martes, 14 de junio de 2022

14 de junio de 2022. Martes.
UNA GALAXIA SIN FIN O DÓNDE PONGO LA PALABRA MADRE

Con tu eterna sonrisa, Madre. Murcia. F: FotVi

-Ya hace diecisiete años; la eternidad debe parecerse a esto: diecisiete años sin ti, madre Francisca, huyendo de ti sin querer hacerlo; tú, ahí, y yo, en la otra orilla, huyendo, con el brazo extendido hacia ti como en una terrible separación y sin poder asirte, huyéndome de ti sin quererlo, hasta que fuiste un punto en el territorio inmenso de la lejanía, y ya no te pude coger, te me fuiste llanto y ausencia, ¡y silencio! Si fueras un relato que pudiera volver a escribir, sin correcciones; o, en todo caso, con una sola corrección: la de amarte más, sin medida. Hacer recuento del amor es descubrir que se podía haber amado más. El amor es, debiera ser, una galaxia sin fin. Un amor pequeño es tener un Dios pequeño en la fe y más pequeño aún en la soledad, en el exilio de la soledad. Como Dios a Elías, viniste a mí como brisa, madre, y te fuiste como huracán, en un carro de fuego y frío.  Eran las diez de  la  mañana, y saliste de ti para dejarme huido, en la soledad; cerrados tus ojos –dos dedos bastaron–, se hicieron el frío, la ausencia, la hoja arrancada del libro, toqué tu frío y quedé helado para siempre, de no tenerte. Te cerré los ojos y me hui de ti; aunque rezo, aunque beso tus cosas, aunque paso las cuentas de tu rosario donde, al final, te perdías: te dije adiós y me fui a mi orfandad. ¿Dónde pongo ahora la palabra madre, dónde su palomar en el que todo yo me albergaba, cría de pájaro asustada, desasistida?  Eso sí, aún guardo tus cosas: el rosario con la cinta blanca anudada al inicio de la bifurcación de las cuentas para no perderte, los besos que tantas veces le diste, las avemarías, y aquel decir tuyo, tus palabras que casi tocaban la sacralidad. Ahora, Diario, mi madre en Dios, con Dios, y yo en esta otra orilla, la de las preguntas, la del adviento o la espera, aguardando ver y tocar lo que tú, madre, ya ves y tocas, y vives. Dichosa tú, madre, porque creíste (12:13:28).

domingo, 12 de junio de 2022

12 de junio de 2022. Domingo.
DIOS Y EL MISTERIO

No igual, pero parecido: tres en uno, en el jardín. Torre de la Horadada. 

-Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, o el Dios que se hace número, cifra, Uno y Tres, o Tres en Uno, todo a la vez. Dios, pues, reducido a las matemáticas. Sin embargo, como canta y reza el himno de Laudes, en el Libro de las Horas, se trata de «Dios escondido en el misterio». Esconderse en el misterio es recogerse en lo arcano, en lo inexplicable para la razón, pero asequible para el sentimiento. Si dices con San Juan que «Dios es amor», cambia todo. Dios entonces es un acorde de amor; es decir, diferentes notas unidas en un solo racimo, sonando al unísono en Dios. Se nos quiere decir que Dios es compañía en vez de soledad, es familia, hogar que se desborda. En 1997 –ya ha llovido–, componía yo este poemilla: «¡Aleluya! / Dios es Padre, / e Hijo en el que se da, / y Espíritu Santo / en el que alienta, / y Madre, porque es amor. / ¡Aleluya por tal Pascua!». Esquema de fe este, de mi fe. Mi fe no especula, solo intenta amar, meditar, contemplar, para poder así entender. Aunque a veces no entienda y dude, y se me derrame la gracia como el agua por entre los dedos, y donde debería decir amor, diga egoísmo, egolatría. Y es que como dice San Agustín: «La medida del amor es amar sin medida». La teología habla de tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, que viven en una misma naturaleza divina: el amor. Dice San Juan de la Cruz: «Tres personas y Un Amado entre todos Tres había… Porque Un Solo Amor Tres Tienen, que su Esencia se decía». Dios, pues, Diario, Padre, Amor que se da en el Hijo, y que alienta en el Espíritu, y que, como Madre, lo da a todo aquel que lo busca, y lo vive, hasta ser Hijo adoptivo de Dios. Es decir, Dios que sigue «escondido en el misterio» (18:27:32).

sábado, 11 de junio de 2022

11 de junio de 2022. Sábado.
EL PEDERNAL Y LA YESCA

Soñando que embarco, en Palos de la Frontera. Huelva. 

