29 de junio de 2020. Lunes.
SE APELLIDA PINATAR
Iglesia de San Pedro del Pinatar, antigua. |
-San Pedro –o la roca, la piedra (Cefas)–, y el
pueblo, ahí están. El pueblo, además, se apellida Pinatar. Por el bosque de
pinos –dicen– que en él había. Y es feliz. Lo abrazan dos mares: el Mediterráneo
–Mar Mayor–; y el otro, el más querido, el amado, el niño –tan frágil como una
taza de loza–, llamado Mar Menor. Y San Pedro, el santo, patroneando,
dirigiendo la fe de las gentes que lo habitan, como en Genesaret, cuando la
pesca milagrosa. Él, dirigiendo la nave en este mar de la Historia, tan triste,
tan hidroalcoholizada, tan herida en relaciones humanas, en la que nos ha
tocado vivir. Sin embargo, hay fiesta en San Pedro, aunque sea más interior y mística
que hacia afuera. El Señor que es coral, universal, se hace sin embargo intimidad,
coloquio, recogimiento en el templo del corazón del creyente. Habrá misa, cohetería
y cielo abierto a la oración, que es la lluvia que desde la tierra sube al cielo y lo moja, y lo hace florecer. Dios, con oído de Padre, Diario, escucha, y bendice;
y en el tañer de las campanas se repite como llamada y júbilo, con emoción de bronce (13:29:36).