27 de abril de 2017.
Jueves.
CRISTAL
BRUMOSO
Negro nubarrón, en Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Un negro nubarrón, y
empieza el cernerse de la lluvia. Sobre Murcia. Es una lluvia fina y pequeña, como
puntas de alfiler modestas, pero insistentes, que te dan en la cara y te hacen
bajar los ojos. Unas gotas inseguras en las pestañas, te hacen bajar los ojos. Miras
y ves como a través de un cristal brumoso, sin claridad. «Abre bien los ojos,
mira», clamaba Julio Verne; pero no puedo, me lo impide la cortina de esta suave
lluvia. Miro y veo árboles que parecen hombres que se lo llevan todo. ¡Tienen
tantos brazos! Se llevan el oxígeno y hacen leyes para no devolverlo; se
atiborran de oxígeno y de leyes, y apenas nos dan un poco para poder decir que
vivimos y así ir muriéndonos entre la vileza de unos y el silencio esclavo de
los más. Morirnos de silencios, como el que, en una obra de teatro, hace mutis
por el foro y se va sin volver la vista atrás. O volviendo la vista atrás, pero
con lágrimas en los ojos; que las lágrimas, Diario, no hacen ruido, y, sin
embargo, hay veces que queman. Y es que como bien dijera Edmund Burke, filósofo
irlandés, ya en el siglo XVIII: «El dinero es el sustituto técnico de Dios», y el
dinero empaña la vista y la oración, y depone a Dios de ser Dios, creando a
cambio monstruos velados, con disfraz (19:33:29).
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