». Se asombró). Dios es afirmación y nunca negación. Por eso extraño yo a un Dios irritado, colérico, tempestuoso en el pensar y sentir en seguidores suyos. La yihad: o Alá mata. No cuadra. No puedo pensar que Alá bendiga esta barbarie de matarifes y jiferos, que hacen de la espada el clamor de su voluntad. Hágase la luz, dijo Dios, y fue la luz; fue la vida, ese tumulto de creatividad y conexión, vorágine, que ha hecho posible la belleza y el amor, también en el hombre, en el que Dios imagina y recrea lo antes imaginado y creado por él. La belleza y el amor, con minúscula; sucesos vivos, cercanos, irradiantes, Diario, de la otra Belleza, del otro Amor, con mayúsculas: mi Dios (11:09:44).

jueves, 25 de junio de 2015


25 de junio de 2015. Jueves.
EL ABRAZO DEL OSO, Y EL MADROÑO
 
Hombres horneados, el Roto. El País.
 
-En el mundo feliz de Aldous Huxley, un servidor fue programado para ser abrazo, sólo abrazo, siempre abrazo, era mi cometido. Abrazar, sin pausa, sin lugar para la reflexión de por qué el abrazo. Vivir en el abrazo, en su patético cerco sin sentido. Cuando el abrazo debiera ser un círculo cerrado que no encierra, que no enreja, que no recluye, ni sepulta. El abrazo es un plegar de alas para de inmediato, desplegándolas, lanzarse al vuelo; abrir alas y alcanzar el vuelo, o la libertad manando, yéndose y viniendo, partir para volver a estar. La ostra abraza y crea la perla; el aire ciñe y alienta la respiración. El abrazo obligado que estrecha hasta el ahogo, no es compasivo ni para quien da el abrazo ni para quien que lo recibe; al igual que el abrazo crudo y feroz de la muerte (abrazo que roba el aliento y la vida), el abrazo obligado abrasa, destruye. Y tan es así que si abrazas mucho y despiadadamente, puedes ahogar y ahogarte. El abrazo del agua, tan dulce, tan lírico en el inicio, si se hace feroz e irracional, incesante, sofoca hasta la asfixia. Yo, en el mundo feliz de Aldous Huxley, ahogado de tanto abrazar, un día, con furia de ballesta, grité: «¡No más abrazos!», y, con los miembros crispados, me abracé a mí mismo, e indefenso, y con la cabeza baja, lloré. Y, según el código del mundo feliz de Huxley, cometí una obscenidad, pues dije: «¡No abrazaré más sin afecto!». «Sin afecto», dije. Pecado. En el mundo feliz de Aldous Huxley no existía el afecto, ni el amor, sólo una inclinación inducida, fría como el frío de la sangre del pez, que suplía la felicidad, la del fuego y la ensoñación, la de la vibración y el latido. En el mundo feliz de Huxley se imponía ser feliz sin sentirlo, feliz sin causa. «Madrid -se ha dicho estos días- tiene que ser la ciudad del abrazo». Sin pedir licencia y a lo bravo. Pisar Madrid, Diario, y lanzarse a dar abrazos, como si todo el monte fuera orégano; abrazos acá y acullá, vivos, eléctricos, con suspiro incluido, pero evitando, en todo caso, el otro abrazo, el del oso, el del oso y el madroño. O sea, el de la muerte (10:48:08).

martes, 23 de junio de 2015


23 de junio de 2015. Martes.
UNA LÁGRIMA EN EL MAR
 
Pensando el vuelo, en el Mar Menor. Los Alcázares. F: FotVi
 
-Se dijo el sabio: si es difícil hallar una aguja en un pajar, más lo es encontrar un pajar en una aguja. Y se quedó mirando una nubecilla que cabía en el cielo, y se maravilló; todo el cielo para la nubecilla, se dijo, como lo es la nubecilla para una gota de agua. Y concluyó: «Una lágrima en el mar, y no todo el mar en una lágrima». ¿O sí cabe todo el mar en una lágrima? Especulaciones, volvió a decirse, y se puso a llorar sobre el mar, y su lágrima fue también el mar enorme; el mar, o la alucinación inmensa de todas las lágrimas del mundo. Una lágrima en el extenso y temible y bello mar de la vida, que es tacto y seducción en la arena de la playa y muerte y fragor en el acantilado. En una lágrima caben el miedo, la duda (la fe, o ese tantear iluminado), la angustia, la irritación, la caída, el éxtasis, el pavor, la audacia; y, porque inmola y salva, y ata y hace sangrar, en una lágrima cabe el amor siempre, y cabe, porque, al fin, cuando el amor sangra, libera. Quizá, en una lágrima no quepa el mar, pero sí todo su amargor. La virtud de la lágrima es, que, aun siendo lágrima proveniente de la risa, siempre sabe a sal; la sal, por la que el mar vive sin morirse; vive ola y abismo, cielo con cielo que se tocan, infinito. Sin morirse. Y es que en cada lágrima, cada vez, Diario, vivimos redimiéndonos, indultándonos a nosotros mismos de nuestros errores (11:53:29).

