jueves, 16 de julio de 2015


16 de julio de 2015. Jueves.
TERNURA FRUSTRADA
 
Esperando unas manos, en Tallín. Estonia. F: FotVi
 
-¡Las manos! Y miro mis manos: en las manos se lee la vida, dicen. Y la muerte, a veces. Las manos son arte si de la arcilla extraen belleza: un vaso griego; y pavor y fealdad, vileza, si de ellas, por el contario, emana la muerte. (Cada día me conmueve ver alzar mis manos con el pan de Dios, blanco, y con la noticia de que antes de todo el pan fue espiga. Espiga, pan, Dios: milagro de la nueva alianza del cielo con la tierra, o de Dios con la belleza). Las manos perdonan y condenan; abren y cierran; dan (un vaso de agua) y quitan (la vida); colorean y emborronan. Por el ejercicio de las manos, el hombre se irguió del mono, y, erguido, atisbó horizontes nuevos y estrellas lejanísimas, y libros y sueños, y, así, se abrió a la biblioteca de la sabiduría. Hay manos, decía, que dan y quitan vida, como un vientre de madre. (Alumbramiento -luz-; aborto -negrura-, o así). Ayer, la noticia nos alertó la emoción y el llanto, y la incredulidad. En Mejorada del Campo, una madre (sus manos) había arrojado a su bebé a un contenedor (extraña cuna) de basura: lo entregaba a la muerte; y unos guardias civiles (otras manos) lo evitaban, devolviéndolo al gorjeo y a la vida. Rafael y Daniel es el nombre de los ángeles (vestidos de verde) que salvaron la vida del bebé; el nombre de la madre (o de la ternura frustrada), Diario, no me interesa; o sólo para, pensando en ella, evitar caer en la tentación de considerar que la vida, por pequeña que sea, y más la humana, no es un milagro mayor que una galaxia o que cualquier sórdida desesperación, que toque lo infernal (12:05:15).

martes, 14 de julio de 2015

14 de julio de 2015. Martes.
GOLPE INESPERADO

Lágrimas de silencio, en el jardín. F: FotVi

-Hubo un día (18 años hace) en que Dios estuvo en Ermua en la agonía de un joven de nombre Miguel Ángel Blanco, y luego de recibir un balazo en la nuca. Dios estaba en la nuca, donde hirió la bala, en el terrible golpe inesperado, en aquella abertura por donde entró la muerte. El mal, y el maligno, estaban en la bala, donde clamaba la perversidad, la sordidez, lo irracional. Hay cruces confeccionadas de diversos materiales: entre ellos, el tiro cobarde y satánico en la nuca. Ese día, como en Auschwitz, como en tantos infiernos del odio (piense usted uno: ¡hay tantos desde Abel!), la humanidad menguó, perdió dignidad, cayó a más baja estatura espiritual que cualquier humilde hierba nacida como un vuelo de vida y belleza en el campo, el campo floral y el de los sueños, como el de la espiga. Dieciocho años, y ya empieza a echarse la tierra del olvido sobre la herida y sobre el que la produjo, que fueron uno, o fueron dos, o un pueblo (o porción), que miraba para otra parte. Casi todos mirábamos hacia otro lado, hasta que entró la bala, rompiendo y taladrando, en la nuca de Miguel Ángel, y en nuestras conciencias. Entonces hubo clamor blanco, manos blancas alzadas al cielo (gritos blancos), lágrimas blancas, y horror negro. Yo recuerdo el día y la hora, y dónde estaba, y el dolor airado, y la detención de todas las cosas en el pavor, en la niebla. Celebré la misa y no supe qué decir; sólo mirar el pan del altar, el consagrado, el que latía con Dios, y balbucir apenas: «¡Señor!», y hacer un silencio larguísimo, con ruido de lágrimas, que siguieron los que me acompañaban. Y no sé, Diario, por qué ahora me vienen a la boca, como seca oración, lo que el poeta Héctor Viel escribió en un día de enfermedad triste: «Señor: Desde este instante, mi cabeza quiere ser, por los siglos de los siglos, la herida de tu mano bendiciéndome en fuego» (11:30:37).

