lunes, 17 de octubre de 2022

17 de octubre de 2022. Lunes.
UN CORAZÓN TRASPARENTE

Trasparencia en el jardín. Estambul. Turquía.

-Orar es pensar y luego hablar. La oración nace en el corazón y aflora en las palabras, como el manantial brota de las entrañas de la tierra y se alarga hasta ser río y fecundidad en el valle. En la oración, que es palabra y entraña, se estrechan las distancias, logrando que la tierra y el cielo se unan, en un sublime decir y escuchar próximos. La tierra, al rezar, alza lo ojos, y se da con el cielo, que, al alcance de sus palabras, oye y atrae la bondad de Dios. Ayer, en la liturgia se hablaba de oración. Moisés rezaba con los brazos en alto, para decirnos que en todo lo que hacemos o decimos allí está Dios; y así, «la empresa humana adquiere sentido de salvación». Decía Santa Teresa de Calcuta: «La oración hace que el corazón sea trasparente, y un corazón trasparente puede ver a Dios». La trasparencia deja ver tras el cristal, por el que pasa el sol sin romperlo ni mancharlo. Tras el cristal de la oración, Diario, puede verse a Dios, sentirle como latido en ti, inspirador de tu plegaria, el que pone palabras en tu boca, para que, como alabanza o súplica, las digas y las hagas oración (12:58:45). 

sábado, 15 de octubre de 2022

15 de octubre de 2022. Sábado.
SANTA TERESA, UN AMOR ROMÁNTICO

Lengua de alabanza, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-El alma de Teresa de Jesús (limpia, hermosamente corderil, entregada, con algún ángel ilustrado en su inspiración poética) se me aparece hoy en unos versos sencillos y encendidos, en los cuales nos dice cómo deja ir en la voluntad del Amante su voluntad: «… pues por vuestra me ofrecí, / ¿qué mandáis hacer de mí?» Es el modo excelso de la disponibilidad. Aunque éste es otro amor: o amor de amantes místicos; y, al ser amor del alma, es más sensible, más tocable en las palabras y en los sentimientos que en los castillos feudales del cuerpo, con sus encrucijadas y laberintos eróticos, y deslumbrantes, a veces, pero, al fin, sin luces, o con luces que son de neón y que tienen el deber de fundirse. Fundido el neón, se apaga el amor. No hay amor –salvo alguna excepción sublime– que aguante un cuerpo sin luces, sin haces de tallos nuevos y vírgenes, ondulantes, con brisa entre sus hojas, sin pájaros en sus montículos y manojos de trigo en sus eras, echadas. Y el amor marchito (o amores soportados) es el peor de los odios. Por eso me gusta beber del amor místico, sin forma, o de molde espiritual, de Teresa de Jesús; es amor sin envejecimiento, siempre entallado –de talle–, que, como el buen vino, mejora el buen sabor con el tiempo. ¡Qué buen amor el vino del amor de Teresa, llamada de Jesús! O con el apellido-nombre del esposo. Este vino se bebe entre éxtasis y ollas de cocina, un poco entre cielo y tierra, y, a esa altura intermedia, es amor compartido con Dios, que también hace su éxtasis inverso –se extasía–, dejándose ir desde arriba abajo, pero sin que sus pies toquen tierra. Es este un éxtasis de «estar sin parecer estar», pero estando en el amor, Diario, un amor romántico, donde los haya, con etiqueta de sublimidad (17:46:04)

viernes, 14 de octubre de 2022

14 de octubre de 2022. Viernes.
CANTÁBILE

Rosa a punto de abrir, en el jardín. Torre de la Horadada.

-El sol canta y las plantas recitan versos, aun en otoño. El sol esta mañana está cantando su canción de luz murmullo, casi quebradiza, y las plantas la repiten, con gozo de humildad musicable. El otoño tiene estas músicas, casi de gregoriano monástico, que las plantas festejan. Sol y plantas pues salmodiando a Dios; salmodia a la que me uno, para celebrar al Creador. El sol es bellamente curioso, y, si lo invitas y abres ventanas y puertas, se entra por tu casa y va iluminando, con delicadeza de una mano admirada, cada cosa que toca. Toca e ilumina los libros, las sillas, la mesa, el silencio de las fotografías y el descansar del sillón y el sofá. Y lo hace sin molestar, todo de pasada, y se va yendo con la humildad de quien recita versos sin decirlos, sugieréndolos solo. Decía Soren Kierkegaard que él prefería el otoño a la primavera, porque en otoño se mira al cielo y, en la primavera, a la tierra. Ahora mismo el sol me da en la mano y en el ordenador, y escribe conmigo, y como silencio que es, lo hace callado. Dios, que está a mi lado, Diario, oye el paso del sol y sonríe; y yo digo lo que la rosa que está a punto de abrir en el jardín: «La vida vuelve a empezar con el otoño». Cuando todo alrededor es negro, yo miro por la rendija de la esperanza y veo la luz de Dios, que me invita a no rendirme, a seguir (11:34:31).