-Cae el calor desde arriba como una inmensa masa azul de fuego. El cielo se viste de bosque ardiendo y se nos viene encima sin consideración, abrasándonos. Esta madrugada me desvelé –el calor, ay– y me puse a escribir; luego, me volvió el sueño y, entre vahos de duermevela, me acosté, pero seguí escribiendo en la página en blanco de la mente. La mente es el lugar en el que primero dan las ideas, como chispas −el pedernal y la yesca −, y luego, revestidas las ideas de palabras, se hacen redacción, o sea: escritura, poema, obra, libro con hojas; hojas que pasa el viento o el dedo romántico, y las lee, gustándolas, saboreando en ellas su bella arquitectura. Nadie que no tenga un dedo romántico es capaz de pasar la hoja de un libro y, casi libidinosamente, leer lo que hay en ella. Pero lo que se escribe entre vahos de sueño, se convierte luego en ensoñación y no se sabe entonces si lo escrito te ha escrito a ti o tú a lo escrito. Yo, entre vahos de sueño –digo–, seguí escribiendo el libro de poemas en el que ahora me hallo inmerso. (Se trata de dar con los misterios o laberintos o canto de sirenas que, en su interior de astilla de árbol de bosque con ardillas y hadas, y ayes de ánimas benditas, y otras cosas, oculta el ordenador). Yo suelo soñar mucho, las más de las veces despierto. Soy pez que se mueve sin descanso, y libre. Y a lo que iba: si se te rebelan tres tenedores en el fregadero y te atacan ¿qué haces tú, Diario? Salir del sueño inmediatamente, escaldado. ¡Ya! Salgo y respiro, y doy gracias a Dios por el nuevo día, que, aunque caluroso, me deja soñar y celebrar, con la sencillez de una gota de agua, que vivo (18:00:57).

viernes, 10 de junio de 2022

10 de junio de 2022. Viernes.                 
EL TODO Y SU CONTINUIDAD

Mi rincón de trabajo, en Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Un número simbólico es algo así como una aparición que te dice: «Yo no soy lo que aparento». La aparición se viste así (sin vestirse), de una neblina trasparente. Es un es sin ser. Los números simbólicos expresan ideas, mensajes, y aun castillos en el aire, fantásticos, pero no cantidades. El número simbólico es nada como cantidad; pero mucho como cápsula de otras cosas o significados. En las personas sensibles, la calidad es más apreciada que la cantidad. Un brillante tiene más valor que cualquier otra cosa de su tamaño. Ayer, llegué al número 2293 artículos subidos a mi blog El Bosque Apócrifo. En mi vida, éste no es un número simbólico, sino real. ¡Dos mil doscientos noventa y tres veces poniéndome a decir algo ante una página en blanco! Ya hubo quienes se pusieron ante la nada y, al intentar representarla, les nació el cero. El cero que a tantos números reales (o naturales) acompaña. Y con valor, si se viste de humildad. Desde la soberbia, el cero nunca hace nada. De tal modo, que si el cero –ejemplo– se sale de la formación de 1000, y, poniéndose delante, pretende presidir el desfile, pierde todo su valor, quedando sólo en aro de humo, que, al menor vaivén del aire, se desvanece. Es decir, vuelve a sus orígenes; nacido para representar la nada (el vacío), vuelve a ser nada. Meter, pues, el concepto de nada en palabras y decirlo (con humildad) es casi un milagro. Yo, día a día, y con una inspiración venida desde el trabajo, la constancia, la orfebrería de escribir –la fe–, he logrado articular (nunca mejor dicho) 2293 artículos, valga la redundancia. Crear galaxias y colocarlas una aquí y otra allá, abigarrar los espacios ociosos de nuevos mundos, de nuevas convulsiones poéticas. Y creo, Diario, que Dios debe andar por ahí o por sus alrededores; por esos espacios y libertades sin fin, que supone el escribir. Tal vez la eternidad sea eso, Diario: el Todo, conteniendo los todos y lo más allá del Todo, y su eternidad, sin fin. ¿No? ¡Sí! (12:05:43).

jueves, 9 de junio de 2022

9 de junio de 2022. Jueves.
BLASFEMIA

Cruz entre la maleza, en Sakopane. Polonia

-La blasfemia vende porque hay blasfemos. Como el vendedor de palomitas a la puerta de un cine en tarde pobre y lloviosa de sesión doble. Hay palomitas porque hay “come palomitas”. Los hay “come palomitas” y “come Dios”. No “come dioses”, sino “come Dios”. Un blasfemo, cuando da, quiere dar donde más duele. El blasfemo no da en la “d” minúscula de “dioses”, sino en la “D” mayúscula de “Dios”. Así cree ofender más a Dios y a los que de él se fían, o creen en él. La blasfemia contra “dioses” pequeños cree el blasfemo que es menos blasfemia, tan inculto es. Siendo así que se puede blasfemar (como dice San Pablo) o contra individuos o contra personas en general. Según la raíz griega, blasfemar es igual a injuriar (blaptein: “injuriar” y pheme: “reputación”; es decir: ir contra la honra de alguien). Y además se puede injuriar a cualquiera, si esa injuria hecha al Dios con mayúscula, alguien la siente como injuria propia. La blasfemia es una perversión del lenguaje, e indica la corrupción que hay dentro del que la dice. Ya lo insinuó el Salmo: «Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y hacer el bien». La blasfemia, Diario, es una maldad grande y una mezquina mentira, aparte de otras consideraciones de moral e infamia (12:26:13).

