28 de marzo de 2015. Sábado.
QUINIENTOS
AÑOS Y UNOS VERSOS
5 siglos de enamoramiento, en Teresa de Jesús. F: FotVi |
-¿Qué son quinientos años si quedan versos como éstos (imborrables), en
la memoria del tiempo? «Ya toda me entregué y di / y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí / y yo soy para mi amado.» O estos otros: «Véante mis
ojos, / dulce Jesús bueno; / véante mis ojos, muérame yo luego». Ella escribió
esto, y, de ella, otros escribieron esto otro; ejemplo, Lope (de Vega): A Santa Teresa de Jesús, herida por el Serafín
con el dardo: «Herida vais del Serafín, Teresa, / corred al agua, cierva
blanca y parda, / que la fuente de vida que os aguarda / también es fuego y de
abrasar no cesa. // ¿Cómo subís por la montaña espesa / del rígido Carmelo tan
gallarda, / que con descalzos pies no os acobarda / del alto fin la inaccesible
empresa? // Serafín cazador el dardo os tira, / para que os deje estática la
punta / y las palmas se os queden en el palma. // Con razón vuestra ciencia el
mundo admira, / si el seráfico fuego a Dios os junta / y cuanto veis en Él
traslada el alma.» Tomado de un librito que adquirí en Molina, en un quiosco de
la Plaza Nueva, el 6-VIII-1955. Este es su título, tan simple: Teresa de Jesús. Sus mejores poesías.
Editorial Brugera, S. A. Barcelona-Buenos Aires. Es una joya que guardo y que celebro
de vez en cuando, leyéndola. Celebración, pues, de la lectura, como se celebran
los misterios. Con solemnidad y reverencia. Pongo calma y dulzor en mis dedos y
entonces abro el libro, y leo, y dejo que pase el tiempo, hasta que doy con el
ser de lo que he leído. Teresa de Jesús nacía en Ávila de los Caballeros el 28
de marzo de 1515. Quinientos años, o un ayer de eternidad. Se muere, para
quedar en las obras. Y Teresa quedó en sus obras: sus conventos, su poesía, su
prosa. Y en su santidad, que es, en esencia, Diario, lo que celebramos. «Vuestra
soy, para Vos nací, / ¿qué mandáis hacer de mí?»; o total disponibilidad, de
enamoramiento (20:50:48).