domingo, 21 de junio de 2015


21 de junio de 2015. Domingo.
REZO ECOLÓGICO
 
Ensoñación ecológica, en Las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi
 
-Esta mañana he rezado al Dios Ecológico. Y, en un ambiente de civismo ecológico y como en racimo (cerezas de rezos ecológicos), he rezado acompañado de otros. Comunión ecológica en la oración. Decir que no ha venido ninguna Rita Maestre a convertir nuestro rezo ecológico en un triste suceso escatológico. Rita -chica, que de niña solía rezar con su abuela, oraciones supongo de paz- suele desnudarse en capillas públicas para hacer ver lo fea que es la intolerancia. Rezar, en paz, es ecológico y cívico; guerrear mientras otros rezan es escatológico (Escatología: «Tratado de cosas excrementicias». D.R.A.) e incivil. (Sinónimos de incivil: grosero, bestia, montaraz, cerril, impolítico, ofensivo…) En el rezo ecológico no se usa una palabra de más ni de menos; son palabras ajustadas a la alabanza, a la súplica y a la acción de gracias. Rezo en el que, a veces, se reza (ecológicamente) hasta por los enemigos. Ejemplo: «Que Rita no se resfríe al desnudarse, Señor». Y así. En el ambiente de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, hemos rezado al Dios Ecológico, con rezo ecológico: «Laudato sie, o mi ̍ Signore cum tucte le Tue creature». «Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas»; rezo ecológico al Dios Ecológico, Diario, de San Francisco de Asís (20:52:41).

sábado, 20 de junio de 2015


20 de junio de 2015. Sábado.
PÁJAROS
 
Concierto barroco, en el jardín. F: FotVi
 
-Ahora la alegría se ha desparramado, ha extendido su júbilo, su pisar en el charco sin temer mojarse. Es la hora; es el tiempo. Se abren las jaulas y suena el clamor de las alas, y se suceden pájaros que pían y árboles que, de pronto, se sienten sinfonía de revuelos, lugar de encuentros. Árboles que en vez de a hoja suenan a corchea; corcheas, que siguen la batuta de los pájaros Beethoven. Se han abierto las escuelas y han volado los niños, como liberados diablillos de la alegría. (Melancolía de mi niñez). Ya hay más inocencia en las calles; todo es más blanco. No hablo de aulas; hablo de escuelas, donde todavía la p con la a es pa, y la j con la a: ja, y la r con la o: ro: pájaro. (Hallazgo de Candela, 4 años; ya lee asombrándose; es la más bella edad para el pasmo; sólo se hallan cosas -sueños y aun lunas que hablan- en el asombro). En un poema (La ventana) Katy Parra dice, o arde: «Frente a aquella ventana / se posaban mis ojos / de apenas cinco años, / buscando la intemperie de los sueños. / Desde allí, las palabras / y aquellos enigmáticos gorriones / eran de otro color. / Una mujer de luna / me abrazaba y leía / versos que se enredaban en mi pecho. / Ahora, algunas noches, / me siento allí, con versos y niñez / y persigo a los pájaros, / como si el tiempo fuera reversible / y aún pudiera entreabrir / la secreta ventana de la luna.» Ya lo dijo Candela en otro bellísimo poema, aún inédito: «Mami, en mi mundo, / la luna habla». Y siguió en sus juegos, tratando de «entreabrir la secreta ventana de la luna.» En la escuela, Diario, todavía la p con la a es pa, y la j con la a…, ya sabes: pájaro, o el asombro (20:26:23).

