Blog de Vicente García Hernández, llamado "bosque", porque es vario, y "apócrifo" porque es metafórico.
Blog, pues, de búsqueda de belleza, de verdad, de fe.
La sabiduría llega de arriba. La Asunción. Molina de Segura.
-El sabio es el que inventa la sabiduría. También lo es, aunque en grado
menor, el que hace glosa de ella. La Sabiduría creó el mundo y lo embelleció;
es decir, la Sabiduría que hablaba, y que, en la Palabra, se hizo hombre. ¡Un
Dios Palabra; o un Dios que habla! En el libro de la Sabiduría –la que
configuró el mundo–, se desparrama y se ofrece como guía para la vida del
hombre. Y también para la vida que existe a su alrededor, la naturaleza. La
Sabiduría es servidora del hombre, a la vez que camino del hombre. Señala el
camino, y al momento se tiende para ser ella misma el camino. Ningún sabio es
solemne ni exaltado. La sabiduría, por sabia, es humilde, y, luego de darse, se
postra. Pues esta es la sabiduría que avisa y nos dice que el justo está en el
mundo para desorientar al malvado y denunciar su impiedad. Sin palabras, quizá.
Sólo con su presencia. Tanto es así que la sabiduría informa de las intenciones
del impío para que el justo pueda sortearlas. Libro de la Sabiduría: «Se
dijeron los impíos: Acechemos al justo, que nos resulta incómodo». Incómodo por el solo hecho de ser justo.
La luz, por débil que sea, denuncia y repliega la oscuridad. La luz nacida de
la oscuridad, asombra; mientras que la oscuridad, que sobreviene a luz, aterra.
En otra traducción del mismo párrafo se dice: «Tendamos lazos al justo, que nos
fastidia». Incomodidad y fastidio causa el justo, Diario, al que vive de la
iniquidad y el engaño, de lo inmoral y lo vil; su sola luz lo hace entrar en
cólera (13:18:57).
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