1 de octubre de 2016. Sábado.
OÍR LA PAZ
Amanecer, en Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Po fin parece que hemos despedido al verano, ese
señor sudoroso y con pantalón corto, que desnudaba las playas. En verano, las
playas se desnudan; en invierno, sin embargo, se visten de soledad. De hermosa
soledad. La novedad es que ahora se oye el fluir del agua, se la nota estar, ser
mar. Va y viene, y se la oye ir y venir. Y, como en los alcázares árabes, oír
el agua en calma es oír la paz, darle vez al silencio para que diga que él
también existe, se le advierta. Y, con él, la meditación, la reflexión, el
pensamiento, que devanan la poesía. Siempre que se estime que la filosofía es
otra clase de poesía. Dicen que dijo Alejandro Magno: «La poesía, que induce a
los hombres al asombro, es fuente de la filosofía». (Hablaba con el sentir de
Aristóteles, su maestro). Ayer fui a pasear junto al mar y me cautivó su rumor
de fuente árabe, fuente de paz con arrullos. Latía el mar y latía yo, y ambos
latidos se confundían. Se sentían próximos, Diario, y fui y le di la mano al
mar (11:24:09).
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