domingo, 12 de julio de 2015


 

12 de julio de 2015. Domingo.
LA LENTE
 
Lente latiendo, en el jardín. F: FotVi
 
-A veces, tan exiguo es lo pequeño, que hay que hacer uso del microscopio para casi adivinarlo; y tan enorme lo grande, que hay que valerse del telescopio para intuirlo. Algo parecido ocurre con Dios, dijo el sabio; sólo puede vislumbrarse a través de la lente graciosa y hecha de sangre (en ocasiones) de la fe. La fe, microscopio y telescopio, pues, de acercamiento a la visión mística (espiritual) de Dios. Decía Ortega que, desde la fe, «Dios es la última dimensión de la campiña». Contemplaré, Diario, meditándola, esta afirmación; de momento, me seduce, es hermosa e inquietante (20:50:18).

sábado, 11 de julio de 2015


11 de julio de 2015. Sábado.
BRISA
 
Suave brisa, sobre la mesa. F: FotVi
 
-Esta mañana, ha venido un soplo de brisa (Dios se manifestó a Elías «en el susurro de una brisa suave»; es decir, en la Paz,) y ha amortiguado, adelgazándolo, el calor. La brisa, aunque frágil, vence al calor. Como la sonrisa, con el tiempo, al odio. O la fortaleza de lo frágil apagando las sañas o furias de lo fuerte. La palabra, que es soplo, aliento con significado, finísimo envoltorio de ideas (tan fino que un mero fragor las silencia) es más impetuosa (en el diálogo) que la guerra con su fiebre de hacha y espada. Las guerras duran tanto como la estulticia (o la avaricia) del hombre las alargan; hasta que la palabra (susurro de brisa suave) las aplaca. Incluso la violencia verbal no entra dentro del reino bellísimo de la palabra, lugar de ensueños (y de encuentros) hecho viento, aura, pero no tormenta. Feliz hallazgo el de Juan en su evangelio: Dios se hizo Verbo; es decir, Palabra, suave Crujido con sentido, y así acampó entre nosotros; acampó hablando, no batallando. Crujió el vientre de una mujer, se abrió, y dio a luz la Palabra; Palabra que todo lo solucionaba hablando: no hizo guerras, sólo evangelizó, dio buenas noticias, tales como que Dios es amor, que somos hermanos, pon la otra mejilla, devuelve bien por mal, dijo, y murió perdonando a los que, entre burlas, lo crucificaban; la burla, o el helor de la palabra, el hedor; hedor, además, enfebrecido. Las palabras felices, todas, Diario, sobre la mesa: en el soplo de «brisa suave» del evangelio (10:31:06).