jueves, 13 de octubre de 2022

13 de octubre de 2022. Martes.
LA SUPERSTICIÓN DEL ANTIBIÓTICO

Bella rosa, envejecerá y perdera su esplendor. Pero habrá sido. Torre de la Horadada

-El lunes, salíamos de casa, los más, apoyados en el bastón; los menos, con paso lento y ligeros de equipaje. Jadeantes, llegamos todos al Centro de Salud, en Vistabella, sin más sobresaltos, que el de la ancianidad. Doscientos metros escasos; para nosotros, sin embargo, como un gran maratón. Allí nos esperaba Pedro, el enfermero, vestido de blanco, como los ángeles que, sin dejar el cielo, se instalan en la tierra, como ayuda y guía, como ungüento que cura. Éramos seis o siete octogenarios, y esperábamos a que nos vacunaran con la cuarta dosis contra el covid y la correspondiente contra la gripe. Me fijaba en la gente. Una madre joven y su bebé en el carrito, gorjeando y mirándose las manos, para, al instante, contraer el gesto y echar una lloradita. La madre, presta, se inclina y le pone el chupete: el bebé se calma. Unos cuantos ancianos, torpes como patinadores inexpertos en una pista de patinaje, se acercan a la ventanilla a reservar cita con el médico. Todo es como una madeja que se va desliando. Los bebés, llorisqueando, y la ancianidad, remoloneando. Como diría Leila Guerreiro, en un artículo titulado Hospital: «Pienso en la tribu. Cuántos de nosotros vendremos a este lugar buscando la superstición del antibiótico, la destreza de la radiografía, y saldremos muertos». Es la insistencia en nuestro anhelo de inmortalidad; aún no nos hemos dado cuenta de que seremos inmortales, pero de otro modo. Despajados de la cáscara, del cuerpo, seremos solo espíritu, solo soplo de Dios, solo realidad espiritual. Los ancianos de la Casa Sacerdotal, Diario, llegamos a la hora justa al Centro de Salud y volvimos, sin más incidencia que nuestra senectud; y dando gracias, por el milagro de vivir (12:30:26).

miércoles, 12 de octubre de 2022

12 de octubre de 2022. Miércoles.
LA PIEDRA Y LA FE

Jesús en brazos de su Madre, su Pilar. Santa Sofía. Estambul. Turquía.

-Hoy es la fiesta del Pilar: fiesta de la piedra y de la fe, y de la Virgen (Madre) a la que acudir. La Virgen es, estuvo y está, en la historia y en la fe. Con Jesús de Nazaret (o cruz y salvación él), ella es evangelio e historia, y ternura de Dios. Y leyenda. Cuando algo o alguien se convierten en leyenda es que se ha consolidado su realidad y ha conseguido hacerse pasión en el amor del pueblo. María de Nazaret se hizo leyenda junto al Ebro, en Caesaraugusta (Zaragoza), y como objeto de fe y leyenda se la venera. En la fe descansa la piedra –la fe y la piedra se complementan metafóricamente– y, en la leyenda, descansan el asombro y el aspaviento: o la religiosidad popular. Toda verdad tiene su realidad y su leyenda, y así la una consolida a la otra. La teología explica la fe y la poesía, la leyenda; y así el objeto de la fe se hace delectación en el pueblo, verso, clamor. En el año 40, pues, María –evangelio con Jesús y objeto de fe, y verdad–, se hace además leyenda, viniendo «en carne mortal» a Zaragoza; la columna de jaspe sería su firma para datarla, en su vertiente poética, en la historia. Piedra y fe, ambas, se entienden con la lírica. Santiago el Mayor, con dificultades, recibe la visita de su prima María, que le anima en la fe y, ante el desaliento, lo rejuvenece en la palabra, para llevar a cabo el «id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva» (San Marcos), hasta la Hispania. Pero la leyenda también es fe, porque es tradición. La tradición es lo que se viene haciendo y diciendo desde tiempos arcaicos o remotos, sin interrupción; es el arco iris del hoy hasta el ayer, con algún que otro gris de nubecilla (o vacío y borrón de tradición no documentada), que pueda oscurecer la realidad del arco. Pero el arco sigue, luminoso y terco. Hasta hoy, Diario, en que se celebra la fe y la poesía del Pilar (la Piedra) en Zaragoza, junto al Ebro, el que, con el tiempo, bautizaría a España (10:51:00).

