12 de octubre de 2014. Domingo.
BULEVAR ABAJO
Ángel de Dios, en Santa Sofía, Estambul. Turquía. F: FotVi |
-Contaba aquel anciano sabio: «Me ha venido Dios a casa y lo he
despedido, cerrándole la puerta. Pero, habiendo vuelto de nuevo, esta vez lo
entré en casa, le brindé mi mesa y, acompañados de manjares suculentos, le
ofrecí mis mejores vinos. Dios, sin embargo, declinó mi hospitalidad y, antes
de darme la espalda, me miró largamente, y me dijo: “Otra vez será”. Se fue
bulevar abajo. Recuerdo que anochecía. Pero un día que oraba, Dios volvió una
vez más a visitarme y esta vez como Dios, con todo su atuendo de Dios; no
traída truenos en las manos ni rayos en los ojos, pero sí venía vestido de luz
y acompañado por acordes de ángeles que tocaban el arpa de diez cuerdas. Caí de
rodillas y adoré. Y fue en ese momento cuando se me esclareció la mente y comprendí:
Dios había estado en casa tres veces: una, como mendigo, y le cerré la puerta;
otra, como gran señor, y lo senté a mi mesa; y ésta, la tercera, como Dios, y había
caído de rodillas, en adoración. Sólo que, al levantar los ojos, vi a un
mendigo que, tras despedirlo, salía de casa; entonces supe que era Dios». Esto
contaba aquel sabio anciano, día y noche, Diario, a todo el que lo quisiera oír,
entre risas de algunos (20:08:25).
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