miércoles, 8 de junio de 2022

8 de junio de 2022. Miércoles.
LA CLEPSIDRA, EL RELOJ DE AGUA

Danza del agua, Glorieta de España.Murcia. F: FotVi

-Muy de mañana, 21º C ya; o sea, calor. El calor que hace retroceder en sus entusiasmos cantores hasta al pájaro, sumiéndolo en un silencio de espera, o de tiempo que pasa. Curioso: se hace la espera para que corra el tiempo, si es que el tiempo corre. En todo caso, corre el reloj, que no es tiempo sino matemática y tecnología, controladas; matemática y tecnología que avanzan sin que avance el tiempo. El reloj es la ilusión de que pasa el tiempo, sin que así sea. El reloj lo debió de inventar un sádico, para atormentarse y atormentarnos. Estar pendientes del reloj es como Damocles de la espada que, sujeta por un único pelo de crin de caballo, pendía sobre su cabeza. Debió ser, según parece, en tiempos de Amenofis III, siglo XIV a.C. El reloj es el único artilugio que avanza sin moverse, urdiendo la ilusión de que todo se mueve a su alrededor. Aunque la clepsidra de los egipcios era más poética (medición del tiempo por el agua), no dejaba de ser reloj que creaba el espejismo del movimiento de las cosas en al tiempo. Lo que no sé es si se mojaba al dar o señalar la hora; es decir, si la daba exacta o si sufría adelantos y retrasos. (Mojarse en el sentido de comprometerse). Con todo, la clepsidra aventajaba al reloj de sol, en que en los días nublados seguía dando la hora. Como Dios da la hora, está, en los días sin esperanza del hombre. Y los hay, y muchos, días sin esperanza. Y más ahora, en tiempos de crisis, de Sánchez, de caos. Si se me presenta la ocasión, trataré de hacerme con un reloj de agua para el verano; y así, además de indicarme la hora, me refrescará la muñeca en los días de calor extremo y hará que recuerde que Dios no se apaga aunque se ponga el sol. Dios, Diario,  siempre está dando la hora de su amor, puntual, constante, como la gota de agua que va formando la obra de arte de la estalactita, ese acontecimiento de roca y agua deslizante, bellísimo (17:41:13).

martes, 7 de junio de 2022

7 de junio de 2022. Martes.
MUERTE EN NIGERIA

La Biblia y la mártir Nigeria,después de la tragedia. F: Prensa

-Celebraban gozosos la llegada del Espíritu Santo. «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo», habrían cantado en la Secuencia de la misa. Pero unos fanáticos, en nombre de Dios –Boko Haram u otra organización yihadista–, asesinan a quienes están rezando a Dios en la iglesia de san Francisco Javier, en la ciudad de Owo. Se confunden el rumor, el susurro de la oración con el estruendo de las metralletas disparando. El templo, al sur de Nigeria, se llena de alaridos y de sangre. Y Dios llora con los que lloran. Los disparos de los que matan en nombre de Dios son una blasfemia contra Dios, y la blasfemia es un pecado nefasto, diabólico. La prensa apenas se ha hecho eco de la matanza, mientras el Papa Francisco, como cualquier persona de bien, sea o no creyente, dice sentirse «profundamente entristecido». El Papa se pone al frente de la iglesia que llora, y, para combatir la barbarie, saca el arma pacífica de la oración, la que todo lo puede. El recuerdo y el sentimiento dan vida a los que se han ido. La oración es el recuerdo vivo de lo que se dice en las palabras. El corazón silabea recuerdos entrañables en las palabras. Por eso es tan hermoso rezar por alguien, Dios y las personas por las que rezas se unen en la palabra y, como alentadas por el Espíritu, Diario, producen la paz y animan la esperanza, y crean una relación amorosa entre el cielo y la tierra (17:21:26).

lunes, 6 de junio de 2022

6 de junio de 2022. Lunes.
NADAL ES UN TORNADO

Nadal un tornado, con la raqueta. F: Prensa.