lunes, 10 de octubre de 2022

10 de octubre de 2022. Lunes.
LA DANZA DE LOS ÁTOMOS 

Dios hizo bien todas las cosas,tambiñen el calor. Casa Sacerdotal. Murcia,

-El verano no quiere irse: nos ha tomado cariño. «¿Dónde voy a dejar el calor que he atesorado?», se dirá el verano. ¿Y si las estaciones, como el pájaro o la aguja de pino, o la gota de agua, tuvieran sentimientos? ¿Y si el verano nos hubiera tomado afecto? Puesto que toda la materia es comunicativa, un átomo afectuoso que hoy es mío, pudiera estar mañana en la luz que desplaza el aleteo de un pájaro; o en el calor. Es «la danza de los átomos», dice el sabio. Mañana, en vez de casi odiarlo, cogeré el calor en mis manos y lo besaré; quizá esté besando algo que ayer fue parte de mí. Un átomo que ayer pude tener en la punta de la lengua, como palabra o sabor, o suspiro, convertido hoy en calor otoñal. Maravilloso. Según parece, Diario, Dios, que hizo bien todas las cosas, también hizo lo que nos desagrada o no nos gusta: «Su razón de ser tendrá», me digo, y lo celebro (17:58:04).

domingo, 9 de octubre de 2022

 

9 de octubre de 2022. Domingo.
AMAGO DE TORMENTA

Vela ardiendo, símbolo de la fe, santo Sepulcro, Jerusalén, 

-Esta es mi filosofía: si río, no lloro; pues yo río, como una vocación. Y si hay que llorar, entonces, a reír y llorar, para que el llanto en soledad no me revista el alma de desesperación. Si río, el llanto se va por la risa y queda sólo en llovizna en los ojos, un amago de tormenta. El llanto, a veces, reconforta, consuela; la risa, siempre, y, además, libera. La risa es mil pájaros en vuelo; el llanto, un solo pájaro entre rejas. El alma se enreja en el llanto, y deja de ser sueño y vuelo. El momento de más llanto es el de la muerte; pero, aun en el llorar por la muerte, queda una esperanza para la risa: la fe; y, siempre, en la fe anda Dios insinuándose, dándose en la gracia, y en los silencios. Jesús, en el evangelio de la misa de hoy, dice a un leproso que, tras ser curado, vuelve a darle las gracias: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado». Decirte, Diario, que nunca reiré por no llorar; en todo caso, reiré llorando, bebiéndome el llanto y dejando que aflore en los labios la risa, por salubridad, para que vuele el espíritu, liberándome (17:48:32).

