viernes, 4 de noviembre de 2016

4 de noviembre de 2016. Viernes.
OYENDO CANTAR LA LUZ

Soledad en la luz, en el jardín. F: FotVi

-De pronto la rosa, sin llegar a abrir, se marchitó. No tenía agua con que crecer y se bebió una botella de ron. Dicen los que estaban con ella que se enfadó y lo pagó con ron. No diré su nombre, sólo que tenía doce años; es decir, una flor en ciernes, todavía en expectativa. Las flores, si se las corta y no se ponen en agua, si no se las cuida, fenecen. Una fiesta estúpida (el Halloween, un botellón), un enfado con alcohol, y la muerte. La muerte suele firmar estas desgracias, estos inesperados sucesos. Vas con risas y vuelves con tristezas, con llantos. Con lamentaciones. Si es que me dejan, yo diría a estos padres que quedan en abandono, con un trozo de vida menos, con un corazón desgarrado, les diría con Octavio Paz en su poema Tierra nativa: «Cierra los ojos y oye cantar la luz; / el mediodía anida en tu tímpano». Con su ojo de luz, Octavio Paz, Diario, nos enseña, tímidamente, el camino de la claridad; y la claridad, como diría otro poeta, Claudio Rodríguez, siempre viene del cielo (11:01:43).

No hay comentarios:

Publicar un comentario