9 de junio de 2018.
Sábado.
GATO POR LIEBRE
Conversando, en su lenguaje de flor. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-He
hecho la promesa de no seguir leyendo nada que contenga una palabra inglesa en
la línea de flotación de un texto en español. Los hay que emplean todas las sabidurías habidas y por haber (y
artilugios) para llamar la atención y abrirse paso en la redacción de un
periódico o en el cruel mundillo de la literatura. Ejemplo: escribir soon en vez de «pronto», o meeting en vez de «reunión», o hollow por «hueco», o twice-loser
por «doble perdedor». Si yo dijera: «I
write an article», en vez de «escribo un artículo», podríais pensar o que
sé mucho inglés o que soy un pedante, un fatuo. Quedaos con lo segundo, porque la
verdad es que apenas sé unas pocas palabras que, entre juegos y risas, me ha
enseñado Candela, como un ejercicio festivo, como un pasatiempo eficaz. «Vicente,
«amarillo» se dice yellow», y pone
boca de hablar inglés, es decir, confusa y enrevesada, como de masticar
almendras. Me irrita que empleen palabras inglesas en un texto en español, porque
hace compleja su lectura y además distrae del argumento que desarrolla, es algo
así como meter piedrecitas en un zapato y hacerte andar como si fueras
tropezando, o cayéndote. ¿Qué pretenden los que actúan así: los que meten
morcillas de inglés en textos en español? ¿Aclarar, precisar, definir
con más claridad lo que sería borroso, o velado, dicho en español? ¿O solo es
un pequeño y tornadizo momento de gloria del asno que hizo que sonara la flauta
por casualidad? En tiempos de la verdad líquida, de la verdad tan frágil como las alas de una
mariposa, se cuentan mentiras que parecen verdad y se adornan con ribetes intelectuales,
rellenando los textos de palabras en inglés, que dicen tanto como las españolas,
pero visten más. Es decir: o todo el mundo sabe inglés, Diario, o, sin ningún
pudor ni respeto, y con total impunidad, nos están dando gato por liebre, el
timo de la estampita (12:22:14).
De acuerdo con tu criterio. Y, como buen observador que eres, habrás visto, en tu deambular callejero, que todas las calles de nuestras ciudades están salpicadas de tiendas, bares, supermercados y otros muchos lugares con rótulos y productos en inglés, lo que me obliga a pasar de largo porque sus inquilinos creen que, con tales anglicismos, transportan a la clientela a la Gran Bretaña, y nada es tan bello como el castellano de España. Una pena. Así que lagrimeo y recuerdo lo de "Lloré los muros de la patria mía". Un abrazo a ti, Diario, y al que te ha creado.
ResponderEliminarMe alegro, José María, que estés de acuerdo. Es una pena que, por un tic de frivolidad lingüística y de snobismo, estemos llenando nuestro hermoso e insustituible idioma, de anglicismos bastardos y de pésimo gusto. Decía el maestro d´ Ors: "El lenguaje es más profundo que los sentimientos". Esperemos que el Lenguaje, el idioma, venza a la insensatez, a la vanidad de la notoriedad.
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