-Dices Nadal y se te llena la boca de alabanzas, de signos de admiración. Nadal es un tornado con una raqueta. Es la superación interminable. Es el ¡oh! que no cesa, el asombro cada vez más ancho, como un bosque permanente de grandeza. Es el bosque Nadal hecho de trabajo, dedicación, sacrificio. Más que con la raqueta, Nadal juega con la cabeza y vence a todos sus adversarios. Nadal se busca a sí mismo y, hallado su ser íntimo, sus virtudes, sus limitaciones, lo muestra al exterior, con humildad, sin ostentación, con la pedagogía del maestro que enseña en la cátedra del «conócete a ti mismo», palabras que se leían, como advertencia, en el templo de Apolo en Delfos. Es el maestro que con la raqueta y la pelotita amarilla enseña, para el que desee aprender, la bella y humana asignatura del deporte, que es, en definitiva, la hermosa asignatura del ser humano. Todo lo que buscamos fuera lo hallamos dentro de nosotros mismos. En este tiempo de la facilidad, de que el niño no sufra aprendiendo, de que todo lo que desees lo encuentres hecho, Nadal advierte: «Lograr aquello que has soñado te hace feliz, pero sobre todo, te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo»; y sigue: «He aprendido a disfrutar, sufriendo». Creo más a Nadal que a cualquier político, que te regala un curso con asignaturas suspendidas, sin temblarle el pulso ni la conciencia. El político alaga para que le des tu voto, tu voluntad; Nadal, buen deportista, Diario, no alaga, solo dice: «Si quieres triunfar, lucha, trabaja, consíguelo con tu esfuerzo». Nadal te enseña su vida, y, mordiendo las copas que gana, sonríe y sique en la lucha de cada día (12:13:46).

domingo, 5 de junio de 2022

5 de junio de 2022. Domingo.
UN VIENTO RECIO

Símbolo del Espíritu Santo, la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Hoy, en la Iglesia y en la liturgia, se ha oído un ruido, como de un viento recio, que ha conmocionado la fábrica de los templos y las conciencias. A los cincuenta días de la resurrección del Señor, el Espíritu Santo se ha hecho ruido, estruendo, un fragor celeste que ha puesto en tensión la tierra. Los discípulos, como casi siempre, encerrados, haciendo de la fe una cripta, un interior con puertas selladas. Pero el Espíritu, ruido, ha echado a la calle a los discípulos y los ha constituido palabra en las plazas, en el ágora, en los coliseos. Si hay sed, la fe como el agua no se retiene, se da. El viento recio del Espíritu hizo que los discípulos hablaran lenguas extranjeras. En boca de los apóstoles, el ruido del viento recio se hizo palabra. Hoy he rezado en Laudes: «Se llenaron todos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar». El Espíritu Santo desató sus lenguas. La palabra es el otro ruido –soplo– que acerca, que une, que logra lo que es común: comunión. Antes de todo amor, está la palabra. O la mirada, que es otra forma silenciosa y acariciadora del lenguaje. En Jerusalén había aquel día partos, medos y elamitas, y otros de Mesopotamia, Judea y Capadocia, y gentes del Ponto y Asia, y de Frigia y de Panfilia, y de Egipto y de la zona de Libia, y forasteros de Roma, y judíos y prosélitos, y cretenses y árabes, y cada uno oyó hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua. El Espíritu, el ruido de su presencia, Diario, abrió los oídos de los que escuchaban y, en los discípulos de Jesús, hizo políglota –plurilingüe –el miedo, hablaban y se le iban las palabras de una lengua a otra, cada cual entendía en su lengua, y celebraban, convirtiéndose, el hallazgo del Espíritu (12:47:28).

sábado, 4 de junio de 2022

4 de junio de 2022. Viernes.
NO UN DIOS SOLITARIO

Santísima Trinidad, columna. Budapest. Hungría

-Mañana Pentecostés: fiesta del Espíritu Santo. Hay una visión teológica de la Santísima Trinidad y otra “económica” o doméstica. Aquella que entiende mejor el oído laico o terrenal, el oído de andar por casa. La visión teológica es filosofía y erudición, y poco devota, aunque intervengan la santidad y sabiduría de Tomás de Aquino. Es visión que se cae de las manos y del corazón, tan metafísica es. En la visión teológica se habla de naturaleza y personas en Dios. Una sola naturaleza divina y tres personas con una individualidad completa. Difícil de entender, hasta para los niños que, por percibir mejor las cosas sin razonamiento, son más intuitivos. (Persona: las notas que pertenecen a un individuo en cuanto singular o único). Sin embargo, la visión “económica”, y aun la litúrgica, son más sencillas y cercanas. Hay que partir de lo que afirma el Concilio VI de Toledo: «Dios es uno solo, pero no solitario». Dios tiene una vida íntima que, en el amor, la hace extensiva a las tres personas divinas y a la humanidad toda. Quien es amor, no puede sentirse bien en la soledad de su trono celeste. La visión doméstica del misterio, pues, en vez de meterse en teologías –que no está mal–, trata de mostrarnos la actividad de cada una de las personas. Dios es activo en cada persona. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, que es Dios y Hombre, revelar este amor y dárnoslo como gracia en su vida; y la del Espíritu Santo, reunirnos en comunión y unidad familiar, o eclesial, para hacer eficaz el amor de Dios en nosotros y en nuestro entorno. De este modo, Diario, el misterio de la Trinidad es más asequible, por quedar, en el amor, dentro de nosotros mismos. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, la gracia que trasmite este amor; la del Espíritu Santo, la comunión, o el amor recibido y participado, compartido. Sublime y bello misterio éste, inarbarcable, pero vivo (11:23:18).

