9 de junio de 2023. Viernes.
DÍA FELIZ
DÍA FELIZ
-Ayer fui muy feliz. Recé, y mi oración, unida a la oración de toda la
iglesia, dio resultado: el Papa Francisco salió bien de su operación
quirúrgica. Y bromeó; es decir, hizo que rieran los que habían hecho el trabajo
de curarle: un modo de dar gracias. Cuando ríes o haces reír pones algo de tu
espíritu sobre el acontecimiento sublime de la vida. Dios nos ha dado la risa,
para enseñar la claridad de nuestras almas. Si hacen reír, lucen; si hacen llorar, oscurecen la vida del que
llora y las otras, las de su entorno. Ayer, como ya dije, en la Casa Sacerdotal,
la fiesta se vistió de ancianidad, y, aunque no hubo baile, sí hubo luz en los
ojos y paz en el corazón. Y una cordial y familiar comida, en la que el
personal de la Casa, a los siete dones del Espíritu Santo, añadieron uno más: el
de la delicadeza; delicadeza en los manjares y delicadeza en el servir. Sus
manos, al servir, eran manos de madre, acariciando las limitaciones –vueltos,
casi, a la niñez–, de sus hijos. Los habitantes de este Casa de luz, nos
movemos como niños y reímos como aquellos que no ven ya más que la bondad de
las cosas. Estos niños mayores, Diario, ríen no por no llorar, sino por iluminar su alrededor, ese alrededor a veces triste y penoso, pero siempre esperanzado
(11:53:42).
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