1 de junio de 2018. Viernes.
BLA
BLA BLA
El dios Eolo, soplando a la luna. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Ayer,
mientras contemplaba el circo caótico montado en el Congreso por sus señorías,
me decía: «¿Y quién paga todo esto?» Me brotó una lágrima amarga, que me tragué.
Me vapulea el susto, la incertidumbre, la amargura. España cuelga de una soga
de frustración, de oportunismo, de palabras falsas. Se palpa el fracaso, y, sin
embargo, seguimos sin perder la esperanza. Pero me sigo preguntando: «¿Quién
paga todo esto?» Y, concluyo: «Los que perdemos». Porque no pierde Rajoy ni
gana Sánchez. Ellos ganan siempre; ambos ganan, son los protagonistas del bla bla bla de las palabras sesgadas, torcidas,
engañosas. Es lo que nos dan -palabras- a cambio de nuestro voto «libre y
democrático», dicen. Tan libre y democrático, que, cuando les conviene o les
place, se ciscan en él. Leo en un periódico: «Los cientos de sillas y sueldos
que cambian de manos». Es el cambalache, el trueque, la mordida. Yo no entiendo
de política, pero sí algo de números. Y sé que veinte vale más que quince, pero
menos que treinta. Igual que en el mercado. ¿Y la conciencia, la lealtad, la
honradez, la dignidad, el patriotismo, qué precio tienen? Pónganle una etiqueta
con un precio a estas cosas, aunque sea ficticio, y sáquenlas a vender. Quizá
para bastantes personas carezcan de valor. ¿Quién las cambiaría por una silla o
un sueldo? ¿Tú, yo, aquél? Nadie es imprescindible; y menos en política. Pero
la conciencia, Diario, para algunos, aún sigue pesando en la balanza de la
dignidad y la excelencia (18:57:24).
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