13 de abril de 2024. Sábado.
SIN LEY, SOLO HABRÍA DESORDEN
SIN LEY, SOLO HABRÍA DESORDEN
-Si se olvidan los
preceptos de Dios, es como si se olvidara que el cielo sigue siendo azul, más
allá de las nubes que lo cubren. Los mandamientos de Dios no fastidian,
iluminan, señalan los pasos que hay quedar en este o aquel camino de la vida. Dice
el libro de los Proverbios (6,23): «Porque el mandato es una lámpara y la
lección una luz». Los mandamientos de Dios son belleza para el que los practica,
y turbación para quien los incumple. Los mandamientos de Dios son la pedagogía
suprema sobre la libertad y la dignidad. Sin las leyes de Dios el mundo sería
un caos; pues no se sabría amar, y, sin amor, solo habría desorden y abismo sobre
la tierra. Así como decimos que la vida es un don de Dios, las leyes que la
rigen son la salvaguarda de ese don. Las leyes de Dios son bondad y «la bondad,
es amor en acción», señaló James Hamilton, médico y ensayista. Y ser bondadoso, Diario,
es ser amante de Dios y de su Ley.
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