sábado, 8 de octubre de 2022

8 de octubre de 2022. Sábado.
EL CINISMO Y LA DESVERGÜENZA

Belleza en el Bósforo, Estambul. Turquía

-El Diccionario coloca en la misma hornacina léxica al cínico y al desvergonzado. Cínico, dice, es el que muestra cinismo (acepción II: desvergüenza). Y desvergüenza es ostentación de faltas y vicios; se desnudan, pues, las faltas y los vicios para exponerlos a la luz pública: se les levantan templo y altar y se les adoran. En sus inicios el cinismo fue una especie de movimiento jipi: el hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz, decían, metiendo a la vez a la filosofía de por medio. Se les llamó cínicos (de kyon: perro) por su modo de vivir descuidado y canino; no hay constancia de que levantaran la pata para hacer pis, pero casi; pues se cuenta del cínico Diógenes de Sinope que, en un banquete, algunos le pusieron unos huesos para reírse de él, orinándose encima al momento; pulgas llevaban como todo perro que se precie, ya que los vestía la suciedad. Eso sí, eran inteligentes, pues, para no ser esclavos, invitaban a huir de los placeres. Eran inteligentes por libres. Sin embargo, el cínico lo es ahora por desvergonzado; el cínico hocica y vive en la desvergüenza como el cerdo en la mugre. Se necesita ser desvergonzado (un Gobierno, por ejemplo) para decir y defender que una joven de 16 años «está preparada para abortar», pero no para ver un documental −«Blood Money (Dinero de Sangre), sobre el valor de una vida»−, que retrata la terrible y obscena verdad del aborto y el hediondo negocio que supone. Si Antístenes levantara la cabeza, moriría de asco al contemplar hasta qué grado de sordidez han conducido su modo filosófico de ver y entender el mundo, y la felicidad. El cínico, ahora, ya no es un ser libre, irónico, sarcástico, irreverente, si se quiere, y lírico en lo que es vanguardia; sólo es según el Diccionario, Diario, un desvergonzado iconoclasta (18:07:45).

viernes, 7 de octubre de 2022

7 de octubre de 2022. Viernes.
MARÍA Y EL ROSARIO

Ante la Virgen, un rosario gastado y vivido. Casa Sacerdotal. Murcia.

-El sol, como una mano que se posa en las cosas, sin ruido, entra en mi habitación y la alegra. En otoño, un sol líquido, no airado, de cristal, siempre es bienvenido. Le ofrezco una silla y se sienta: «Pero un momento», me dice, y, al poco, se marcha, dorado y festivo. Pasadas las lluvias, yo, con los libros, con los sueños, con mi misma tristeza, celebramos el sol. Hoy, día de la Virgen del Rosario, cojo y beso el rosario con el que rezaba mi madre en sus largos años de fe. Es un modo de besar aún el roce de sus dedos, el desgaste que produjeron en esas bolitas pulidas de olivo. Acariciar la fe para fortalecerla, es un bello ejercicio. Decía Santa Teresa de Calcuta que «aferrarse al rosario, como las hojas de la hiedra se aferran al árbol, es permanecer en la fe», y darse en la fe, añado yo. Y san Pablo VI agregaba: «El rezo del rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso que favorezcan en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor». El rosario, que es una hermosa monotonía, nos acerca al Dios que creó la brillante y excelsa monotonía de la naturaleza, en la que su estar invisible se manifiesta visible sin cesar. Es la monotonía del «te quiero» de los enamorados, que no se cansan de decirlo ni de escucharlo. Es, en todo caso, un deseo de intimidad, de confianza del ser amado al amante. María, pues, Diario, el ser amado (17:33:54).

jueves, 6 de octubre de 2022

6 de octubre de 2022. Jueves.
MINÚSCULOS DILUVIOS

Riada en Javalí Viejo, desolación. F: Prensa

-Se anuncian lluvias, pero torrenciales. Los campos quedarán baldíos, como están. Esas lluvias me asustan, llevan en sí destrucción, son minúsculos diluvios –no universales– que causan pánico y a veces muerte. Se desata el furor de las ramblas y entran en los pueblos arrasándolos, destruyendo viviendas y recuerdos, y vidas. Decía Italo Calvino, el gran novelista italiano, que «toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible». Si se es creyente, rezando, cargándose de confianza, y si no, entrando en desesperación, en angustia. Lo mejor es agarrarse, como a tabla de salvación, a lo que decía Franz Kafka: «No desesperes…, cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas, esto significa que vives». Si después de una catástrofe puedes mirarla, aunque sea con lágrimas en los ojos, da gracias, es que has sobrevivido a su furor, has volado sobre su ruina y la esperanza ha vuelto a ti. Como diría Václav Havel, dramaturgo y poeta checo: «La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, sin importar el resultado final» Y Benedicto XVI: «Dios es la gran esperanza que sostiene la vida». Dios, Diario, el que no falla (13:26:11).

miércoles, 5 de octubre de 2022

 

