14 de agosto de 2020. Viernes.
TIERRA NUEVA
Tocando el cielo. Catedral. Murcia. F: FotVi |
-Me ilusiona subirme a la esperanza y cabalgar sobre ella. Cabalgar sobre la esperanza es hacerte ver, desde el momento mismo en que te fías de sus alas, los cielos nuevos y la tierra nueva de los que habla la profecía del Apocalipsis. Es decir, se abajan los cielos y asciende la tierra, y vuelas, con la esperanza como aleteo liberador. Volar es dejar la tierra y subir, casi tocándolo, al cielo. Tocar el cielo, como se toca el agua, o el silencio, o la cercanía de Dios, con mano temblorosa y ávida. El cielo te da su luz y sus horizontes, su paz y su fertilidad, y su lejanía utópica. Me aventuro por la esperanza, como si anduviera por un bosque donde abundan la risa y los recuerdos, y la paz, y la soledad acompañada. Como dice San Pablo: «La esperanza nunca defrauda»: persigue siempre el optimismo, la claridad del Dios que ama, la otra vida, a la que vas andando en ésta, Diario, como la acequia de agua a la ciudad, para calmar la sed y hacer florecer la vida (18:01:12).