martes, 25 de abril de 2017

25 de abril de 2017. Martes.
COMO EL ÁRBOL

Ser árbol, en San Goar, junto al Rhin. Alemania. F: FotVi

-Si me pongo a pensar -y lo hago, pensar- salgo del árbol que soy y, además de hojas, descubro que soy idea, y palabra, y que, relacionando la palabra con una cosa, la recreo. Y de este modo, soy un pequeño hacedor de cosas. Un pequeño diosecillo lírico y timorato, añoso y niño, con primaveras y otoños, e inviernos gélidos. Como el árbol, callo en invierno, y apenas respiro, para no molestar al aire, y para que se afiancen en mí, con poco, las raíces. Luego, en primavera, saldré con más brío y aliento, y, con las hojas, daré frutos, y vendrá una boca y me morderá, y, entre sus dientes, dirá las palabras que ha mordido en mi fruto. Dirá pan, y libro, y geranio, y luna, y amistad, y quizá diga paz, y, si le sale del corazón, habrá paz allá donde la diga. Dirá ¡paz!, y estallará la paz, como estalla un vuelo de palomas en la plaza donde juegan niños. Decir palabras, y dejarlas que se hagan árbol allá donde caigan, un poco más allá de ti, como parte de ti, pero libres, porque las palabras que dices, nunca vuelven a ti, ni deben, porque vueltas a ti, morirían. El fruto cogido del árbol, Diario, nunca más vuelve al árbol (20:16:48).

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