5 de octubre de 2022. Miércoles.
DAR Y PONER LA MANO

En la abundancia, dar gracias; en la necesidad, pedir. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Hoy, en la liturgia, es día de acción de gracias y de petición; primero se agradece  a Dios y luego se extiende la mano. Es como decir: «Gracias, señor», y a renglón seguido: «¿Una limosna por amor de Dios?» En la liturgia todo es limpio y rezuma «himnos, salmos y cánticos inspirados»; o sea, alegría. Aunque, alguna vez, haya liturgias ajadas de adorno, de atavío y compostura, menos nítidas, planas de calidad. Al final y al inicio de las estaciones del año hay días que se dedican a la plegaria y a la penitencia; se llaman Témporas, y están para reconocer y solicitar, o pedir. Se reconocen a Dios los bienes recibidos (cosechas, salud, vida) y se pide bendición para lo que viene. En septiembre, la liturgia católica acerca a Dios a los frutos nuevos, los que han de venir, luego de haberle agradecido los pasados; es un modo de dar y alargar la mano, de poner los tiempos y las cosas en la mirada de Dios. Pongo mi mano trabajada, pues, en la mano de Dios, que siempre florece en alientos y suertes, y que notan las plantas y las cosas; Dios, con la tierra, hace milagros: ¡hasta de ella hizo al hombre! Y no se equivocó al darle libertad, lo hizo su semejante, y así puede el hombre negarle el saludo y el sí, y dejarlo con la mano alargada y con cara (perdón) de circunstancias; o darle gracias. Puede y lo hace, darle gracias. Dar gracias, pues, y poner la mano, Diario; o fiesta de témporas (17:48:25).

martes, 4 de octubre de 2022

4 de octubre de 2022. Martes.
DE ONOMÁSTICAS O MADRE FRANCISCA

Mi madre Francisca, con san Francisco en el cielo. F: Antigua

-Hoy, para felicitarte, me hubiera gustado empezar diciendo: «Madre Francisca, que estás en el cielo, vuelva a mí tu reino de paz y ternura, de amor desinteresado, amor de gracia y cercanía, y de ironía»; pero sería hacer disfraz o mimetismo de algo que viene diciéndose de Dios, de su paternidad, desde que el Verbo, Jesús de Nazaret, lo hizo palabra (poema) para ser dicha en oración o desahogo filial. Dios no se oye, pero si se presta oído, hay que ver las cosas que dice. Yo, que sigo sin oírlo, lo escucho a veces, y, como el profeta, estoy tentado de taparme los oídos, tan terriblemente amorosa es su voz. Hoy, Madre Francisca, que estás en el cielo, es tu santo, tu onomástica; y en ese lugar sin tiempo y sin sitio, con sólo Dios llenándolo todo, san Francisco y tú habréis hecho buenas migas: él con sus poemas –«Loado seas por toda criatura, mi Señor…»– y su pobreza; y tú, con tu pobreza y tu poema de haber sido madre, y madre buena con cruz, sin queja alguna. Ambos os habréis deseado felicidad y en ese cielo de Dios, lo sé, habrá habido fiesta: por vosotros y por todos los Franciscos que ya han sido y que por allí andan con gloria. Franciscos, o pobres de Dios; pero ricos, sin embargo, en Dios. Pues, felicidades, Madre Francisca, que estás en el cielo, y felicidades a ti también, Paqui, mi sobrina, que andas por Las Palmas, con Candela y tus sueños, dirigiendo un colegio de niños con El Principito, de Saint-Exupéry, de guía, iluminando estrellas en el cielo, «con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya». Candela, la que se baña en tus ojos, vive en ti, es tu vida y tu alegría, y anda tus mismos pasos. San Francisco, o la pobreza, Diario, donde mejor y más pura nace y luce la fe (11:54:17).