miércoles, 8 de julio de 2015


8 de julio de 2015. Miércoles.
NO ENTIENDO NADA
 
De tertulia, en el jardín. F: FotVi
 
-¿Por qué no entiendo nada? ¿Por qué la dialéctica de algunos (en prensa, radio, televisión) cada vez me deja KO, o knock out; es decir, fuera de combate? En el ejercicio de la dialéctica casi nadie parece decir verdad, o, en todo caso, sólo su verdad. Al hilo de la palabra se van hilvanando medias verdades, mentiras, y (de vez en vez, como una ramita verde de alegría y triunfo, o de aleluya todavía en yema) alguna verdad. Hablan, batallan, se enzarzan. Hay lenguaje en sus ojos, en sus manos, además de en sus sonrisas de desprecio o conmiseración. La sonrisa de desprecio (o conmiseración) es el penúltimo ultraje o bomba fétida contra el oponente. Se llaman tertulianos y ganan poco (eso dicen), pero venden mucho. No escuchan, sólo recitan: o un verso blanco (derechas, conservador), o un verso rojo (izquierdas, progre), o el de color naranja (centro, intermedio); y, últimamente, también el verso color de fuego (los extremos, populismos), que son los que sin pudor y con dientes blancos (¿dispuestos al mordisco -quizá-?) más perdonan, sonriendo. Estas tertulias son un echarse un pulso dialéctico, donde cada cual se siente vencedor; y donde nadie da su brazo a torcer. Yo, a veces, los oigo como el que oye llover, y (cantando lo de: «Que llueva, que llueva…, etcétera»), acabo por ser el último que ríe, pasándome a ver a John Wayne en una de John Fort, donde Shakespeare se hace Oeste bellísimo, trágico, tierno, lúdico, soñador, y con un final hermoso en el que, mientras las praderas florecen y los ríos siguen yéndose camino de sus sueños, Romeo siempre halla a Julieta, en el recodo de un beso. Al final de la tertulia, Diario, nunca hay poema, porque no hay verso blanco que rime con verso rojo, o verso naranja que lo haga con el verso de fuego; o sea, todo queda como estaba: en agua de borrajas. Ay, en agua de tertulia (12:19:06).

martes, 7 de julio de 2015


7 de julio de 2015. Martes.
LA UTOPÍA
 
Luciendo y diciendo, en el jardín. F: FotVi
 
-Si algún día, cansado, exhausto como un árbol viejo, busco y no encuentro donde sentarme, donde hallar respiro, lo haré en la utopía, y en ella descansaré de mis achaques y dudas; la utopía, donde, con Dios y sus pavorosos silencios, habitan todos los sueños, también el de la florecilla que luce y expresa así lo que siente, dijo el sabio. Como la florecilla, Diario, y me puse a pensar (20:26:09).

lunes, 6 de julio de 2015


6 de julio de 2015. Lunes.
OTRO LENGUAJE
 
Luna rayada, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer marchó un racimo de mi familia, un trozo; racimo o trozo, digo, porque no estaba toda la familia. El núcleo quedaba en Las Palmas, la familia de allí, donde la Luna (en la mente infantil y de dibujo de Candela) habla. Entrar en el lenguaje de la Luna y entenderlo: mi gran iluminación, e ilusión; preguntaré a Candela cómo se hace. Si entro en el lenguaje (blanco y nocturno, de luciérnaga, creo) de la Luna, os lo contaré, y lo hablaremos juntos; como nuevo paisaje inédito de la palabra. Y con Candela de profesora; prometido, Diario (20:52:07).

domingo, 5 de julio de 2015


4 de julio de 2015. Sábado.
LA CIRCUNSTANCIA, O EL ALREDEDOR
 
Alrededor glorioso, en el Valle de Göreme. Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Julio avanza y el calor sigue, y da comienzo así la dispersión, el horror de descoyuntar lo que estaba unido. Las playas se hacen piña, y las ciudades fuga, postal con perro libre por las calles solitarias. Se detiene el perro, mira, y ve su sombra lisa y dura bajo el sol, y las esquinas amigas, donde él (y alguna política extrema) excretan su orina. Mirada, sin embargo, afligida la del perro, llorosa: la soledad oprime. Pregunte usted a la playa y oirá sus lamentos; pregunte a la ciudad, y oirá  que (aun con perro triste) suspira con alivio, rescatada. El hombre es un depredador inmisericorde, con la crueldad de una gota de agua continua sobre la roca, que hiere hasta perforarla; entre julio y agosto, el litoral se llena de negocio y pavor ecológicos. Corre el dinero, se tuestan los cuerpos, mientras en el cielo escriben vuelos tristes y planos las gaviotas. Les han arrebatado su mar y los acantilados de sus nidos. Y claman, graznan. Ellas saben que el mundo se está muriendo en el mar, o en el trueque de todo un reino divino por un plato de lentejas. Muerta el alma del hombre (el otro mar de lo sensible y estancia recóndita de la Divinidad), se muere todo. Dijo Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Amar el yo, pero a la vez que a la circunstancia del yo; o toda la hermosa, y terrible a veces, escenografía (o alrededores) en la que se desenvuelve el yo. La circunstancia, que es pájaro, y bosque, y zumbar de abeja, y lenguaje del batir del mar en la arena de la playa o en el acantilado, y amarillear del nerdo, y la raya de luz sobre el mar en las noches de luna. (La luna, o la niña desnuda que raya la pizarra del mar con tiza de hada, blanca. ¡Qué triunfo escolar, entonces, la raya de tiza en la pizarra del mar!). Y en el ínterin, que diría el clásico, ahí siguen la miseria y la punzada de todo sufrimiento, también el humano, que deriva y se recrea en la injusticia o tiranía humanas. Sin la perfidia humana, Diario, el mundo sería bueno y puro, sin parálisis nocivos, y con la divina fragilidad del que, a pesar de todo, vence; un santo llamado Pablo, así lo afirmó. Con la pureza y osadía de lo irónico e inédito, dijo: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte». Entonces, Diario, cuando lo frágil se hace don divino, o fortaleza sin violencia, divina (19:22:51).