viernes, 19 de junio de 2015

19 de junio de 2015. Viernes.
QUIZÁ

Luz para una tiniebla, en el mar. F: FotVi

-La muerte asusta; pero más la inesperada, la que llega por casualidad y que en ese momento (o en forma odio o en forma de desgracia) te halla junto a ella. A la desgracia se la suele llamar accidente; al odio, hiel, y a la casualidad, destino. Como se ve, palabras; pero palabras todas en las que cabe la muerte. Como cabe la perla en la bóveda de nácar de la pequeña y secreta ostra catedralicia. (La ostra, una catedral de carbonato de calcio cristalizado, que inventa piedras preciosas, hasta morirse). Sin  la muerte como meta, todos seríamos soberbios. La soberbia siempre se detiene al borde mismo del sepulcro. Es tan estrecha la muerte, que la soberbia, la pompa, no caben en ella. La muerte sólo se lleva consigo la desnudez, y tísica. En la muerte sólo hay muerte; y por no haber, ni pobreza hay. Ni silencios; pues, donde no es posible oír, ni siquiera caben los silencios. Fuera de la muerte, sobre ella, puede estar el mausoleo, la pirámide o el humilde caballón de tierra, y abajo, sólo el pálido llamear de la fe, quizá. Dijo Octavio Paz, poeta: «No hay más jardines que los que llevamos dentro». Quizá, Diario, el único jardín con el viajemos a la muerte y permanezca sea el de la fe, o la semilla de una vida sin el sobresalto de la muerte (inesperada, o no) encima. Quizá… (20:51:36).

jueves, 18 de junio de 2015


18 de junio de 2015. Jueves.
ENTRE SUSURROS
 
Entre susurros, hablando de Dios, en el jardín. F: FotVi
 
-Yo no quiero ser Dios, ni nunca lo he pretendido. Debe ser muy difícil, y más si se trata de un Dios que dice amar incluso a quienes le ofenden. Ofensa y amor. Difícil amar ofendido, con el alma colgando y lo ojos encendidos. Sentir que se guarrea tu nombre (obscenidad en las palabras, metalurgia de la idiotez) y tener que amar al guarro: difícil. Yo intento amar a quien me ofende, y se me nubla el amor, y, entonces, para intentar sacarle luz a la ofensa, para vestirla de algo atrayente, y poder amarla, escribo. Escribo para no morirme de barro y de muerte, de ascos lascivos, de inválida estupidez. Escribo para decirme: «¡Vive en la tolerancia! ¡En la angustia de la tolerancia!». Con Mahmoud Darwisd, poeta palestino, digo: «¡Oh, relámpago! Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco». El relámpago no es Dios, sino lo que de él queda tras su paso de brisa o de silencio. O de osadía. O de recelo. Dios, que está en todas partes (lo creo), nos deja a veces solos para que descubramos cuando está. Lo hizo con Job, y con el pueblo judío, y con el palestino. Y también con el cristiano, que a veces ha ocultado a Dios bajo mitras y difíciles teologías, y aun con fuegos de lamidas terribles e intolerantes. Asando en piras. Yo amo a Dios en todo lo que es amor, porque ese es su ser, su entraña (más que la de la madre), su hoja de ruta en su hijo Jesús de Nazaret. Una vez oí a un profesor mío decir: «Allí donde hay una brizna de amor, allí está Dios». (Se llamaba Francisco Javier y era bajito y ancho, y de amplia testa; es decir, sabio, sin aspavientos. ¡Ah!, y era tan inocente, que no tenía sentido del humor; pero sí tenía sentido del amor, que ejercía comunicando su saber y su alta y fina estatura espiritual). No ser Dios; aunque no es poco ser su imagen e intentar ejercer de tal. Imagen alegre, crucificada, caída, alzada, y con susto de serlo (imagen) a veces. Imagen coloquial de habla y escucha; habla y escucha, Diario, entre Dios y yo, y las criaturas todas, como el agua, la ceniza, el bicho, la luz, el tiempo, la fe, tantas cosas, que (sin decirlo, o entre susurros) hablan de Dios (11:22:30).

martes, 16 de junio de 2015


16 de junio de 2015. Martes.
PAZ EN LAS MANOS
 
Paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Si me dais un poco de pan y unas gotas de vino, os regalaré una comida amigable y frugal, y, aunque humilde, digna de hijos de rey, dijo un tal Jesús de Nazaret; y, una noche de despedidas y largos silencios, y de ojos bajos (los miedos andaban por las sombras de la noche), lo hizo. Y fue la comida más ecológica y festiva que jamás se haya celebrado. Yo, Diario, con otros necesitados de afecto, todavía asisto a esa comida: un poco de pan y unas gotas de vino, y paz en las manos (18:55:43).