lunes, 3 de octubre de 2022

3 de octubre de 2022. Lunes.
COMO SI FUERA A LLORAR EL DÍA

Amanecer nublado, como si fuera a llorar el día. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Hoy, nublado: como si fuera a llorar el día, igual que la montaña llora manantiales y el cirio pascual, lágrimas de cera. Llantos, sin embargo, con risas y cantares: aleluyas que se disimulan en lágrimas. Pues aleluya es el agua que corre o el cirio que, mientras se da, se consume: Para gloria de Dios y luz en la oscuridad. Hoy, miro y todo está nublado, en Ucrania, en Nigeria, en Nicaragua; es decir, en Europa, en África, en América. El mundo es un escenario de espadachines, un corral de gallos, donde todos cacarean y se pelean. El mundo parece que vuelve al tiempo en que todo era un caos, menos mal que el Espíritu siempre anda cerniéndose sobre las aguas tumultuosas, difíciles. Y ese Espíritu a veces habla; y en esta ocasión, desde la cátedra de un balcón, el papa Francisco ha hablado al mundo y ha pedido a un tal ególatra llamado Putin, «que detenga esta espiral de violencia y muerte, por amor a su pueblo» en Ucrania. Y todo porque «la guerra en sí misma es un error y un horror». Al tiempo que también se dirigía al presidente de Ucrania «para estar abierto a propuestas de paz serias». El Espíritu del bien se cernía sobre el caos de la tiranía y el despotismo del mal, que obnubila y oscurece las mentes. La guerra es fealdad, banalidad, destrucción absurda. La paz, por el contrario, es vida, pues como dijo Albert Einstein: «Cuando me preguntaron sobre qué arma podría contrarrestar el poder de la bomba atómica, yo sugerí la mejor de todas: La  paz» Vida, en la paz (17:52:32).

domingo, 2 de octubre de 2022

2 de octubre de 2022. Domingo.
SIN ASIDEROS

Muerte del árbol, en Salinas de San Pedro del Pinatar. Murcia.

-Una vez más octubre; y yo, con un año más que echarme a la espalda, al ánimo, a la decepción, quizá; no me gusta cumplir años porque son años descontados a la vida. Contar y descontar; de ochenta me llevo ocho, menos ocho, y de setenta, siete, y así, hasta volver al año cero: al bello y estremecido año en que ocurriera aquello que llamaron primer latido y que diagnosticaron como vida, una vida nueva, mi vida. Y con la vida, la muerte. Y no es que yo tema las postrimerías o novísimos (que no serán tan nuevos, cuando son tan viejos); temo, por el contrario, no haber negociado bien el principio y el intermedio de mi vida, con todos sus alrededores, y quedar, al final, con los ojos y los pasos vacíos, y las manos, tal vez, sólo con una brasa o palo ardiendo al que agarrarme; es decir, sin asideros. O con sólo uno: el de la fe, que mueve montañas y abre cielos, aunque sean cielos nuevos y tengan, por ser el amor su única vía de llegada, accesos tortuosos y difíciles, pero asequibles. Hoy, en la misa, se oía esta petición urgente por parte de los discípulos a Jesús: «¡Señor, auméntanos la fe». Petición, Diario, a la que me sumo (18:02:45). 

sábado, 1 de octubre de 2022

1 de octubre de 2022. Sábado.
TRIMESTRE DE LOS SILENCIOS LARGOS

Otoño colorea en dorados, en el jardín. Torre de la Horadada. Alicante

-Ido el tercer trimestre del año, se abre otro: el postrer trimestre en el que invernarán las cosas. Es el trimestre de los silencios largos y las nevadas blancas. Y de los témpanos y las aguas congeladas, el trimestre de la pobreza helada. ¡Qué fría es la helada pobreza del pobre! Menos mal que la pobreza no paga impuestos; si fuera así, sería la injusticia y la perversidad total. Imaginad a un pobre ahorrando para pagar a hacienda el IVA por las limosnas que recibe. ¿No lo habrán pensado los políticos? Los políticos que tanto piensan para que cada día seamos un poco más pobres, no han caído en este impuesto a los pobres, para hacerlos más pobres. Triste. Decía Séneca: «El pobre carece de muchas cosas, el avaro carece de todo». Tal vez veas a un pobre reír; jamás a un avaro. El avaro es el mezquino que nunca tiene suficiente, el que crea miseria a su alrededor, y vive lamiendo y gustando esa miseria. Yo afirmaría con san Bernardo de Claraval: «El avaro, por temor a ser pobre, vive siempre en la pobreza». En otoño e invierno, Diario, las cosas invernan, reposan, se hacen dolor, muerte, para hacer más bella y lírica, y exuberante, la primavera. Cosas de Dios (13:14:17). 

