lunes, 21 de enero de 2019


21 de enero de 2019. Lunes.

LAS NAVAJAS DEL CASTIGO

Fuego que no quema, en la tarde de Murcia. F: FotVi

-A veces pienso que Dios es bueno y otras, que Dios me traiciona. Es un modo egoísta y arqueológico de mirar y ver a Dios. O se le mira y se le ve con los ojos del limpio de corazón, o con los ojos que, aun a pesar de ser consolados, siempre lloran. El libro del Eclesiástico se explica muy bien: «Como les mostraste tu santidad al castigarnos, muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos». Como para revolver las entrañas lo que pedían aquellos señores al Dios que parecía estar allí para su uso personal y exclusivo. Es decir, un Dios castigador y perverso a su servicio, que defendiera sus intereses. Pues tenían la idea de que cuando les castigaba, mostraba su santidad, y cuando lo hacía con los otros, ilustraba sobre su gloria. Y yo me pregunto ahora dónde quedaba la misericordia, y, en su lado más maternal, más cuidadoso, la piedad. La de la mano materna en la frente del hijo que sufre fiebre, así como la del que al caer siente esa misma mano ayudándole a levantarse. El relámpago maternal y tierno de la luz de Dios se hacía así rayo y destrucción, y no la lámpara que acompaña cada paso como seguridad y liberación, como gracia y no como obstrucción. Prefiero, Diario, al Dios que ama y deja las navajas del castigo y la multa para partir e impartir el pan (17:53:47).

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