lunes, 15 de junio de 2015


15 de junio de 2015. Lunes.
SUEÑOS DE LUZ Y PAN
 
Humildes incendios, en el bosque. F: FotVi
 
-Con el tiempo, he aprendido que escribir es emocionarse, y emocionar. Como en el piano, se pulsan las teclas del corazón y se las deja que sangren, o que exulten. Las teclas también lloran y ríen, y danzan. Toda palabra o tecla, si se las pulsa con sabiduría interior, y no sólo técnica, siempre tienen algo que decir en sus silencios y en sus formas. Las palabras las hace la técnica del lenguaje, pero las dice el corazón. Las palabras nacen, crecen, se van modelando, hasta que llegan al corazón del escritor y estallan en arte; sin escritor, que ame, no es posible reinventar las palabras, y que sean arte, que es lo que hace el artesano de la palabra, el poeta. El limo de la palabra necesita del aliento del escritor para que cobre vida. Como entonces; el amanuense escribió: «Dios formó al hombre con polvo del suelo (adâmah: suelo), e insufló en sus narices aliento de vida». El poeta diría después que el polvo, la arcilla, la ceniza, se enamoran: «Polvo serán, mas polvo enamorado». El aliento del poeta en la palabra es la inspiración enamorada, cosa o temblor divinos, a la vez que comunión con el asombro y lo que abrasa, o mata. Un verso es un incendio que puede iluminar o devastar, hasta hacerse ceniza, pero, si enamorada, ceniza de la que puede brotar nueva vida, una llama. Sin amor, no hay emoción, ni poesía, ni Dios; ni creatividad por tanto, ni el hermoso y enorme susto de vivir. Y es que no sólo de sentidos vive el amor. Que ¿por qué todo esto? Por la respuesta de una enamorada de la vida y de la dignidad, ante una ofensa caprichosa y banal, y sórdida, y tísica, y con baba de odio, y con mal olor de lenguaje podrido. Él es un tal Zapata, concejal (y de Cultura) en el Ayuntamiento de Madrid; ella, Irene Villa, periodista y víctima de ETA. Él pretendió ofenderla y ella le ha contestado con la paz de quien se sabe, sin pretenderlo, en un estadio superior, donde no caben ni el odio ni la venganza, ni la bajeza espiritual, y sí la altura de miras, los vuelos por encima de cualquier duda u ofuscación; Irene ha contestado: «Soy la mujer explosiva», y ha sonreído; y, en su sonrisa, Diario, se ha sentido embellecida la alegría de vivir, y de convivir, y de soñar sueños de luz y pan, y paz. Sueños, y pan, y paz, se dan la mano (13:03:48).

sábado, 13 de junio de 2015


13 de junio de 2015. Sábado.
GRITAR
 
Niña buscando en la basura, en una ciudad de la India. F: Vanessa Cuer
 
-Es en la Escritura, ese lugar en el que Dios, por mano de amanuense, solía dejar sus pensamientos, donde por primera vez se pueden leer juntas las palabras «justicia y derecho». Siglo VII a. C., ya entonces. Jeremías oyó y escribió: «En aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra». Es más, a este vástago se le llamaría «Señor-nuestra-justicia». No Dios sólo, sino «Dios-justicia». Utopía, pues, en la Escritura, o ensoñaciones de profeta guiadas por una voz invisible, que, a siglos vista, perturban. Sin embargo, he aquí un mundo infame, turbio de señorías y castas, plagado de infiernos a causa de la injusticia, que no ha seguido aquellas ideas o sugerencias del vástago de David. Titulares: más de 350 millones de niños en el mundo son esclavos. Otro titular: uno de cada doce niños y niñas en el mundo es explotado laboral y sexualmente. Niños y niñas entre 5 y 14 años. Otro más: Europa, continente de niños esclavos. El infinito se podría llenar de titulares semejantes. Y no hay conmoción en el mundo, no hay llanto que, como un río, anegue las gargantas; gargantas que sólo se usan, a veces, para engullir y eructar, y decir palabras vacías: tristes homilías y feroces mítines eufónicos, complacientes, pero huecos. La oquedad de la mentira o del eufemismo. Un día, de niño, supe lo que era la injusticia. Fue en la posguerra, en Molina, y llovía frío; en el horno del apodado Hornerín -casa amiga de pan y amparo-, me habían dado la merienda: pan y aceite, con azúcar. Y en la calle ya, di el primer bocado: mordí el pan como si lo hubiera hecho a una melodía. Crujió el pan, y se me hizo la boca agua, y Dios, como cuando se comulga. Pero, de pronto, alguien, un señor mayor, con barba y ojos alocados, surgió de la nada y, con la violencia de la desesperación, me arrebató el pan. Y, escondiendo el pan bajo su chaqueta vieja, casi hecha de tiras, huyó. Lloré y salieron a ver; conté y recuerdo que, con paz, y con la vista perdida como el que rememora algo lejano, mi padre me dijo: «No llores, tendría hambre», y dejé de llorar. De este modo, empecé a descubrir qué era la injusticia. Me dije y me sigo diciendo: ver el hambre y no compartir el bocado, eso es la injusticia; o mirar la esclavitud de la niñez y no gritar hasta romper todos los tímpanos, y, con los tímpanos, las conciencias, eso es la injusticia. Ahora lo sé, Diario, y por eso grito (11:40:11).

