12 de agosto de 2015. Miércoles.
QUART HADASHT,
O CARTAGENA
Gozo arqueológico, en Quart Hadasht, Cartagena. F: FotVi |
-Día de gozos arqueológicos, ayer. Cartagena es otra cosa: es un hoy nuevo
(y novedoso) y es, a la vez, arqueología vieja, con sabiduría, pues, de antes;
es decir, es hoy, o una bella y cosmopolita ciudad moderna, y es arqueología, o
historia en huesos, en ruinas recuperadas, ruinas que hablan de lejanos esplendores
y decadencias, de muertes y renacimientos. Cartagena fue ideada y fundada por
Asdrúbal, un cartaginés versado en guerras y en mares, y en ensoñaciones
urbanas. Asdrúbal llegó, vio y, donde antes habían vivido gentes ibéricas,
fundó Quart Hadasht (Nueva Ciudad), Cartagena, año 227 a. C. Luego llegaron
otros: romanos, bizantinos, visigodos, y la fueron deshaciendo y haciendo, desnudándola
y vistiéndola, hasta hoy, que sigue todavía sin acabar de ser, pero siendo. Pues
nada en este mundo, para no morir, se ha de dar nunca por acabado. Y Cartagena,
desde aquel siglo III a. C., sigue acabándose, acomodándose, componiéndose
(como el poema o la sinfonía) y así lo estará hasta el infinito. Ayer, Manolo Cuadrado
y yo, como en otros tiempos la Grecia, Italia, o Francia, y con vocación de
estudiosos en piedras antiguas, literatura esta sin escribir, pero visiblemente
locuaz, visitamos Cartagena. La muralla Púnica, el Museo, el Teatro Romano y
una pequeña aventura marítima en barco turístico, fueron, venciendo el calor, objeto
de nuestro transitar por Quart Hadasht, Cartagena, leyendo en lo antiguo, para
saber de lo nuevo, pues raíz es lo antiguo, Diario, de todo aquello en lo que
ahora vivimos y somos, y seremos (20:44:52).
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