20 de junio de 2015. Sábado.
PÁJAROS
Concierto barroco, en el jardín. F: FotVi |
-Ahora la alegría se ha desparramado, ha extendido su júbilo, su pisar
en el charco sin temer mojarse. Es la hora; es el tiempo. Se abren las jaulas y
suena el clamor de las alas, y se suceden pájaros que pían y árboles que, de
pronto, se sienten sinfonía de revuelos, lugar de encuentros. Árboles que en
vez de a hoja suenan a corchea; corcheas, que siguen la batuta de los pájaros Beethoven.
Se han abierto las escuelas y han volado los niños, como liberados diablillos
de la alegría. (Melancolía de mi niñez). Ya hay más inocencia en las calles;
todo es más blanco. No hablo de aulas; hablo de escuelas, donde todavía la p con la a es pa, y la j con la a: ja, y la r con la o: ro: pájaro. (Hallazgo de Candela, 4 años; ya
lee asombrándose; es la más bella edad para el pasmo; sólo se hallan cosas -sueños
y aun lunas que hablan- en el asombro). En un poema (La ventana) Katy Parra dice, o arde: «Frente a aquella ventana / se
posaban mis ojos / de apenas cinco años, / buscando la intemperie de los
sueños. / Desde allí, las palabras / y aquellos enigmáticos gorriones / eran de
otro color. / Una mujer de luna / me abrazaba y leía / versos que se enredaban
en mi pecho. / Ahora, algunas noches, / me siento allí, con versos y niñez / y
persigo a los pájaros, / como si el tiempo fuera reversible / y aún pudiera
entreabrir / la secreta ventana de la luna.» Ya lo dijo Candela en otro
bellísimo poema, aún inédito: «Mami, en mi mundo, / la luna habla». Y siguió en
sus juegos, tratando de «entreabrir la secreta ventana de la luna.» En la
escuela, Diario, todavía la p con la a es pa,
y la j con la a…, ya sabes: pájaro, o
el asombro (20:26:23).
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