6 de octubre de 2022. Jueves.
MINÚSCULOS DILUVIOS
MINÚSCULOS DILUVIOS
-Se anuncian lluvias, pero torrenciales. Los campos quedarán baldíos, como están. Esas lluvias me asustan, llevan en sí destrucción, son minúsculos diluvios –no universales– que causan pánico y a veces muerte. Se desata el furor de las ramblas y entran en los pueblos arrasándolos, destruyendo viviendas y recuerdos, y vidas. Decía Italo Calvino, el gran novelista italiano, que «toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible». Si se es creyente, rezando, cargándose de confianza, y si no, entrando en desesperación, en angustia. Lo mejor es agarrarse, como a tabla de salvación, a lo que decía Franz Kafka: «No desesperes…, cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas, esto significa que vives». Si después de una catástrofe puedes mirarla, aunque sea con lágrimas en los ojos, da gracias, es que has sobrevivido a su furor, has volado sobre su ruina y la esperanza ha vuelto a ti. Como diría Václav Havel, dramaturgo y poeta checo: «La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, sin importar el resultado final» Y Benedicto XVI: «Dios es la gran esperanza que sostiene la vida». Dios, Diario, el que no falla (13:26:11).
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