sábado, 22 de abril de 2017

22 de abril de 2017. Sábado.
MAL SUEÑO

Saliendo del sueño, en el jardín. F: FotVi

-Me levanto con el final de un mal sueño insistiendo en la cabeza, dándome con los nidillos en la sien. Y parece que todavía sigo dormido, tan en descampado estoy, tan sin caminos. Un ciempiés anda en el envés del ojo y yo trato de echarlo de ahí con parpadeos, pero se queda. Merodeando por mi cerebro, insiste como un alfiler hurgando en la herida. En la herida del miedo. Quizá, mi sueño trate de la realidad malsonante y pícara, descarada, en la que nos movemos cada día. Esta realidad de muerte y corrupción con que nos dormimos y despertamos cada mañana, como ofuscados, sin un asidero ético o moral al que agarrarnos. Casi todo parece estar podrido, como una plaza grande donde se vendiera productos pasados, podridos. Con moscas que zumban, y arribistas que venden la mercancía como si fuera una ganga. Es decir, te levantas, afeitado, ducha, un zumo, contemplas el cielo, te alegra su belleza azul, la noticia de las aves, el rumor de los árboles, y vas y miras la prensa: atentados, muertes, corrupción, mentiras, política perversa, análisis de la situación interesados, y te desmoronas por dentro, y explotas y acabas diciendo: Señor, ¿por qué habré despertado de este mal sueño? Porque sales de uno, Diario, y te metes en otro, más destructivo y espinoso, más letal y triste, más real (20:22:01).

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