jueves, 2 de julio de 2015

2 de julio de 2015. Jueves.
UN ANIMAL SANTO

Gota de agua escondiéndose, en el jardín. F: FotVi

-Al astrónomo, filósofo, matemático y poeta Giordano Bruno (Siglo XVI) se le ocurrió escribir: «El mundo es un animal santo, sagrado y venerable». Y yo me he dicho: «Si es animal, respira y siente, y oye y ama, y debe abrigar la esperanza de ser amado». Y esperanza de ser amado -con fervor y temblor, o susto- hasta el sufrimiento. Amado y respetado, con sufrimiento, aun en las indefensas y pequeñas cosas, las que lo hacen asequible, cercano, lírico hasta el tacto: como esa gota de agua que cae en tierra y la fecunda. Ser tierra, gota de agua, brisa, donde, si se pone el oído, Diario, se escucha a Dios; es decir, su amor, o su latido (19:59:59).

miércoles, 1 de julio de 2015


1 de julio de 2015. Miércoles.
ORGULLO
 
Subido a su orgullo, en soledad. F: FotVi
 
-«Se me ha subido el orgullo a la cabeza y me ha coronado de tonto», dijo el sabio. Y Voltaire (que no era precisamente tonto) añadió: «Aquel que es demasiado pequeño suele tener un orgullo grande». Y alguien, Diario, preguntó entonces: «¿Qué es eso del orgullo gay?», y no halló respuesta, sólo un clamor de ofensas, por preguntar (21:03:53).

martes, 30 de junio de 2015


30 de junio de 2015. Martes.
AFIRMAR
 
Afirmación, en el jardín. F: FotVi
 
-San Pedro fue un caso de negación y afirmación. O de afirmación, negación y afirmación. Primero, afirmó: «Tú eres el hijo de Dios». Luego, negó: «Yo no conozco a ése». (Era el mismo Amigo). Para concluir diciendo: «Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te amo». Y hasta dar su vida por esta afirmación. La primera afirmación y negación sucedieron en su juventud, entre el lago de Galilea y Judea, entre caminatas y asombros de cosas: muerte y resurrección, y ascensión y despedida del Amigo. La afirmación definitiva ocurrió en Roma y en su ancianidad. Afirmación que le llevó a una muerte de cruz y gloria, como al Amigo; a veces, Diario, afirmar tal vez sea morir un poco (o del todo) en lo que afirmas (21:16:55).