viernes, 30 de septiembre de 2022

30 de septiembre de 2022. Viernes.
REZAR Y ESCRIBIR

Reportaje en Vida Nueva, de joven. F: FotVi-2013

-Rezar y escribir: así estreno el día. Contemplo la luz y bendigo; es decir, rezo. Luego, me veo imagen de Dios, y trabajo: con la pluma; o con la página en blanco, que lleno de garabatos y que siempre pretenden decir algo. Hasta que, a veces, tras mucho pensar, dicen algo. Sigo, pues, el lema monacal de San Benito: «Ora et labora», reza y trabaja. Es ésta mi etapa de eremita, la última, en la que, enlazando con los ideales del egipcio San Antonio y del italiano San Benito, rezo (lo justo) y laboro (bastante); y el tiempo que resta, lo dedico a vivir, que no es poco. En este vivir, incluyo el bello ejercicio de la contemplación pausada de las cosas. Y, al ser rico en ensoñaciones, sueño, aun despierto; y de los sueños me salen poemas y cosas así; es decir, textos. Que es un poco (lo digo con toda modestia y humildad) como andar por el mundo de lo infinito, por el que Dios se mueve, para tratar de arrebatarle algo de su afán creador, y hacerme así creador con él, o recreador de lo que ya él antes ha ido conformando. Él inspiró el Cantar de los Cantares, y yo trato de recrear ese Cantar para hacerlo cantar nuevo o distinto. (Y en algún verso –quizá haya quien así no lo vea–, creo haber rozado su belleza. Solo rozado). Si él me creó a su imagen, ¿por qué no intentar hacerme yo creador con él? Escribía Voltaire (cito a Borges) que si Virgilio es obra de Homero, Virgilio fue de todas sus obras la que le salió mejor.  Y Homero, y Virgilio, y Borges, y tantos otros, son bellas sombras de la ingente obra creadora de Dios. Cantaba Claudio Rodríguez, poeta insigne: «Siempre la claridad viene del cielo…». Siempre, Diario; también la claridad de las almas puras, como la del niño inocente que muere en Ucrania sin saber por qué o la del sencillo de corazón, que, a pesar del ambiente, sigue creyendo en la misericordia de Dios, y, alumbrado por su fe, reza (17:27:51).

jueves, 29 de septiembre de 2022

29 de septiembre de 2022. Jueves.
ACUARELA DE DIOS

Esta mñana amanecía así en Murcia. Casa Sacerdotal. 

-Esta mañana amanecía con el cielo color naranja y una raya negra –borrón de un dedo invisible, quizá– que predecía un bello día. El sol de otoño, como diría García Lorca, es un sol físico, cordial, amable. Epitome lírico o resumen del gran sol del verano, digo yo. Más tarde el cielo se ha ido cubriendo, pero el sol ha seguido iluminando, y yo, que amo la luz, le he dado las gracias, por la vida, por los colores, por las hojas que caen y alimentan la tierra. El poeta Leopoldo Lugones decía: «No temas el otoño, si ha venido. / Aunque caiga la flor, queda la rama. / La rama queda para hacer el nido.» El sol de otoño es una vidriera por la que entra la luz al templo de la vida, para vestirlo de acuarela de Dios. En otoño, Diario, se van los vencejos, las golondrinas, pero quedan los gorriones, las palomas, y la plegaria de cristalera del corazón, llamando, sin estridencias, en la misericordia de Dios (12:49:23).

miércoles, 28 de septiembre de 2022

28 de septiembre de 2022. Miércoles.
INCÓMODO

La sabiduría llega de arriba. La Asunción. Molina de Segura.


-El sabio es el que inventa la sabiduría. También lo es, aunque en grado menor, el que hace glosa de ella. La Sabiduría creó el mundo y lo embelleció; es decir, la Sabiduría que hablaba, y que, en la Palabra, se hizo hombre. ¡Un Dios Palabra; o un Dios que habla! En el libro de la Sabiduría –la que configuró el mundo–, se desparrama y se ofrece como guía para la vida del hombre. Y también para la vida que existe a su alrededor, la naturaleza. La Sabiduría es servidora del hombre, a la vez que camino del hombre. Señala el camino, y al momento se tiende para ser ella misma el camino. Ningún sabio es solemne ni exaltado. La sabiduría, por sabia, es humilde, y, luego de darse, se postra. Pues esta es la sabiduría que avisa y nos dice que el justo está en el mundo para desorientar al malvado y denunciar su impiedad. Sin palabras, quizá. Sólo con su presencia. Tanto es así que la sabiduría informa de las intenciones del impío para que el justo pueda sortearlas. Libro de la Sabiduría: «Se dijeron los impíos: Acechemos al justo, que nos resulta incómodo». Incómodo por el solo hecho de ser justo. La luz, por débil que sea, denuncia y repliega la oscuridad. La luz nacida de la oscuridad, asombra; mientras que la oscuridad, que sobreviene a luz, aterra. En otra traducción del mismo párrafo se dice: «Tendamos lazos al justo, que nos fastidia». Incomodidad y fastidio causa el justo, Diario, al que vive de la iniquidad y el engaño, de lo inmoral y lo vil; su sola luz lo hace entrar en cólera (13:18:57).