jueves, 11 de junio de 2015


11 de junio de 2015. Jueves.
LLUVIA EN FRASQUITOS, O TEORÍA DE LA LLUVIA
 
Frasquitos de lluvia, gotas, en Lagos de Plitvice, Croacia. F: FotVi
 
-Lluvia en frasquitos del tamaño de una gota, ocho o diez gotas, ocho o diez frasquitos, esta mañana, en mi parcela, donde vivo y pongo letras unas detrás de otras, como líricos restos de mosca con sentido (sobrias cagaditas -perdón- de mosca, con sentido). Frasquitos (gotas), que, al romperse, hablan y dicen agua, y alegran, y contagian de alegría al pájaro y a su canto. Y, con el canto del agua y el pájaro, canta todo, también las letras del teclado del computador, que vienen a mis dedos antes de yo pulsarlas, festivas, como con alas de insecto. Y entonces yo digo: «¡Bello lenguaje!», el del agua y las cosas, el del teclado; y rezo. (Rezar es otro modo de canto, como decirle al amor «te amo» o al odio «no insistas», hasta que pasan el odio y sus arrebatos). Dar y no pedir nada a cambio: teoría de la lluvia; o, en todo caso, sólo pedir que se respeten sus caminos, sus cauces, su libertad itinerante, hasta poder dar con la mar, su vientre materno, donde muere y renace, adonde va para volver, la lluvia, o el ciclo incomparable y tremendo de la vida. Y, mientras acaecían estos sucesos de lluvia y vida, y pájaro, la política y sus actores (los políticos) en la tarea de sus pastos. Pastando las buenas hierbas, que para las sobras y migajas, Diario, ya habrá tiempo; otro tiempo, casi siempre injusto (20:28:38).

miércoles, 10 de junio de 2015


10 de junio de 2015. Miércoles.
LLORÓ LA POESÍA
 
Lágrima de poesía, en el jardín. F: FotVi
 
-Quiso ser un escritor original, distinto, no sólo absurdo (Esperando a Godot, S. Beckett), con un ingenio exterminador y perverso, aunque sentimental, sino un diablillo de malos instintos contra editoriales y bestseller, además. Proyectó, al modo de García Márquez, simplificar el idioma: fuera las letras b y v, o una u otra, y no jugar a la falta de ortografía con las dos; fuera la j o la g, y la h, que, a pesar de tan silente, tan dada es, cual piedrecita en el zapato, a incordiar. Y la tilde (´), abogada de pronombres y adverbios, y delatora de diptongos que no lo son: día y utopía, por ejemplo. Él, el escritor, en un primer momento, y por el afán ecologista del ahorro de papel (a menos papel, más bosques floridos, se dijo) proyectaba la mutilación del lenguaje: menos palabras, para libros más delgados. ¿Para qué sinónimos y antónimos? ¿Para qué adjetivos y pronombres? ¿Para qué verbos irregulares y oraciones subordinadas o secundarias? ¿Por qué decir «patata», si puede decirse «papa»? (¡Ay, mi Canarias!) ¿U odontólogo y no dentista? Mutilar; en realidad, nuestro escritor original lo que pretendía era implantar un a modo de «totalitarismo del lenguaje», al igual que determinadas políticas, que se llaman utópicas y aun progresistas, y a las que les cuesta admitir que a más ideas más donde elegir. Lo otro es anorexia intelectual, cínica, con ínfulas de tiranía de pacotilla, engreídas, torpes. Yo (pronombre) soy «yo», pero no mi «circunstancia», se dijo el excluyente. Y, a la manera de Mosul o Hatra por el Estado Islámico, fue demolido Ortega, devastado de un plumazo  en su pensamiento. Dijo el excluyente: «Ser original», y rompió la baraja, y la gramática, y el silencio ruidoso y vigilante de las normas: podó, acortándolas, líneas de escritura y las llamó versos, y a éstos, abatidos por la poda, los llamó poemas, y entonces fue, Diario, cuando lloró la poesía (10:49:43).