domingo, 28 de junio de 2015


28 de junio de 2015. Domingo.
EN EL LIBRO
 
Un hilo de agua, en la Plaza de España. Roma. Año 1964. F: FotVi
 
-Esta mañana, día del Señor, en San Blas, ha venido Dios y ha regalado su paternidad a un bebé de apenas meses: Alberto. Y me he dicho, y le he dicho: «Dios, estás aquí». Alberto en ese momento era todo él gesticulación de pies y manos, y gorjeo. Dios ha venido (ha realizado un viaje de acercamiento) para ser padre una vez más en ésta su criatura. Él, en el bautismo, le ha dicho: «Tú eres mi hijo», y ha sido el milagro: las palabras se han llenado de Dios (y de sentido), y, desde ese instante (instante de temblor y pasmo), el niño ha sido inscrito en el libro de la vida de los hijos de Dios. Dios y un hilo de agua han hecho el portento; nada de magia, sólo misterio, sólo Dios actuando. Cristo el primero y Alberto detrás, conmigo, con la iglesia, con todos los bautizados, también los perseguidos a causa de su fe, hijos de Dios. Los perseguidos en Irak, en Nigeria, en Egipto, en Siria, en Kenia, en España… Esta mañana, Diario, en San Blas, ha estado Dios (20:03:48).

sábado, 27 de junio de 2015


27 de junio de 2015. Sábado.
ANIQUILAMIENTO
 
Y la luz fue, en el inicio de todo. F: FotVi
 
-Qué mal suena el terror; suena a odio; pon el oído: odio -hiel- que siempre acaba en tragedia, amarga. Releía yo a Ortega y Gasset (Meditaciones del Quijote, año 1914), cuando, como un gemido o zarpa de algo maligno agarrado a la garganta, me asalta la noticia: varios atentados en diversos lugares del mundo. Odio, saña, fanatismo, pienso. En Francia, en Túnez, en Kuwait, en Somalia ha estallado la muerte; y en el tiempo sagrado (Alá, y por hijos de Alá) del Ramadán. El hombre (quizá religioso, pero fanatizado, ideologizado) inmolando al hombre, en nombre de Alá. Ortega: «Amor es un divino arquitecto que bajó al mundo, según Platón (Banquete), “a fin de que todo en el universo viva con conexión”. La inconexión -sigue- es el aniquilamiento». Conexión, amor; inconexión (odio), aniquilamiento. Está sucediendo, como ya sucedió. Se dijo: «Dios es amor»; es decir, Dios es afirmación, es un sí creativo, es felicidad (asombro) ante lo creado. («Dijo Dios: “Haya Luz”, y hubo luz. Y vio Dios que la luz estaba bien». Se asombró). Dios es afirmación y nunca negación. Por eso extraño yo a un Dios irritado, colérico, tempestuoso en el pensar y sentir en seguidores suyos. La yihad: o Alá mata. No cuadra. No puedo pensar que Alá bendiga esta barbarie de matarifes y jiferos, que hacen de la espada el clamor de su voluntad. Hágase la luz, dijo Dios, y fue la luz; fue la vida, ese tumulto de creatividad y conexión, vorágine, que ha hecho posible la belleza y el amor, también en el hombre, en el que Dios imagina y recrea lo antes imaginado y creado por él. La belleza y el amor, con minúscula; sucesos vivos, cercanos, irradiantes, Diario, de la otra Belleza, del otro Amor, con mayúsculas: mi Dios (11:09:44).

jueves, 25 de junio de 2015


25 de junio de 2015. Jueves.
EL ABRAZO DEL OSO, Y EL MADROÑO
 
Hombres horneados, el Roto. El País.
 
