domingo, 5 de junio de 2022

5 de junio de 2022. Domingo.
UN VIENTO RECIO

Símbolo del Espíritu Santo, la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Hoy, en la Iglesia y en la liturgia, se ha oído un ruido, como de un viento recio, que ha conmocionado la fábrica de los templos y las conciencias. A los cincuenta días de la resurrección del Señor, el Espíritu Santo se ha hecho ruido, estruendo, un fragor celeste que ha puesto en tensión la tierra. Los discípulos, como casi siempre, encerrados, haciendo de la fe una cripta, un interior con puertas selladas. Pero el Espíritu, ruido, ha echado a la calle a los discípulos y los ha constituido palabra en las plazas, en el ágora, en los coliseos. Si hay sed, la fe como el agua no se retiene, se da. El viento recio del Espíritu hizo que los discípulos hablaran lenguas extranjeras. En boca de los apóstoles, el ruido del viento recio se hizo palabra. Hoy he rezado en Laudes: «Se llenaron todos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar». El Espíritu Santo desató sus lenguas. La palabra es el otro ruido –soplo– que acerca, que une, que logra lo que es común: comunión. Antes de todo amor, está la palabra. O la mirada, que es otra forma silenciosa y acariciadora del lenguaje. En Jerusalén había aquel día partos, medos y elamitas, y otros de Mesopotamia, Judea y Capadocia, y gentes del Ponto y Asia, y de Frigia y de Panfilia, y de Egipto y de la zona de Libia, y forasteros de Roma, y judíos y prosélitos, y cretenses y árabes, y cada uno oyó hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua. El Espíritu, el ruido de su presencia, Diario, abrió los oídos de los que escuchaban y, en los discípulos de Jesús, hizo políglota –plurilingüe –el miedo, hablaban y se le iban las palabras de una lengua a otra, cada cual entendía en su lengua, y celebraban, convirtiéndose, el hallazgo del Espíritu (12:47:28).

No hay comentarios:

Publicar un comentario