martes, 27 de septiembre de 2022

27 de septiembre de 2022. Martes.
UNA CIERTA TRISTEZA

Riada Javalí Viejo, el agua rompió paredes. Murcia. F: Prensa

-En la madrugada del domingo al lunes, llovió intensamente en Murcia. Hacía meses que la lluvia huía de nosotros, como la paloma huye del halcón. Los campos estaban agrietados, sedientos, como desiertos. Un trueno desgarrado en la noche y la lluvia se desató, gruesa, poderosa. Daba en los cristales de la ventana, como si quisiera entrar y meterse en mi sueño. Una pesadilla. «Por fin llueve», me dije, y me dormí. A la mañana siguiente, leo la prensa y me entero del drama de las inundaciones, de las catástrofes humanas que ocasionó. Quedaban nubarrones en el cielo, pero nada de lluvia. Investigo y descubro lo ocurrido en Javalí Viejo, donde vive mi familia más cercana, y donde les asistí como párroco durante quince años. Por eso, acontecimientos como este me duelen más. Se llamaba Antonio y dormía en el salón de su casa. La lluvia reventando muros, entró en sala donde descansaba y lo arrastró. Hubo personas que lo vieron pedir auxilio cuando lo arrastraba el agua, sin poder hacer nada. Un amigo de Javalí lloraba al recordarlo, desesperado. Aquí cabrían los versos de Cesare Pavese: «Descenderemos al silencioso remolino. Bajaremos al abismo.» La naturaleza, a veces, es cruel, terriblemente hermosa y cruel. La naturaleza crea cascadas, bosques, desiertos, y alguna vez tragedias; pero la naturaleza, casi siempre avisa. La estamos degradando y ella nos advierte, nos dice que no sigamos por el derrotero de su destrucción, que, si ella muere, también nosotros. Lloro la desgracia de Javalí Viejo, la muerte de Antonio, el dolor de tantos, todos amigos; lloro y rezo, y pido, Diario, que, si es posible, no vuelva a ocurrir. Solo me quedan el silencio y «una cierta tristeza», con lágrimas (12:59:03).

lunes, 26 de septiembre de 2022

26 de septiembre de 2022. Lunes.
DIOS HABITA EN MI BOCA

Jesús, descansa su cabeza en la cruz. Liubliana. Eslovenia.

-Si digo pobre, meditándolo, en una reflexión sincera, notaré que Dios habita en mi boca, como si lo masticara, como si lo comiera eucaristía. Como he dicho en otras ocasiones, Dios ama al pobre, no a la pobreza. Dios no solo amó al pobre, sino que vivió pobre: «El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza», confesó; si acaso, en una roca en el olivar de Getsemaní o en alguna pequeña duna junto al mar de Genesaret. En la noche, la luna era su compañía, y el clamor de las olas, el lenguaje de su soledad. «Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: “Consumado es”, y habiendo recostado la cabeza, entregó el espíritu». Inclinó la cabeza donde se unían los dos maderos de la cruz, extendidos los abrazos para abrazar y los pies sin tocar el suelo, sosteniendo, sin embargo, todo el amor de su sufrimiento. Jesús había encontrado el sitio apto para reclinar la cabeza, la cruz; y en ella, se durmió: entregó su espíritu. Yo diría: «Entregó su amor», al Padre y a la humanidad. Él que venía del Padre, se daba a él en la plegaria de sus palabras, y a la humanidad, en el caudal de su sangre. Palabra y sangre: eucaristía, amor sacrificado, pan roto para darse en comunión. En la actualidad, Diario, la cruz de Cristo es la pobreza, donde descansan su cabeza y sus sentimientos más íntimos. Como dice San Juan de la cruz: «Cristo acepta la pobreza de mi condición humana, para que yo pueda conseguir las riquezas de su divinidad» (8:20:03).