-En el mundo feliz de Aldous Huxley, un servidor fue programado para ser abrazo, sólo abrazo, siempre abrazo, era mi cometido. Abrazar, sin pausa, sin lugar para la reflexión de por qué el abrazo. Vivir en el abrazo, en su patético cerco sin sentido. Cuando el abrazo debiera ser un círculo cerrado que no encierra, que no enreja, que no recluye, ni sepulta. El abrazo es un plegar de alas para de inmediato, desplegándolas, lanzarse al vuelo; abrir alas y alcanzar el vuelo, o la libertad manando, yéndose y viniendo, partir para volver a estar. La ostra abraza y crea la perla; el aire ciñe y alienta la respiración. El abrazo obligado que estrecha hasta el ahogo, no es compasivo ni para quien da el abrazo ni para quien que lo recibe; al igual que el abrazo crudo y feroz de la muerte (abrazo que roba el aliento y la vida), el abrazo obligado abrasa, destruye. Y tan es así que si abrazas mucho y despiadadamente, puedes ahogar y ahogarte. El abrazo del agua, tan dulce, tan lírico en el inicio, si se hace feroz e irracional, incesante, sofoca hasta la asfixia. Yo, en el mundo feliz de Aldous Huxley, ahogado de tanto abrazar, un día, con furia de ballesta, grité: «¡No más abrazos!», y, con los miembros crispados, me abracé a mí mismo, e indefenso, y con la cabeza baja, lloré. Y, según el código del mundo feliz de Huxley, cometí una obscenidad, pues dije: «¡No abrazaré más sin afecto!». «Sin afecto», dije. Pecado. En el mundo feliz de Aldous Huxley no existía el afecto, ni el amor, sólo una inclinación inducida, fría como el frío de la sangre del pez, que suplía la felicidad, la del fuego y la ensoñación, la de la vibración y el latido. En el mundo feliz de Huxley se imponía ser feliz sin sentirlo, feliz sin causa. «Madrid -se ha dicho estos días- tiene que ser la ciudad del abrazo». Sin pedir licencia y a lo bravo. Pisar Madrid, Diario, y lanzarse a dar abrazos, como si todo el monte fuera orégano; abrazos acá y acullá, vivos, eléctricos, con suspiro incluido, pero evitando, en todo caso, el otro abrazo, el del oso, el del oso y el madroño. O sea, el de la muerte (10:48:08).

martes, 23 de junio de 2015


23 de junio de 2015. Martes.
UNA LÁGRIMA EN EL MAR
 
Pensando el vuelo, en el Mar Menor. Los Alcázares. F: FotVi
 
-Se dijo el sabio: si es difícil hallar una aguja en un pajar, más lo es encontrar un pajar en una aguja. Y se quedó mirando una nubecilla que cabía en el cielo, y se maravilló; todo el cielo para la nubecilla, se dijo, como lo es la nubecilla para una gota de agua. Y concluyó: «Una lágrima en el mar, y no todo el mar en una lágrima». ¿O sí cabe todo el mar en una lágrima? Especulaciones, volvió a decirse, y se puso a llorar sobre el mar, y su lágrima fue también el mar enorme; el mar, o la alucinación inmensa de todas las lágrimas del mundo. Una lágrima en el extenso y temible y bello mar de la vida, que es tacto y seducción en la arena de la playa y muerte y fragor en el acantilado. En una lágrima caben el miedo, la duda (la fe, o ese tantear iluminado), la angustia, la irritación, la caída, el éxtasis, el pavor, la audacia; y, porque inmola y salva, y ata y hace sangrar, en una lágrima cabe el amor siempre, y cabe, porque, al fin, cuando el amor sangra, libera. Quizá, en una lágrima no quepa el mar, pero sí todo su amargor. La virtud de la lágrima es, que, aun siendo lágrima proveniente de la risa, siempre sabe a sal; la sal, por la que el mar vive sin morirse; vive ola y abismo, cielo con cielo que se tocan, infinito. Sin morirse. Y es que en cada lágrima, cada vez, Diario, vivimos redimiéndonos, indultándonos a nosotros mismos de nuestros errores (11:53:29).

domingo, 21 de junio de 2015


21 de junio de 2015. Domingo.
REZO ECOLÓGICO
 
Ensoñación ecológica, en Las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi
 