jueves, 2 de junio de 2022

2 de junio de 2022. Jueves.                                        
ESTE PERRO DE MUDO OLISQUEAR

Auditorio en la lectura de poemas. Cigarralejo. Madrid.

-He ido a Madrid y he recitado poemas, ha sido como si me nacieran manantiales en la boca. Cada vez que esto ocurre, hago profesión de mi fe poética y del lenguaje. Mi escritura es, ante todo, el resultado de una doble estupefacción o asombro: los que me causan las cosas en sí y el modo de vestirlas con palabras. En la escritura, el lenguaje para mí es tan importante o más que la cosa que él dice o airea; pues según revista la cosa que digo, así será más o menos bella, y aún más o menos la misma cosa. Si yo escribo: «Un perro levanta la pata y…», estoy expresando una vulgaridad, aunque sea una evidente y clara realidad. Pero si yo escribo:
«Este perro                                   
de mudo 
olisquear,
nervioso y solo, y listo
para la huida,
que averigua los huesos
y levanta                                                          
la pata               
–perdón a todos por el gesto–,
¿qué sostiene?,
¿qué rosa se le cae encima?
¿qué nube quiere
mantener       
en alto?,                                                             
¿o qué cielo                                                   
se le hunde
y lo defiende?», etcétera.
Esto que escribo es más mágico y, por tanto, más excelso y real. Que levante la pata un perro es un gesto cotidiano, vulgar, sin trascendencia. Pero lo otro –hecho poema– es un gesto que destilla filosofía lingüística y aun enseñanza casi metafísica. Es más, tiene su encanto reivindicativo y rebelde, casi revolucionario, oxigenante. Las palabras no sólo dicen la realidad, sino los sueños de la realidad. Una cosa dicha es una cosa que existe no sólo ante los ojos, sino sobre todo ante la inteligencia y ante la cosa misma; sin ser dicha, la cosa sería un ser ignoto y anónimo, y no estaría en la mente del hombre recreándose y consagrándose, siendo realidad vital con infinidad de ensoñaciones en su haber. Los recuerdos, al ponerle nombres, se tornan cosas de ahora, revividas, tangibles, tal es el poder de la palabra, Diario; tan es así, que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó (y habita, late) entre nosotros (12:36:17).

miércoles, 1 de junio de 2022

1 de junio de 2022. Miércoles.
NIÑOS ROTOS

¿Por qué esta destrucción?, dirán los niños, atónitos. F: Prensa.

-Leo en la prensa –se me hiela la sangre– que en la guerra de Putin han muerto más de 260 niños y 415 han sido heridos en los casi 100 días de conflicto bélico en Ucrania. Matar niños es como cortar lirios y ponerlos a los pies de los cerdos para que los pisoteen sin pudor y hociquen en ellos. Los niños que sueñan paz y juegos, y alfabetos y números, y rayuelas y caballitos de madera voladores, mueren antes siquiera de vislumbrar mundos nuevos en un mundo tan viejo y tan agrio como el nuestro. La guerra no los ha dejado explayarse en sus sueños, y mueren con el único sueño del miedo en los ojos. Cuando abrían los ojos del ensueño se los ha cerrado el balar de rebaño de los obuses y las bombas, la muerte prematura les ha cerrado los ojos con un estruendo en su cabeza de espejos rotos. Oíd cómo suenan los cristales rotos en la noche de la muerte de los niños. Los llantos de los niños muertos en las guerras en África, en Asia, en América, en Ucrania, sonarán siempre en las cabezas de los líderes que provocaron las conflagraciones, como una lluvia de granizo y graznidos de aves carroñeras. Estos líderes como Putin jamás descansarán, Dios les pondrá delante del espejo de sus desastres, de sus ambiciones, de su barbarie interior. Los que hacen la guerra dejarán en la historia un reguero de ignominia; serán, Diario, como animales salvajes, nada ni nadie los consolará, serán maldecidos por generaciones (12:29:48).

