5 de octubre de 2022. Miércoles.
DAR Y PONER LA MANO
DAR Y PONER LA MANO
-Hoy, en la
liturgia, es día de acción de gracias y de petición; primero se agradece a Dios y luego se extiende la mano. Es como
decir: «Gracias, señor», y a renglón seguido: «¿Una limosna por amor de Dios?»
En la liturgia todo es limpio y rezuma «himnos, salmos y cánticos inspirados»;
o sea, alegría. Aunque, alguna vez, haya liturgias ajadas de adorno, de atavío
y compostura, menos nítidas, planas de calidad. Al final y al inicio
de las estaciones del año hay días que se dedican a la plegaria y a la
penitencia; se llaman Témporas, y
están para reconocer y solicitar, o pedir. Se reconocen a Dios los bienes recibidos
(cosechas, salud, vida) y se pide bendición para lo que viene. En septiembre,
la liturgia católica acerca a Dios a los frutos nuevos, los que han de venir,
luego de haberle agradecido los pasados; es un modo de dar y alargar la mano,
de poner los tiempos y las cosas en la mirada de Dios. Pongo mi mano trabajada,
pues, en la mano de Dios, que siempre florece en alientos y suertes, y que notan
las plantas y las cosas; Dios, con la tierra, hace milagros: ¡hasta de ella hizo
al hombre! Y no se equivocó al darle libertad, lo hizo su semejante, y así
puede el hombre negarle el saludo y el sí, y dejarlo con la mano alargada y con
cara (perdón) de circunstancias; o darle gracias. Puede y lo hace, darle
gracias. Dar gracias, pues, y poner la mano, Diario; o fiesta de témporas (17:48:25).
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