-Esta mañana he rezado al Dios Ecológico. Y, en un ambiente de civismo ecológico y como en racimo (cerezas de rezos ecológicos), he rezado acompañado de otros. Comunión ecológica en la oración. Decir que no ha venido ninguna Rita Maestre a convertir nuestro rezo ecológico en un triste suceso escatológico. Rita -chica, que de niña solía rezar con su abuela, oraciones supongo de paz- suele desnudarse en capillas públicas para hacer ver lo fea que es la intolerancia. Rezar, en paz, es ecológico y cívico; guerrear mientras otros rezan es escatológico (Escatología: «Tratado de cosas excrementicias». D.R.A.) e incivil. (Sinónimos de incivil: grosero, bestia, montaraz, cerril, impolítico, ofensivo…) En el rezo ecológico no se usa una palabra de más ni de menos; son palabras ajustadas a la alabanza, a la súplica y a la acción de gracias. Rezo en el que, a veces, se reza (ecológicamente) hasta por los enemigos. Ejemplo: «Que Rita no se resfríe al desnudarse, Señor». Y así. En el ambiente de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, hemos rezado al Dios Ecológico, con rezo ecológico: «Laudato sie, o mi ̍ Signore cum tucte le Tue creature». «Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas»; rezo ecológico al Dios Ecológico, Diario, de San Francisco de Asís (20:52:41).

sábado, 20 de junio de 2015


20 de junio de 2015. Sábado.
PÁJAROS
 
Concierto barroco, en el jardín. F: FotVi
 
-Ahora la alegría se ha desparramado, ha extendido su júbilo, su pisar en el charco sin temer mojarse. Es la hora; es el tiempo. Se abren las jaulas y suena el clamor de las alas, y se suceden pájaros que pían y árboles que, de pronto, se sienten sinfonía de revuelos, lugar de encuentros. Árboles que en vez de a hoja suenan a corchea; corcheas, que siguen la batuta de los pájaros Beethoven. Se han abierto las escuelas y han volado los niños, como liberados diablillos de la alegría. (Melancolía de mi niñez). Ya hay más inocencia en las calles; todo es más blanco. No hablo de aulas; hablo de escuelas, donde todavía la p con la a es pa, y la j con la a: ja, y la r con la o: ro: pájaro. (Hallazgo de Candela, 4 años; ya lee asombrándose; es la más bella edad para el pasmo; sólo se hallan cosas -sueños y aun lunas que hablan- en el asombro). En un poema (La ventana) Katy Parra dice, o arde: «Frente a aquella ventana / se posaban mis ojos / de apenas cinco años, / buscando la intemperie de los sueños. / Desde allí, las palabras / y aquellos enigmáticos gorriones / eran de otro color. / Una mujer de luna / me abrazaba y leía / versos que se enredaban en mi pecho. / Ahora, algunas noches, / me siento allí, con versos y niñez / y persigo a los pájaros, / como si el tiempo fuera reversible / y aún pudiera entreabrir / la secreta ventana de la luna.» Ya lo dijo Candela en otro bellísimo poema, aún inédito: «Mami, en mi mundo, / la luna habla». Y siguió en sus juegos, tratando de «entreabrir la secreta ventana de la luna.» En la escuela, Diario, todavía la p con la a es pa, y la j con la a…, ya sabes: pájaro, o el asombro (20:26:23).