martes, 31 de mayo de 2022

31 de mayo de 2022. Martes.
MARÍA, VISITADORA

Santuario de la Visitación, Ain Karem. Israel. F: Googel

-Visitar es salir de tu casa y entrar en la del amigo o vecino. Es cambiar de paisaje, aun espiritual, e integrarte en el nuevo paisaje hallado. La liturgia católica celebra hoy la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. El evangelio de San Lucas dice que, una vez que María supo por el Ángel que su prima estaba de seis meses, se puso en camino, «cum fastinatione», con prisa alegre. Un largo camino y peligroso. Me imagino a María recorriendo, recogida en sí, aquel inhóspito camino de Nazaret a Ain Karem. Llegó y, por boca de Isabel, habló el Espíritu Santo: «Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre», y el niño que Isabel llevaba en su vientre se agitó, se estremeció, la alegría de María se hizo risa en el niño no nacido. Jesús, ya desde la tienda del vientre de su madre, es la risa de Dios, y María el canal que la trasmite. La alegría que lleva dentro María –Jesús– la da a los demás. Dice el papa Francisco sobre esta fiesta: «María no mira hacia abajo, hacia los problemas, sino a lo alto, hacia Dios», y surge en ella la alegría de servir, de estar al lado de quien la necesita. Quien lleva a Jesús en su palabra o en su corazón no puede vivir de otra manera que no sea alegre. La alegría es luz, es esperanza, es acontecimiento que da en los ojos, Diario, y los llena de vida, donde caben todos los paisajes, también el de servir. Dijo Voltaire: «Todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre», como un bocado de Dios (13:02:43).

lunes, 30 de mayo de 2022

30 de mayo de 2022. Lunes.
RECITÉ VERSOS

Firmando libros, con la alegría de la pluma. Colmenarejo. Madrid. 

-Llegado de Madrid, descanso y descansan mis versos, que cuando duermo, duermen, lo mismo que cuando rezo, rezan o cuando los pienso, alguna vez salen. Estos días en Madrid he vivido de mis versos y de la amistad entrañable surgida a lo largo de los años; años que se hicieron vida con fe, con servicio, con poemas. He servido a las personas y a los versos, y este ha sido el resultado: una lectura de versos y amistad, en un ambiente excepcional. Ambiente de bosque –canto de pájaros y sombra de cedros y pinos- y  familiar, tan cercano que se notaban los latidos del corazón entre las ancianas y nuevas generaciones, entre la alegría de vivir y el júbilo de haber vivido. Tras las palabras de Luis Hernández, el generoso anfitrión con Santi Cuadrado, y de Manolo Cuadrado, con su esposa Ana Arderíus, el promotor de la idea y la publicación en nombre de la familia, abrieron sus alas los versos, que fueron posándose en las hojas doradas –el otoño de la vida– y verdes –la juventud– de los presentes, todos ávidos de escuchar y aplaudir. Hasta los niños oían y sentían el gorjeo de los versos. Por último, reparto de libros, firma de ejemplares y comida –el ágape, o comida fraternal–, y la fiesta que, cuando se está en unión y armonía, Diario, siempre brota generosa y alegre, como algo hermosamente sagrado, donde se celebra el amor, y Dios como testigo que ríe (17:59:45).

jueves, 26 de mayo de 2022

26 de mayo de 2022. Jueves.
RECITARÉ POEMAS

Portada del libro, obra de Manolo Cuadrado. F: FotVi

-Mañana marcho a Madrid. El sábado presento mi nuevo libro Palabras y alas en el aire, una amplia antología de mis alientos, de mis versos. Decir palabras es soplar y, en vez de apagar, encender velas, alumbrar vida en aquellas cosas que se dicen. Si digo manantial suena la música del agua en la palabra; si amor o Dios, me estoy adentrando en el misterio de la vida y del Más Allá, donde la esperanza se hace realidad y fruto, acontecimiento divino. Y como el que da agua a beber en el desierto de la vida, recitaré poemas. Y buscaré no el aplauso, sino la reflexión y la mirada hacia dentro, el hacer ver cómo la palabra –la simple palabra, esa burbuja de aire que se esfuma nada más dicha– puede divertir y ser fuente de meditación. O la fuerza del poema, que, aunque sea viento, es viento reflexivo, que queda para siempre en el libro o en la memoria, y que, si le ayuda el valor, suele vencer al tiempo. Faltaré unos días, Diario. No creas que me olvido de ti, simplemente no podré entrar en internet, lugar de nuestros encuentros amistosos y entrañables. Cuando vuelva –y si Dios quiere–, te contaré todo sin dejarme letra que te pueda interesar; te lo prometo. Hasta pronto, amigos, un abrazo… virtual (11:38:59).

