28 de agosto de
2024. Miércoles.
DESDE LA ANGUSTIA Y LA NOCHE
DESDE LA ANGUSTIA Y LA NOCHE
-Un poco desfondado por
el calor, roto, abro la Biblia y doy con Isaías, el profeta, que en el capítulo
64, dice: «Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero, hechura de tus manos
somos nosotros». La arcilla, en manos de Dios, será, como dice el poeta,
«verbo, amor, angustia»; es decir, será persona concebida y hecha a imagen de
Dios, libre e inspirada, creadora. Del aliento de Dios –su soplo– y la arcilla,
surgió, como dice Quevedo, «el polvo enamorado». El polvo que, desde la angustia
y la noche, busca a Dios, y lo encuentra en el amor y en el darse al otro, que
es también amor a Dios. Dar un vaso de agua al sediento, Diario, es calmar la
sed del mismo Dios, que pide en la mano y la mirada del pobre, en su modesto y pulcro
desaliño.
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