viernes, 19 de junio de 2015

19 de junio de 2015. Viernes.
QUIZÁ

Luz para una tiniebla, en el mar. F: FotVi

-La muerte asusta; pero más la inesperada, la que llega por casualidad y que en ese momento (o en forma odio o en forma de desgracia) te halla junto a ella. A la desgracia se la suele llamar accidente; al odio, hiel, y a la casualidad, destino. Como se ve, palabras; pero palabras todas en las que cabe la muerte. Como cabe la perla en la bóveda de nácar de la pequeña y secreta ostra catedralicia. (La ostra, una catedral de carbonato de calcio cristalizado, que inventa piedras preciosas, hasta morirse). Sin  la muerte como meta, todos seríamos soberbios. La soberbia siempre se detiene al borde mismo del sepulcro. Es tan estrecha la muerte, que la soberbia, la pompa, no caben en ella. La muerte sólo se lleva consigo la desnudez, y tísica. En la muerte sólo hay muerte; y por no haber, ni pobreza hay. Ni silencios; pues, donde no es posible oír, ni siquiera caben los silencios. Fuera de la muerte, sobre ella, puede estar el mausoleo, la pirámide o el humilde caballón de tierra, y abajo, sólo el pálido llamear de la fe, quizá. Dijo Octavio Paz, poeta: «No hay más jardines que los que llevamos dentro». Quizá, Diario, el único jardín con el viajemos a la muerte y permanezca sea el de la fe, o la semilla de una vida sin el sobresalto de la muerte (inesperada, o no) encima. Quizá… (20:51:36).

jueves, 18 de junio de 2015


18 de junio de 2015. Jueves.
ENTRE SUSURROS
 
Entre susurros, hablando de Dios, en el jardín. F: FotVi
 
-Yo no quiero ser Dios, ni nunca lo he pretendido. Debe ser muy difícil, y más si se trata de un Dios que dice amar incluso a quienes le ofenden. Ofensa y amor. Difícil amar ofendido, con el alma colgando y lo ojos encendidos. Sentir que se guarrea tu nombre (obscenidad en las palabras, metalurgia de la idiotez) y tener que amar al guarro: difícil. Yo intento amar a quien me ofende, y se me nubla el amor, y, entonces, para intentar sacarle luz a la ofensa, para vestirla de algo atrayente, y poder amarla, escribo. Escribo para no morirme de barro y de muerte, de ascos lascivos, de inválida estupidez. Escribo para decirme: «¡Vive en la tolerancia! ¡En la angustia de la tolerancia!». Con Mahmoud Darwisd, poeta palestino, digo: «¡Oh, relámpago! Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco». El relámpago no es Dios, sino lo que de él queda tras su paso de brisa o de silencio. O de osadía. O de recelo. Dios, que está en todas partes (lo creo), nos deja a veces solos para que descubramos cuando está. Lo hizo con Job, y con el pueblo judío, y con el palestino. Y también con el cristiano, que a veces ha ocultado a Dios bajo mitras y difíciles teologías, y aun con fuegos de lamidas terribles e intolerantes. Asando en piras. Yo amo a Dios en todo lo que es amor, porque ese es su ser, su entraña (más que la de la madre), su hoja de ruta en su hijo Jesús de Nazaret. Una vez oí a un profesor mío decir: «Allí donde hay una brizna de amor, allí está Dios». (Se llamaba Francisco Javier y era bajito y ancho, y de amplia testa; es decir, sabio, sin aspavientos. ¡Ah!, y era tan inocente, que no tenía sentido del humor; pero sí tenía sentido del amor, que ejercía comunicando su saber y su alta y fina estatura espiritual). No ser Dios; aunque no es poco ser su imagen e intentar ejercer de tal. Imagen alegre, crucificada, caída, alzada, y con susto de serlo (imagen) a veces. Imagen coloquial de habla y escucha; habla y escucha, Diario, entre Dios y yo, y las criaturas todas, como el agua, la ceniza, el bicho, la luz, el tiempo, la fe, tantas cosas, que (sin decirlo, o entre susurros) hablan de Dios (11:22:30).

martes, 16 de junio de 2015


16 de junio de 2015. Martes.
PAZ EN LAS MANOS
 
Paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Si me dais un poco de pan y unas gotas de vino, os regalaré una comida amigable y frugal, y, aunque humilde, digna de hijos de rey, dijo un tal Jesús de Nazaret; y, una noche de despedidas y largos silencios, y de ojos bajos (los miedos andaban por las sombras de la noche), lo hizo. Y fue la comida más ecológica y festiva que jamás se haya celebrado. Yo, Diario, con otros necesitados de afecto, todavía asisto a esa comida: un poco de pan y unas gotas de vino, y paz en las manos (18:55:43).