miércoles, 25 de mayo de 2022

25 de mayo de 2022. Miércoles.
NO REPETIRME, NI CANSAR

Recopilando palabras, con mimo. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Hoy miércoles, cuando ya el barco de mayo se vence hacia la popa, me pongo a hacer recuento de todo lo que he escrito, o casi; de lo que soy, por tanto. Uno se muestra más en lo que escribe que en lo que dice, y aún más de como se ve en el espejo, o lo ven los demás. Mirarse en el espejo es decirse a sí mismo lo que uno es, pero en una sola dimensión, y plana; el escribir, sin embargo, es decirse uno, y, aun con miriñaque o disimulos, en tres dimensiones: te ves de proa y de popa, de babor y de estribor, y aun el cabello revuelto por el viento. Es decir, el escritor, cuando escribe, se retrata de cuerpo entero, pero no sólo por fuera, sino especialmente por dentro: abre las naves abovedadas y murmurantes de su alma y las deja decirse en el escrito; al que escribe sin decir nada de sí mismo no le salen ni Drácula (¿qué me dices, Bram Stoker?) o Frankenstein (¿no es así, señora Mary Shelley?). Shelley, como poeta, decía la fontana de su alma; Mary, su señora y novelista, decía en su obra Frankenstein los claustros de sus miedos, recorridos por espectros góticos, otra dimensión del alma. Pues, ordenando mis libros, mis artículos, mis ensayos, etc. (no muchos, como ya he dejado escrito, y todo «por no repetirme, ni cansar, ni cansarme»), estoy poniendo mi vida en orden. Cada libro que coloco en el anaquel se revela, sin dramatismos, como un poco de mí, con un título y una incógnita –mi incógnita–, allí expuesto; expuesto para ser latido del polvo y del tiempo, y de la curiosidad del que lo coja para leerlo. Y si alguien viene y coge un libro mío, y lo lee, que no sea severo con mi alma, aunque lo sea con el libro, que mi alma se hizo de vuelos y caídas, y luces y acuarelas de sombra. Sobre todo con acuarelas de sombra. Por eso, Diario, he escrito poco, para no dispersarme y ser así poco en la excelencia o simplemente poco, y no importunar ni cansar, pero sí tal vez hacerte volar en los sueños (18:34:04).

martes, 24 de mayo de 2022

24 de mayo de 2022. Martes.
EL RELOJ

Plaza florida y con reloj, Freiburgo. Alemania.

-Cuando no tengo nada que hacer, siempre hago algo, para vencer así cualquier asomo de desidia. La desidia nos hace flojos, y favorece la arritmia cardíaca y hasta la parada irremediable del órgano principal del sistema circulatorio. Y es que el corazón es igual a aquellos relojes que sólo andaban si se les movía. Como el primer reloj que me regaló mi padre, a los veintidós años. No antes. La albañilería no daba para más. Había recibido la tonsura que precedía a los órdenes menores, y el reloj fue el premio. Un Festina. En la primera comunión apenas hubo para un bollo y una taza de chocolate. La tonsura la confería el Obispo cortando un poco de pelo, ondulado entonces y de un negro brillante. En ese pelo tan cuidado, el Obispo metía la tijera con auténtica delectación. Luego, una vez tonsurado, el barbero remediaba el trasquilón del tijeretazo del Obispo y te hacía la coronilla. Y como advierte Covarrubias, la tonsura era la señal de que uno estaba dedicado a la Iglesia. Él mismo describe cómo se hacía: «El Obispo les corta los cabellos de la cabeza, con cinco tixeradas, y la quinta es en medio.» Y tenía una significación mística: «previniéndole ha de apartar de sí todas las cosas superfluas y vanas.» Era un poco, coronarte –gozosamente- de espinas. Mi primer reloj me duró veinte años: hasta que no pudo más y se paró. Creo que lo guardo en algún sitio. Recuerdo que, húmedos los ojos, me lo colocó mi padre en la muñeca y mi madre puso su mano encima y me besó. Si un día lo encuentro, Diario, te lo enseñaré, me trae muy bellas evocaciones (11:26:32).

lunes, 23 de mayo de 2022

23 de mayo de 2022. Lunes.
CREO EN LA FÍSICA

Milagro de primavera, en el jardín. Torre de a Horadada. 

