6 de enero de 2018.
Sábado.
¿REYES
O TÍTERES?
Reyes hacia Belén. F: Internet |
-Hoy, día de Reyes, me
arrodillo ante el pequeño Belén del amor y, con los Magos, adoro al Niño Dios,
que ha nacido en mi fe. Mi fe, que, con los Magos de Oriente, se ha vestido de Navidad
y de adoración, con regalos. Ellos le ofrecen oro, incienso y mirra; ricos
presentes, ¿y yo qué le ofrezco? Le ofrezco mi mirada, absorta y asombrada, y
gozosa, por poderle ver así, tan cerca, tan humano, y tan niño. Tanto, que ríe,
y gorjea, y patalea. Y, mientras, aquí, en la realidad del día a día, la fea e
interesada controversia de si deben ser Reyes o «drag queen», o si matronas o
guerreros del antifaz, si buitres o palomas. Y todo por no querer estos
mandones políticos hacerse como niños (como Unamuno, que pedía: «Agranda la
puerta, padre, / porque no puedo pasar; / la hiciste para los niños, / yo he
crecido a mi pesar.»); sino que lo que persiguen es conseguir que los niños se
hagan como ellos, niños mayores, con sus prejuicios, sus iras, sus arrebatos de
insensatez, sus carencias intelectuales, sus intenciones perversas. En todo
caso, ¿en qué quedamos? ¿Reyes, con una tradición y un parpadeo de ilusión y ensoñación
para los niños; o simplemente títeres que actúan, confusos, sabiendo que hacen
un papel que no les corresponde en estas fechas de fe y estrellas, y de un Dios
que se hace Niño, y que llora y ríe, y recibe regalos, como abrazos? Porque los
regalos -leo en internet- «se envuelven y se abren»; pero «los abrazos
-continúa- se abren y nos envuelven». Los abrazos se abren y nos envuelven. Yo,
Diario, prefiero las cabalgatas de los Reyes Magos, porque iluminan los ojos de
los niños y se prestan más al abrazo que al regalo; o al regalo con abrazos, signo
de la Navidad (12:16:33).