12 de agosto de 2016. Viernes.
LAS PLANTAS
Flor hablando, en el jardín. F: FotVi |
-Miro las plantas del jardín y pienso qué será de
ellas cuando yo no esté. Las plantas, que dan vida al jardín, son seres
agradecidos, cuando se las cuida. No piden, ni gritan, sólo se mueren en
silencio, sin un aspaviento, si se las abandona. Ellas entienden tu lenguaje y los
detalles que tienes con ellas, y te lo agradecen floreciendo. Cuando me levanto
las miro y les hablo, y ellas me dicen sus cosas, en silencio. Las plantas
nunca hablan a quien no entiende su lenguaje. En todo caso, se ruborizan, y
callan. O balbucen un silencio, que es su modo de expresarse. Los silencios de
las plantas son elocuencia, que deben oírse con humildad y obstinación, y mucha
vigilancia. En la noche se ponen velos, y en el día se los quitan, para que las
puedas contemplar. Sólo cuando hay luna se atreven, y enseñan un poco su alma, su
interior clamoroso. Decía Oscar Wilde: «con la libertad, las flores, los libros
y la luna, ¿quién no sería perfectamente feliz?» ¿Quién, no? Y salvo el libro,
que hay que comprarlo, y la libertad, que hay que ganársela, las flores y la
luna son gratis, con la gratuidad que proporciona la simple atención a su
existencia. Saber que están, Diario, y amarlas, hablándoles, que es el modo más
atento y respetuoso de cuidarlas (20:49:04).
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