26 de julio de 2020. Domingo.
DÍA DE LOS ABUELOS
Amor de los abuelos, apoyándose. F: De la prensa. |
-San Joaquín y Santa
Ana, los abuelos de Jesús y de la liturgia. Este año –y de un modo especial–,
patronos de los abuelos, los que se han ido y los que nos quedan. En palabras
del Papa Francisco, los abuelos han sido y son los que, «en el calor de la
familia», han hecho posible «la trasmisión de la fe y el amor de Dios», hasta
hoy. Los abuelos son el gran río que nos va dando de beber a Dios a través de
los tiempos. Los abuelos son la memoria de la historia, los que unen el ayer y
el hoy, los que mejor que nadie expresan el amor por su descendencia. Dichosos
los que han podido reír y llorar, recibir una caricia y acariciar, ser
bendecidos y bendecir a sus abuelos. Joaquín significa: «Dios prepara», y Ana:
«Gracia». Dios y Joaquín «preparan» la tienda donde ha de cobijarse María, la
madre de Jesús. María, por su parte, es la senda, el camino, por donde, en su
venida a este mundo, debía andar el Hijo de Dios, mientras se hacía carne de
nuestra carne. Ana y María son, pues, los senos de la gracia, los rezagos donde
primero debían sonreír y ser amados María y Jesús. Hoy la liturgia los alumbra
en el santoral. Hoy es el día de celebrar su santidad: su fe en el Dios que los
bendijo con el don de la Maternidad más admirable. Ana y Joaquín, Diario, padres de María;
María y José, padres de Jesús, el que nos da el
alimento de la gracia, y su amor (18:30:14).
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