15 de noviembre de
2017. Miércoles.
SIETE
VELAS ENCENDIDAS
Para Candela, desde el jardín. F: FotVi |
-Hoy Candela ha cumplido
siete años, como siete velas encendidas en el candelabro del tiempo. Pero a la
vez que se encienden siete velas -que lucen, hablan, hacen historia-, se apagan
otras siete. Candela cumple años, y con los años, abre libros, suma y recta, juega,
oye hablar a la luna, se asombra, pero, al tiempo, pierde años. Candela, esta pérdida de años, aún no la nota; con los
años crece y se fortalece, y la sabiduría y la gracia la van invadiendo, como
el agua de riego en un campo de trigo, lentamente, hasta ser cosecha, y, luego,
blanco pan. Pan en la mesa luminosa de la vida. Candela, felicidades, porque
todavía llevas puestas las alas de la inocencia, y de ti se podría decir
aquello de: «doblo la página del día, / escribo lo que me dista / el movimiento
de tus pestañas». Con Octavio Paz, y, en el día de tu cumpleaños, te felicito
de este modo tan cercano y tan cierto, Candela, nuestra pequeña maravilla. P. D. Perdona, Diario, que no me dirija hoy a ti directamente;
mañana será otra día, con otro sol y otros asuntos por los que transitar; eso,
sí, con rosas -y alguna espina, quizás- en el movimiento de las pestañas de
Candela, ¡gorjeo! (12:01:59).
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