-Nos ha dejado el desbocado sol que nos atosigaba. Pero no así el mirlo, que, enamorado, sigue desgañitándose cantando. La naturaleza es sabia y va poniendo y quitando cosas, según conviene a su modo de ser y gracia. Que también es gracia un Danubio desbordado o un Etna indignado y echando chispas. Aunque antes que un diluvio o tormenta de pedrisco prefiero a un Orlando furioso, el poema épico de Ludovico Ariosto. De Orlando furioso me puedo librar obviándolo; no así del pedrisco, que se nos viene encima sin previo aviso, y rompe y rasga, y acuesta las mieses. Un libro se puede abrir y cerrar; la naturaleza, no: ella abre y cierra ciclos, y seca y llena ríos, y se ríe del dios menor llamado hombre, manteniéndose inmutable en sus leyes. El hombre hace proyectos, pero la naturaleza los tiene hechos, y los va cumpliendo, dejando muchas veces en evidencia los del hombre. Yo, sin embargo, y a pesar de Büchner, el físico, sigo creyendo en los milagros, sobre todo los que no se apoyan en las leyes físicas, sino en las leyes del espíritu del mismo hombre. Como el milagro del amor. Quizá un pedazo de pan, según las leyes físicas, no pueda multiplicarse por sí o en sí mismo, pero sí, si media el amor. Como el perdón. ¿Qué ley física puede mover –ley de gravedad extrañísima, si la hubiese– al perdón? ¿No es de naturaleza que se tienda más a la venganza que a la piedad? Creo en la física; pero más, Diario, en el espíritu del hombre, concebido y hecho a imagen de otro Espíritu, el de Dios, que alienta y embellece, y nos hace vivir en la esperanza (17:54:10).

domingo, 22 de mayo de 2022

22 de mayo de 2022. Domingo.
DIOS Y LA PALABRA

María, el libro abierto de Dios, el Sí maternal. Sakopane. Polonia. F: FotVi

-En la mañana, el sol se va abriendo como una página de libro que deseara ser leída. Yo la he empezado a leer –con la alegría de un vuelo–, al tiempo que rezaba Laudes. Y ha sido una conjunción, una fusión maravillosa. Palabra y sol, Dios y alabanza. Es decir, todo es celebración. Celebro la palabra que me habla de Dios; celebro a Dios que se hace Palabra y viene a vivir junto a nosotros; celebro el sol, símbolo del Dios de justicia, y hago alabanza de todo este hermoso misterio tan cercano como la palabra con la que nos entendemos. Dice San Juan en la segunda lectura de la misa, que escuchó una voz que le decía: «Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin». (Apocalipsis). Alfa y Omega, el inicio y el final del alfabeto griego, son letras que Dios toma para hablarnos de su plenitud: de Él nace todo y todo acaba viviendo en Él. «Yo soy –dice– el renuevo y el vástago de David, la estrella luciente de la mañana». Dios es la luz que manda destellos al alma para que no ande en oscuridad. Decía San Juan de la Cruz: «No es voluntad de Dios que el alma se turbe de nada». No digas nunca, Diario, una palabra que pueda turbar o entristecer a alguien, habla siempre palabras de luz, de esperanza, de amor, y así podrás decir con el Apocalipsis: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!» (13:18:38).

sábado, 21 de mayo de 2022


21
de mayo de 2022. Sábado.
ESTAR DISPONIBLE

Oírla crecer, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-Busco estar presentable el sábado 28 de mayo. Yo llamo estar presentable a estar disponible. El viernes próximo marcho a Madrid donde el sábado presentaré el nuevo libro Piedras y alas en el aire, una antología de mis poemas, a los que considero como «arcilla moldeada en verso», o un digno vaso con el que escanciar belleza. «Como si bebieras versos en una copa –kántharo– griega», me he dicho. Hoy me toca ir al otorrinolaringólogo, es decir, al iluminador de oídos, al especialista en abrir caminos por el laberinto auditivo y poder oír mejor. Me va a probar unos audífonos que apenas se ven, tan livianos son. Es algo así como el que, para evitar las gafas, se pone lentillas. Con inocencia de niño, la vejez intenta disimular sus limitaciones y se viste de paje para no parecer un rey tullido. Voy, me sienta en un sillón, y me pone los audífonos, con cuidado de madre –el otorrinolaringólogo es mujer–: «El que lleva un puntito rojo, en el oído derecho y el del puntito azul, en el izquierdo», me dice. Y con esos apósitos, parches, dentro de mí, me vinieron a dar todos los ruidos más agradables y desagradables en el mismo lugar del tímpano, y por poco me tiran al suelo. Me agarré a la mesa y dije: «¡Por favor, más suave!», y la doctora fue regulando el invento hasta que todo quedó en un manejable murmullo tierno y dócil en mi interior. Sonreí y dije: «¡Ah!», y me volví en taxi oyendo el respirar de las flores; y, como si renaciera, Diario, bendije a Dios, bendición que –¿fue así?– también oí estenderse dentro de mí (12:53:21).